jueves, 29 de agosto de 2019

Amor a Dios

El amor a Dios es una de las principales cosas que nos acerca a Él, podríamos decir que es el principio fundamental de nuestra relación con Dios. Y es lo que nos lleva a encontrarnos, comunicarnos, y unirnos a Él en la última y más grande victoria que un cristiano pueda lograr, meta que no puede ser alcanzada sin amor a Él.
Lo cual no significa de ninguna manera que debemos comenzar a exigirnos unos a otros que amemos a Dios ya que esto debe surgir espontáneamente de nuestra conversión al evangelio de salvación, lo que nos lleva a esforzarnos conscientemente por lograr la madurez espiritual, recibiendo enseñanzas, y trabajando por el bien de la obra Dios, aprendiendo a amar a las personas y a todo lo relacionado con el Señor, tomando cada cosa con seriedad, y no como aquellos que se sumergen en un ambiente religioso donde solamente adquieren ideas de un mundo lleno de demonios y brujos.

Entonces, ¿qué es lo debemos hacer sabiendo que Dios existe?


Primero, debemos asumir Su existencia como una realidad, y asumirlo como nuestra meta final; y segundo, debemos esforzarnos por perfeccionarnos cumpliendo Su voluntad: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” Mateo 5:48, lo que incluye la transformación a través del conocimiento de Su voluntad para nosotros, desarrollando las cualidades que el Señor ha puesto en cada uno, y la luchando contra las que tratan de apartarnos del camino, y sobre todo sirviendo con amor a la obra, lo que ayudará en todo lo bueno, facilitando nuestras vidas terrenales y nuestro crecimiento espiritual.

1 Timoteo 6:12-19 “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”.
El amor a Dios comienza en el corazón, y debe ser algo que siempre vaya creciendo en la vida cristiana. Eso significa hacerle nuestra prioridad y la meta en la vida, y eso es lo que nos lleva a pensar en Él cuando despertamos, nos lleva a orar, y a buscar Su presencia a cada momento o frente a cada decisión que debemos tomar durante el día; cuando Dios ocupa el primer lugar en tu vida, todo en ella se mueve alrededor de Él en un orden perfecto.
Es necesario comprender que para gozar de la vida eterna no es suficiente creer que Dios existe, sino que es necesario amarlo y demostrar ese amor con obras, esforzándonos por cumplir la voluntad del Señor.
Si no amamos a Dios en esta vida es imposible unirnos a Él en la eternidad, pues el hombre que muere sin amar a Dios, o sea, sin arrepentirse de su pecado, ha hecho su propia elección, conscientemente, rechazó la invitación que Dios le ofrecía.
Lo primero es conocer todo lo que podamos sobre Dios porque es imposible llegar a amar lo que no se conoce, y esa es la razón por la cual nosotros estudiamos las cosas de Dios ya que son parte de nuestro esfuerzo por mejorar nuestro amor por Él, para que pueda crecer y fructificar, pues el termómetro infalible para medir nuestro amor por Dios, y es hacer lo que a Él le agrada, lo que le gustaría que hiciéramos, y ser como quisiera que fuéramos, por lo que hay una sola forma de mostrar nuestro amor a Dios, y es hacer lo que Él quiere que hagamos, siendo la clase de persona que Él dispuso que fuéramos, y no que sea solo una declaración.
Dios nos ha creado para conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida, pero el amor no se da sin conocimiento, como tampoco es amor verdadero el que no se traduce en obras, haciendo lo que el Señor nos ha establecido como propósito.
Y por eso es que no se ha limitado a ponernos un instructivo en las manos como es la Biblia, y nos dejó que nos arreglemos interpretando como mejor podamos, sino que dejó al Espíritu Santo que permanece en los corazones de aquellos que aman a Dios para enseñarnos y guiarnos, de manera que sea el cuerpo de Cristo, la iglesia, quien continúe la misión salvadora, mostrando el Camino de la verdad, por todos los siglos y en todas las partes.

Amar a Dios es un proceso

Amar a Dios es un proceso de dejar de amar las cosas que nos rodean para enamorarnos de Él, y nuestro amor crece en la medida que maduramos, e incrementamos la fe pues comenzamos el día hablando palabras de fe, y programamos el día bajo su guía, y entonces obedeces a Dios porque lo amas; le dedicas tiempo a orar y leer la Biblia porque es tu prioridad y porque sabes que vale la pena tu dedicación.
El Señor nos ha demostrado su amor de muchas maneras, nos ha dado un hogar y toda la creación que lo rodea donde hay abundancia, y la máxima demostración fue que envió a su Hijo a la tierra, permitiendo que sufriera y muriera por nosotros:

porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16
Con lo cual tenemos la esperanza de un precioso futuro todos aquellos que en Él creemos, como también nos ha dado la oración, la que nos permite comunicarnos libremente con Él
Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” 1 Juan 5:2-4, “entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” Mateo 7:13-14.
Es decir que demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos y los ponemos en práctica, y esto no es muy difícil, pues sus leyes no son una carga:
Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia” Isaías 48:17- 19
Entonces es una pena que no todos los cristianos tengan esa actitud, el Señor curó a diez leprosos, pero solo uno volvió a Él para darle las gracias, Lucas 17:12-17.
El amor a Jehová es como un fuego, cuando esta encendido quema, pero hay que alimentarlo para que no se apague, amando verdaderamente a Dios, ¿quién dejaría que las llamas se fueran apagando poco a poco?.
Jesús quería que quienes le seguían mantuvieran muy vivo su amor al Padre y por la Palabra de verdad, “y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” Lucas 24:32, cuando vamos aprendiendo lo que enseña la Biblia es cuando sentimos que arde el corazón lleno de amor a Dios; lo difícil es mantener vivo ese amor y lograr que crezca sin apartar los ojos del mundo, ya que “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” Mateo 24:12-13.
Y otra manera de mantener vivo el amor a Dios es orando con regularidad, como dice el Señor: “Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías” 1 Tesalonicenses 5:17-20, nuestra relación con Dios seguirá viva si le hablamos constantemente y sin hacer oraciones mecánicas repitiendo siempre lo mismo sin pensar en lo que decimos pues así será más fácil que permanezcamos en el amor de Dios.
El estudio de la Palabra y la oración son formas personales de adorar a Dios, pero hablar del Señor y sus propósitos a otros es el mejor trabajo que hay, Pablo dijo que predicar era un tesoro:
pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” 2 Corintios 4:7

Ya que cuando predicamos, ayudamos a las personas a acercarse a nuestro Padre celestial y a entrar en el camino que lleva a la vida eterna. Además, dar testimonio de Dios y Su Palabra, hace crecer nuestra propia fe y nuestro amor a Dios, quien valora el esfuerzo que hacemos:
porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” Hebreos 6:10-12
Es decir que mantenernos activos en la obra nos ayuda a permanecer en el amor de Dios, “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano 1 Corintios 15:58.

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miércoles, 28 de agosto de 2019

Aliento

Salmos 23:4 “Aunque en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
Existe un lugar dónde ni tú ni yo podemos hacer nada, excepto esperar en el Señor, y es el valle de sombra de muerte. Estar en el valle es diferente a estar en la montaña. En la montaña se tiene mejor vista, es más fácil esconderse y hay muchas más opciones para estar seguro; pero el sitio en donde tienes todas las posibilidades de perder y ser herido, en donde no puedes huir, es en el valle. Estás expuesto a los dardos y cañones del enemigo, es ese lugar del cual no podemos huir, donde hay posibilidades de perderlo todo; y es precisamente ese lugar en donde estás o has estado, pero a pesar de eso, justo en ese lugar, el Señor siempre ha estado y estará contigo.
Hay creyentes que piensan que porque Jehová está con ellos nada les pasará, y eso es falso. Jehová irá delante de ti aplanando las cosas, pero eso no significa que no pasarás por el valle, significa que pasarás, pero que el Señor estará contigo. Atravesarás el valle de sombra, pero al final está la victoria del Señor para tu vida.
El valle de sombra de muerte de alguna manera persigue al cristiano, porque satanás cree que zarandeándonos puede con nosotros, pero el cristiano es como el enjambre de abejas mientras más lo jorungas más glorifica al Señor. El Señor cambia las circunstancias y usa lo que tenga a mano para sacar lo mejor de ti. El valle de sombra de muerte le da a tu vida la oportunidad de que Dios se manifieste.
En 2 Corintios 12:9 el Señor te dice: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Tú, que pasas por circunstancias, ¡levántate y resplandece! y sobre ti reposará el poder de Cristo, ese poder que transforma vidas y que hace de las circunstancias más oscuras, oportunidades que obren para tu bien.
Jesús hoy te dice: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? el Señor está presto para escuchar la súplica de sus hijos, y hoy verás la gloria de Dios saliendo de ese valle oscuro, y al Señor yendo delante de ti y esperándote para darte la vitoria.

El Mismo Cielo - Marcela Gandara - Con Letra

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martes, 27 de agosto de 2019

Posible para Dios

Lucas 17:5-6 “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.”
Estamos en tiempos donde todos pasamos por momentos difíciles, todos pasamos circunstancias, y a veces quisiéramos que Dios hiciera de nosotros gente que pudiera ser un gigante de la fe para ver las situaciones cambiadas, pero eso no te pasa sólo a ti o a mí, podemos ver en el evangelio de Lucas que los apóstoles también tuvieron esa idea en algún momento.
Vemos que los apóstoles pensaron que la cantidad de fe que tenían no era suficiente para ser apóstoles que pudieran cambiar las circunstancias, las situaciones adversas, por esto le dicen a Jesús: ¡Señor, auméntanos la fe! Seguramente en algún momento hemos pensado esta situación es más grande que mi fe, pero vemos la respuesta del Señor.
“Si tuvieres fe como un granito de mostaza”, es una respuesta que sorprende, nos ubica donde nuestro pensamiento, y nuestra idea debe estar, era la cantidad de fe que necesitaban tener, el Señor los ubica y los lleva a entender, cuando tenemos una sólida confianza en el poder y la palabra de Dios, entonces la circunstancia obedece y cambia.
Ante la circunstancia que puedas estar enfrentando, aun en las circunstancias generales podemos decir Señor, auméntanos la fe, pero escuchamos la respuesta del Señor, no es la cantidad, es la confianza absoluta, la convicción, la certeza que se pueda tener en el poder de Dios, aunque al ojo humano nos parezca difícil, si hay una solidez, una firmeza en creer que Dios es capaz por su poder, no por la cantidad sino por su poder que obra para cambiar, la situación cambiará porque lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios.

DIOS DE LO IMPOSIBLE - MARCO BARRIENTOS Ft. DAVID & D'CLARIO (LETRA)

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lunes, 26 de agosto de 2019

Que Me Falte Todo - Con letra - Zuleyka Barreiro

Padre fiel

Isaías 54:10 “Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.”
¿A quién le agradan las promesas? Si hay algo en lo que nos gozamos son las promesas, cuando estamos angustiados, cargados, quebrantados, siempre conversamos con alguien, nos gusta sentir una mano amiga que nos apoye, con sólo oír una palabra gran parte de la carga se aligera, el problema de confiar en las promesas humanas es que son limitadas por factores de la vida humana, si hiciéramos una encuesta descubriríamos que todos hemos sido heridos por alguna promesa no cumplida, también nosotros hemos decepcionado a alguien al no cumplir una promesa.
Lo que debemos entender es que toda promesa incumplida deja un corazón roto, una confianza destruida, una persona herida, generalmente a las personas se les hace difícil confiar en una promesa por alguna experiencia pasada, mucho más cuando el punto de fidelidad que tenemos es el del mundo que nos rodea, cada quien está consciente de las mentiras que ha dicho, de lo infiel que es la condición humana, lo grave de la infidelidad no es sólo las consecuencias físicas o sociales que pueda tener sino que conlleva a incapacidad de creer en las promesas de Dios.
Como somos infieles creemos que Dios también lo es, cuando necesitamos la fidelidad de Dios recordamos nuestra infidelidad, pero con Dios es totalmente distinto, es fiel porque es amor, es eterno, su fidelidad permanece, su reino no tiene fin, es inagotable.
Necesitas sentirte amado por Dios, poner esa cargar que tienes en el Dios fiel que has conocido ¿Cómo puede ser Dios tan fiel siendo yo infiel? Porque Dios es perfecto, es único, puedes acercarte confiado, convencido de que hay una respuesta de misericordia de su parte, “Porque los montes se moverán, y los collados temblarán”, esto quiere decir que confiar no nos hace negar nuestras realidades, pero debes estar seguro de que Dios está en control de ellas.
Él no nos abandonará, hará algo bueno de tu escenario perturbador, te dice que no se apartará de ti su misericordia, su pacto es inquebrantable, podemos acercarnos confiadamente en el Señor, su gracia se derrama en medio de la adoración, no olvida las oraciones porque estás clamando a un Dios verdadero, no hay que ver nuestra condición humana, en Dios no hay sombras de variación, encarnó para morir por ti, la entregó por completo para sacarte del lodo senagoso, es el que estableció su pacto de paz y pone su Espíritu Santo en ti, nos podemos acercar confiadamente.
Si llegas a olvidarlo recuerda lo escrito en 2 Timoteo 3:13 “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” Tenemos un padre de amor fiel que nos guía y nos restaura.

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lunes, 19 de agosto de 2019

venimos ante ti señor-letra

Sal de la esclavitud

Éxodo 14:10-14 “Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.”
Es necesario que creamos, dejemos de ver con nuestros ojos físicos y veamos con nuestros ojos espirituales. El libro de Éxodo narra la esclavitud del pueblo de Israel por 430 años, había pasado tiempo y ya estaban acostumbrados, vivían trabajos forzosos, eran asesinados, pero dentro de esto Dios llama a Moisés para liderar la liberación de su pueblo, luego vemos el recorrido del pueblo en el desierto por 40 años hasta la tierra prometida, un recorrido que se podía hacer en 11 días, era un pueblo terco.
Muchas veces pedimos (como Israel) ser liberados de una situación y en lugar de ver una respuesta, vemos que se agrava la situación o aumenta el fuego de la prueba, pareciera que Dios no oye, dudamos de lo que Dios hace. Cuando se complican las cosas y se cierran las puertas, los que conocemos al Señor sabemos que Él permite las pruebas y a veces no entendemos.
Tenemos un Jesús que nos ha dicho que murió para libertarnos, para darnos vida  en abundancia y nos cuesta creer la promesa porque estamos en servidumbre. No sé cuál es tu esclavitud, pero Dios no te ha llamado a eso. Cuando estás bajo el yugo del faraón comenzamos a echarnos la culpa unos con otros. Cuesta asumir la posición de responsabilidad, debemos abandonar esta manera de pensar, no podemos seguir cargando culpas cuando sabemos que Él ya lo hizo.
Lo que sucede cuando estamos en esclavitud es que hacemos las cosas a nuestra manera, de acuerdo a nuestra prudencia, buscando otros consejos, no buscamos la voz del buen pastor, y es sencillo, busquemos al Señor y Él se manifestará, Él quiere tener una conversación contigo.
Ora y cree a Dios porque Él no se oculta, quiere que cuando te vengan a contar de su misericordia, puedas decir que ya sabes lo que es porque lo estás viviendo, pero para eso debes desarrollar la fe, las promesas de Dios deben obrar en tu vida, comienza a clamar, comienza a adorar, al Dios que puede abrir tu problema en dos para que pases libremente, es fe, ¿Cómo la vives?

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sábado, 17 de agosto de 2019

Él sostiene

Lucas 19:1-10 “Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
Cuando las ansiedades de la vida, las frustraciones del día a día se evalúan bajo la óptica de las consideraciones personales y profesionales tomamos malas decisiones, Zaqueo dijo yo soy rico, soy publicano y bajo de estatura, la gente no me va a dejar ver, sin embargo tengo una necesidad y estoy ansioso de que Dios actúe en mi vida, pero vio su necesidad bajo la óptica de sus complejos, debilidades e incapacidades.
Hasta que pasa Jesús y debió descender porque lo que Él haría, lo haría solamente si descendía ¿Cuántas veces Dios te ha llamado y sólo te atreves a ver desde lejos? Dios no hace nada con gente que se queda sentada en las ramas, Cristo espera, insiste, llama y llama por nombre y apellido, te pide que desciendas porque quiere trabajar contigo, e insiste con su Santo Espíritu, hasta que nos damos cuenta que es buena idea descender de nuestras ramas y permitir que Jesús pase a nuestra casa.
El Espíritu Santo puede llegar a las ramas, alcanzar la altura en la que estás, pero Dios quiere que desciendas, Dios no crea las circunstancias, pero si las utiliza, la Palabra es clara y precisa con lo que ocurre, con los que son ministrados por la presencia del Espíritu Santo, es el fruto de la promesa del Señor, pero para eso debes descender de tu lugar de comodidad.
Cuando el Espíritu Santo viene sobre ti vivifica hasta tu cuerpo mortal, trae sanidad sobre tu vida y restauración sobre tu cuerpo, cuando Cristo le dice a Zaqueo que se baje, la palabra en griego significa que debía rebajarse a los niveles más bajos de su vergüenza para que el Espíritu Santo operara ¿Es este tu momento de descender? Esa comodidad puede ser tu empleo, tu salud, incluso tu propia seguridad, pero casi siempre es el orgullo, Él quiere trabajar contigo y entrar en tu casa.
Zaqueo descendió no solo porque Cristo le aseguró que iba a trabajar con él, sino porque le dijo que era necesario llegar a su casa, el Salvador tiene la necesidad de trabajar en tu casa, pero ¿Aun estás en las ramas? Quiere ir a tu casa, Zaqueo lo único que tuvo que hacer fue descender de prisa, el cristiano que desciende deja que el Espíritu Santo obre, así Él entra en su casa y sus decisiones todas son para seguir y glorificar a Cristo.
Has de tu vida entera un ministerio, de tu paternidad, tu maternidad, tu relación, que cada rol sea un ministerio, no hay tal cosa como un error eterno, tu vida no se puede determinar por tus errores, vive en el caminar del perdón, puedes decidir basándote en Él y no en los hombres, pídele a Dios que te ayude a descender de la rama, no temas ante la humillación porque el mismo Dios que te manda a descender, va a extender su mano de gracia para levantarte, y si te faltan fuerzas para seguir Él te sostiene.

Marcos Brunet Ft Lucas Conslie - Al que está sentado en el trono (Con l...

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viernes, 16 de agosto de 2019

Si Estas Aqui No Te Vallas Billy Bunster

Dones

Romanos 12:6-8 “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.
En los versos anteriores Pablo dice dos cosas que son importantes: uno, que seamos humildes, que nadie tenga más alto concepto de sí del que debe de tener; y el segundo, que todos  somos parte de un cuerpo, miembros que tienen distintas funciones. Cada uno tiene su justo lugar y su justa razón de ser, y ninguno es mejor que otro aunque sea más o menos visible; y todas estas partes encajan para formar a un ser humano. Lo maravilloso de todo, es que además de ser hombre o ser mujer, somos morada del Dios invisible que vino a transformar nuestras vidas.
Así que Pablo dice que en esta realidad de quienes somos, el Espíritu Santo reparte dones a cada miembro del cuerpo, y esos dones no son de nuestra propiedad, sino que son ministerios o dones que Dios nos permite ejercitar para servir a los demás. La palabra ministro no es un título, es una palabra que viene del significado de diácono, es decir, servidor. Por tanto, tenemos que el Espíritu Santo repartió dones a todos, y aunque quizás alguno no lo haya concientizado, el mismo Espíritu Santo en su tiempo le revelará como en qué manera va a usarlo, y esto no necesariamente  dentro del templo, pues generalmente nuestro servicio sucede fuera de la iglesia, en nuestra vida cotidiana.
Ahora, luego de que Pablo nos da esta introducción, viene a hablarnos acerca de una frase referida al amor, y es que el amor debe ser sin fingimiento. Esto  es importantísimo, porque no tenemos que aparentar nada, sino más bien día a día demostrar que se está formando en nosotros el carácter de Cristo. Esto se tiene que formar, porque de lo contrario todo lo que hagamos para el Señor viene a ser como un címbalo que retiñe, es decir, mucha ruido y pocos resultados, porque la gente copia lo que ve en vez de lo que oye, así como eso los niños copian a sus padres en cada cosa que hacen.
Por eso lo primero en la vida cristiana es eso, el carácter, eso es lo que debe fundamentar nuestra vida como cristianos. Un carácter moldeado por el Espíritu y por la palabra, permitirá que poco a poco recuperemos la imagen y la semejanza de Dios en nuestras vidas. Esto es de lo que Pablo en Filipenses, cuando se refiere al perfeccionamiento de los santos, entendiendo que los santos somos nosotros, personas que hemos sido separadas del mundo terrenal, para ser parte del mundo de Dios. Así que quizás las acciones de alguien no sean del todo santas, pero hemos sido llamados Santos por la gracia de Dios.
Él nos ha llamado y ha empezado la obra de la transformación y el perfeccionamiento en nuestras vidas; y es entonces cuando podemos servir con humildad a Dios. En el servicio a Dios todos somos iguales, pero desarrollamos distintas funciones.

Caminos de Dios

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