jueves, 22 de noviembre de 2012

Un regalo muy importante


“El Señor es tardo para la ira y grande en misericordia, perdona la maldad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable, pues castiga el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación”. Números 14:18.
El perdón de Dios es uno de los regalos más grandes de la vida que  una persona pueda recibir de Dios.
Mientras consideras todos los principios que aprendiste en este capítulo, trae voluntariamente tus
errores y fallas, tus pecados, a nuestro amoroso Padre celestial y pídele Su regalo de perdón que te ayude a reordenar tu vida de acuerdo con el designio asombroso para el cual Él te creó. ¡Estarás contento de haberlo hecho!
Utiliza la siguiente oración para hacer de nuevo tu compromiso con Dios:
Amado Padre Celestial, estoy haciendo esto; está mal, y no quiero seguir haciéndolo. Quiero vivir de otra forma. Líbrame de las cosas de mi vida diaria que no se ajusten a Tus caminos. Gracias por darme la oportunidad de quedarme en Tu camino y por reordenar mi vida de acuerdo a Tu plan original, sin importar lo que yo haya hecho.
Reconozco abiertamente los aspectos en los que me he permitido alejarme de Tu camino.  He hecho y dicho cosas malas. Quiero que sepas que estoy de acuerdo contigo respecto a ellas y respecto al veneno que pusieron en mi sistema. Perdóname, Señor. Púrgame de su maldad.
Señor, gracias porque con tanta facilidad intercambias las cosas malas de mi vida a cambio de más de Ti. Aún cuando me siento frustrado conmigo mismo o avergonzado por cosas que sé que están mal, sé que Tú siempre te acercas a mí con bondad y perdón.
Gracias porque eres el Dios de misericordia y compasión infinitas y no importa cuántas veces busque tu perdón, Tú me perdonas cada vez.
Señor, te pido que yo participe con mejor disposición en el proceso de cambio que se lleva a cabo cuando me arrepiento y busco tu perdón. Gracias porque el arrepentimiento es sólo una de las vías a través de las cuales Tú anhelas cambiarme permanentemente. En el nombre de Jesús, amén.

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