martes, 27 de febrero de 2018

Consolador

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Depresión

Es tal la angustia que me invade, que me siento morir" (Mateo 26:38), palabras de Jesús en el huerto de Getsemaní.
"Estoy harto, Señor, quítame la vida"... (1ra. de Reyes 19:4), palabras de Elías bajo el enebro cuando deseaba morir.
Son dos expresiones que se asemejan, pero que no dicen lo mismo.
Hay una diferencia entre el estado de aflicción de Jesús y el de Elías.
Jesús llegó a expresar " has pasar de mí este trago amargo... pero no sea como yo quiero sino como quieres tú."

Elías (el triunfador) pidió a Dios que le quitara la vida con un sentimiento de autodesprecio: "no soy mejor que mis padres". Hasta Dios le dijo: "Elías, ¿qué haces ahí?"
Actualmente escuchamos hablar de depresión para referirse a estados de pena, tristeza... pero no siempre –ante estos sentimientos- podemos hablar de depresión.
Nos encontramos con nuestros parientes, con nuestros amigos, compañeros de trabajo o estudio y con hermanos de la iglesia, a los cuales queremos llevar consuelo, presentarles a Jesús, pero a quienes la familia o nosotros mismos etiquetamos y ligeramente decimos: "está con depresión".
Cuando hablamos de depresión, nos referimos a un estado patológico... así que, ¡cuidado! No declaremos ni diagnostiquemos enfermedades donde no las hay. Hay que tener cuidado de usar entidades o clasificaciones psicopatológicas apresuradamente.
Si una persona tiene un tumor no necesariamente tiene cáncer; si tiene un carcinoma, no nos atreveríamos a declarar que tiene una metástasis, sin que esto haya sido confirmado, luego de una seria investigación médica con los métodos adecuados.
Advierto de está manera, porque durante las ministraciones suelo escuchar serias confusiones al nombrar ciertas alteraciones del estado de ánimo.
¿Cuál es el riesgo? No ayudar como corresponde.
En el caso de duelo y depresión son bien diferentes los abordajes, la ayuda que puede ser útil y la actitud más recomendable.
De hecho, el duelo no se trata, no tiene indicaciones de tratamiento; pero la depresión sí.
Dios trató a Elías durante su depresión: lo atendió, le dio descanso y le envió comida.
Un signo solo, por ejemplo, "falta de interés" no alcanza para definir una depresión, como tampoco un estado de tristeza.
Hablar de depresión implica reconocer ciertas distorsiones en cómo se perciben los hechos reales y cierta anormalidad en cómo encarar la vida.
Quiero recordarte la esencia del ministerio de Jesucristo descripto en Isaías 61:1-4.
"El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí ,por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes de Sion. Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento. Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria. Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones."
"Consolar enlutados" tiene dos sentidos, por pérdida o por pecado; el segundo caso podemos verlo en Isaías 57:18 "He visto sus caminos, pero los sanaré los guiaré y los colmaré de consuelo."
Aquí le está hablando al pueblo de Israel que había caído en idolatría.
Un pueblo enlutado por la influencia de su pecado.
"Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor". (Romanos 6:23)
Cuando estamos frente a alguien deprimido debemos pedir discernimiento al Espíritu Santo para saber si el origen de su depresión está en algún pecado no confesado que enluta su vida.
Pero no toda depresión es producto del pecado. Tampoco se trata necesariamente de un fracaso espiritual.
Elías dice "basta", "quiero la muerte". Elías venía de un triunfo (venció a cuatrocientos cincuenta profetas de Baal) y tuvo un descenso emocional.
Esto sucede algunas veces después de logros personales y de grandes victorias espirituales. Pero Elías vivió ese gran triunfo como una señal de fracaso espiritual.
Podemos decir que Elías no tenía bien orientadas sus percepciones acerca de lo que realmente le estaba sucediendo. Percibió el éxito como fracaso ante la sola amenaza sarcástica de Jezabel (1ra. Reyes 19:2) de que al día siguiente su cabeza estaría como la de esos profetas de Baal (decapitados)... y se desmoronó.
Siempre me pregunté ¿qué pasaría por la mente de Elías que lo llevó a confundirse de tal manera?, ¿qué le pasaría a Elías que lo llevó a apreciar más el comentario de un enemigo derrotado que la victoria que Dios le había otorgado?
Tristeza
¿Qué es tristeza? Es un estado de ánimo.
Tristeza es sinónimo de congoja, dolor, vacío, aflicción, pena, compunción, desconsuelo, pesar, por las cosas que –ya lo dijo Jesús- nos pueden suceder en este mundo.
"Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En el mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo." ( Juan 16:33)
Observa como Pablo describe su tristeza en la carta a los Romanos, por los que están sin Cristo, por "las almas".
"Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor. 
Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza, el pueblo de Israel." (Romanos 9:2-3)
Cuando sentimos un profundo amor por un ser querido (un hijo) solemos expresar nuestra pena, nuestra tristeza, diciendo: "que esto me pase a mí" o "preferiría sufrir yo esto". Lo decimos apasionadamente, con esa misma pasión el apóstol Pablo expresa su sentimiento por las almas en el pasaje antes mencionado. 
Esto es tristeza.
Veamos la tristeza de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
"Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: 'Siéntense aquí mientras voy más allá a orar.' Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. 'Es tal la angustia que me invade, que me siento morir –les dijo-. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo.'" (Mateo 26:36-38)
Así les compartió Jesús su estado de ánimo a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Jacobo y Juan. Jesús habló de su alma abrumada, les habló de una tristeza mortal. 
Un alma abrumada y un espíritu atribulado necesitan tener con quien desahogar su pena y dar lugar a las congojas. Jesús buscó apoyo: "quédense aquí y manténganse despiertos conmigo".
Pero sus amados discípulos eran pobres para el consuelo.
La tristeza nos impone la necesidad de compartir la pena, porque el alma está abrumada. Buscamos apoyo, "quédense aquí y manténganse despiertos conmigo", dijo Jesús. 
¿Qué abrumaba a Jesús? 
Se han hecho muchas interpretaciones sobre el vs. 39 del capítulo 26 de Mateo: "Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: 'Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero sino lo que quieres tú'."
El trago amargo era el "no" a la muerte física; muerte que equivalía a pagar el rescate por muchos:
"...así como el Hijo del Hombre no vino para que le sirvan sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos." (Mateo 20:28) 
El trago amargo es la separación de Dios para pasar a ser sustituto del pecador. Mateo 27:46 
"Como a las tres de la tarde, Jesús gritó con fuerza: 'Elí, Elí, ¿lama sabactani?' (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?)"
Él muere abandonado para que muchos no seamos abandonados. 
Lo cierto es que suceden cosas que no coinciden con nuestro propio anhelo, con nuestro fin en la vida, y tenemos que considerarlas, emocionalmente, imposibles de evitar. Y estas cosas imposibles de evitar son las pérdidas y el dolor. 
Conocemos la causa que nos aflige, podemos expresarlo, buscar, esperar y recibir apoyo y ayuda.
Depresión es otra cosa.
Depresión por el pecado
El pecado trae culpa por la desobediencia y la transgresión conocida.
Vemos en Adán y Eva como Dios "mandó" (Gn. 2:16) lo que sí (de todo árbol del huerto podrás comer) y lo que no (más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque ese día morirás).
Ellos se hicieron delantales con hojas de higueras porque se vieron desnudos, tomaron conciencia del pecado.
Luego se escondieron y en Génesis 3:10 Adán dijo:"Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí."
El pecado y su abatimiento causan un sentimiento de culpa concreto, que tiene relación con una actitud o acción especifica, personal y puntual; en estos casos puede haber una depresión por una trasgresión real.
Conozco el caso de alguien que durante años proclamó la victoria del Señor por no consumir más droga. Luego viene la tentación y regresa al consumo de droga, entonces, previo enojo declara: "hoy no puedo proclamar victoria porque la perdí".
Las raíces de la depresión (que no tiene que ver con pecado) suelen ser muy profundas y complicadas. La sensación de culpa está en la base de la depresión, pero es de tono más vago, es imprecisa, tiñe todos los aspectos de la vida de un halo de angustia y condenación. 
Puede tratarse de una "seudo culpa" (culpa falsa) como en el caso del abuso sexual infantil. Y también puede haber pecado (odio, resentimiento, rencor), pero no está a la luz. No tiene relación directa.

Poder

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Quiero mirar tu hermosura Marco Barrientos

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Luz

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sábado, 24 de febrero de 2018

Cristo

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Altísimo

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Anhelo tu presencia - Marcos Barrientos Letra

Encuentra...

"Búscate un hombre que te ame. Un hombre que te abrace de repente y te bese a menudo.

Un hombre que te ayude en las tareas domésticas sin que tengas que pedírselo 
Encuentra a un hombre que te sorprenda: con una cena, un regalo inesperado, un pequeño detalle. 
Que te acaricie cuando te tenga a tu lado,
Que te haga un masaje para que te sientas bien después de un día duro.
Encuentra a un hombre que te mire como si fueras la cosa más hermosa del mundo.
Un hombre que te haga sentir su deseo sólo con una mirada.
Un hombre que te toque con delicadeza pero con pasión.
Búscate un hombre que te haga un cumplido al día,
Que te haga sentir hermosa en todo momento.
Un hombre orgulloso de ti,
Que te muestre orgulloso del mundo,
Que siempre te corteje.
Búscate un hombre loco.
Un hombre que puede hacerte reír. 
Un hombre que te escuche, entender, entender.
Un hombre que se haga cuatro para cumplir tus deseos porque te ama.
Búscate un hombre que te respete y te haga respetar.
Un hombre que te proteja,
Que te haga sentir segura.
Un hombre que te ponga primero.

Encuentra a un hombre que se duerma contigo,

Que siempre tenga sed de tus besos y que tenga la prioridad de hacerte feliz.
Encuentra a un hombre educado, limpio, amable.
Un hombre que te haga querer vivir,
Que haga tus días maravillosos.
Un hombre que nunca permita que sientas sola.
Que te haga sentir completa y sin falta.
Un hombre capaz, seguro.
Un hombre honesto.
Sincero.
En serio.
Encuentra a un hombre que haga mejor tu mundo y no peor.
Un hombre que viva para ti y que te haga entender que tu eres la otra mitad del corazón."

Puedo dormir

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Encomienda

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Oremos por la nación

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Todo

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Sostiene

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viernes, 23 de febrero de 2018

Preocupados

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Mandamientos

A continuación los 10 mandamientos de una esposa cristiana.
I. Ama a tu esposo, pero no lo ames mas que a Dios
Nadie debe ocupar el lugar de Dios en tu vida. Tu primera devoción y tu primer amor deben ser ofrecidos únicamente al Señor. Cuídate de no hacer de tu esposo un ídolo, al que le dedicas lo mejor de ti. Recuerda que Dios es un Dios celoso (Exodo 20:4-5).
II. Te someterás a tu esposo
El llamado que Pablo le hizo a las casadas, era de sujetarse a sus maridos. El decía “las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador” (Efesios 5:22-23). La mujer está llamada a someterse a su esposo como una muestra de reverencia a Dios. El te pide que lo respetes, aun cuando pienses que esta equivocado, en los desacuerdos y aun si tu esposo no es creyente. En este sentido es vital apoyar y respetar las decisiones del esposo.
III. Orarás por tu esposo y por tu familia
El rol de la mujer dentro del matrimonio es ser ayuda idónea para su esposo (Génesis 2318). Y esta función tiene su cumplimiento en gran medida, a través de la ayuda espiritual. Mediante la intercesión, la mujer cubre a su esposo con protección y bendición del cielo, incluso si el esposo no es creyente. Hay mucho poder cuando una mujer ora por su marido y por su familia.
IV. Serás prudente para hablar
Tienes que ser sabia con las cosas que declaras, sobre todo cuando te diriges a tu esposo. Aun en los momentos de crisis y diferencias debes medir tus palabras para edificar y no para destruir. Debes siempre conservar la calma recordando que la “blanda respuesta quita la ira”(Proverbios 15:1)
V. Te vestirás decorosamente
Como dama de la casa, debes vestirte con pudor. Tu apariencia siempre debe ser honrosa y no provocativa. No usarás escotes y ni ropa pegada al cuerpo, porque tu virtud y belleza vienen de tu carácter interior y no de tus vestidos ni ornamentos. Esto fue lo que enseñaba el apóstol Pablo cuando decía: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad (1 Timoteo 2:9-10).
VI. No engañarás a tu esposo
Serás fiel a tu esposo en tu corazón y en tus pensamientos. Tendrás solo ojos para tu esposo honrando el pacto que hiciste delante de Dios. Fidelidad a tu marido y a tu familia, también es fidelidad a Dios.
VII. Ayudarás económicamente
Tu aporte en la economía será importante, porque la esposa también es responsable de la administración de las finanzas. Trata de ahorrar, no malgastar, usar bien el dinero'
VIII. Reconocerás su autoridad
Es necesario que reconozcas la autoridad de tu marido sobre todo delante de otras personas y delante de los hijos (en caso de que los tengan). Es un error exponer los defectos, las faltas y las debilidades del esposo delante de otras personas. Es importante para la estima del hombre que sus virtudes y sus aciertos sean reconocidas, especialmente departe de su esposa.
IX. Atiende a tu esposo
La esposa debe esforzarse por atender a su marido dentro del hogar. Dependiendo de tus habilidades y de los gustos de tu esposo, debes demostrar el amor mediante los detalles. En este sentido, si trabajas fuera de la casa, quizás no dispongas de mucho tiempo, sin embargo debes aprovechar las pequeñas oportunidades para atenderlo (Ejemplo: cocinar su comida favorita).
X. Modela a Cristo
Como creyente debes exhibir el carácter de Cristo aun delante de tu esposo. En tu trato con el, cuando estas bajo presión y mas aun cuando tu esposo necesita de tu apoyo. Para el efecto, pídele a Dios su gracia, sabiduría y fortaleza. Esto es de mayor importancia si tu esposo no es creyente, pues así lo enseñaba el apóstol cuando decía: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa”(1 Pedro 3:1-2)

A Dios Sea La Gloria - Ericson Alexander Molano

Sanar

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He aquí

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Hospedaron ángeles

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Sin embargo

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Clama

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Amor

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Paciencia

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Mujer

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jueves, 22 de febrero de 2018

Jamás te abandonaré

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Demasiado tarde


Cuando llegue a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tome de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos. 
De pronto  ya no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio……le dije lo más suave que pude.
Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me pregunto, ¿por qué? 

Evite su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiro los utensilios y me grito, ¡no pareces hombre! Esa noche, ya no hablamos más. Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber que le había pasado a nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria.
Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba, solo me daba lástima. 

Con un gran sentido de culpa, redacte un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa 

Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdicio conmigo.
Todo eso que yo nunca le podría reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.
Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca. 

El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retire a dormir.
Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me importo y solo me acomode de nuevo en cama y seguí durmiendo. 

En la mañana me presento sus condiciones para aceptar divorciarse: No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible. Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres. 

Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara como la cargue el día de nuestra boda.
Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa……. pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos. 

Le platique a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa……se rio bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad que se van a divorciar.
Desde que le exprese mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargue se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo, papa me da gusto que quieras mucho a mi mama. Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incomodo, la baje y ella camino a tomar el autobús para ir a trabajar.
Yo maneje solo a mi trabajo. 

El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargo ligeramente en mi pecho. Podía oler la fragancia de su blusa. Me di cuenta que desde hace tiempo no le había puesto mucha atención a esta mujer. Me di cuenta que ya no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara, su pelo ya mostraba canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunte que si yo era el responsable de esto.
Al cuarto día, cuando la cargue. Sentí que regresaba un poco de intimidad. Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida. 

El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No le platique nada de esto a Eloísa. Conforme los días pasaban se me hacia mas fácil cargarla. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte.
Una mañana la vi que estaba buscando un vestido para ponerse, pero no encontraba nada que le quedaba. Solo suspiro y dijo, todos mis vestidos me quedan grandes. Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarla. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada. 

De repente entendí la razón……estaba sumergida en tanto dolor y amargura en su corazón. Inconscientemente le toque la frente. 

Nuestro hijo entro en ese momento y dijo, Papá es tiempo que cargues a mamá.
El ver a su papá cargar a su mamá todos los días se le había hecho costumbre. Mi esposa le dio un fuerte abrazo. Yo mejor mire hacia otro lado por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes. Entonces la cargue, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acaricio mi cuello, y yo la apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos casamos. 
Pero su estado físico me causo tristeza. Ese día, cuando la cargue sentí que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela.
La abrasé fuerte y le dije, nunca me di cuenta que a nuestra vida le hacía falta algo así. 

Me fui a trabajar…..salte fuera de mi auto sin poner llave a la puerta. Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión…..subí las escaleras, Eloísa abrió la puerta y le dije, Lo siento mucho pero ya no me voy a divorciar. 

No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me toco la frente y me pregunto si tenía fiebre.
Quite su mano de mi frente y le dije de nuevo. Lo siento Eloísa, ya no me voy a divorciar. Mi matrimonio era muy aburrido porque ni ella ni yo supimos apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos.   Ahora me doy cuenta que cuando nos casamos y la cargue por primera vez esa responsabilidad es mía hasta que la muerte nos separe.
Eloísa en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada, y llorando cerro su puerta. Corriendo baje las escaleras y me fui de ahí. 

Pare en una florería, ordene un bonito ramo para mi esposa. La chica me pregunto que le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, ” siempre te llevare en mis brazos hasta que la muerte nos separe”.
Esa noche cuando llegue a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa en mi cara, subí a nuestro cuarto……..solo para encontrar a mi esposa en su cama…..Muerta .
Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación. No la mansión, el carro, propiedades o dinero en el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo. Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio

Yo te mando

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A SUS PIES...JESÚS ADRIAN ROMERO

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Sexo

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Jesucristo

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Confía

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miércoles, 21 de febrero de 2018

Mujer

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Barre

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Victoria

Insólito. Una palabra que resume lo que ocurría en la calle del muerto. Larga, angosta, con baches en el asfalto, como si se tratara de un trágico escenario después de un bombardeo en Beirut.
Ocurrió de todo desde accidentes de tránsito, pasando por crímenes agotados en la vida de incautos transeúntes, hasta incidentes de violencia intrafamiliar que estallaban de manera sorpresiva e inexplicable.
--Vivir en este barrio es un infierno--, comentó doña Mélida mientras se abanicaba con una revista, un atardecer caluroso y monótono como la función de un payaso triste.
--No creo que podamos hacer mucho—le respondió su marido, mirando en la distancia a dos niños que jugaban a la pelota, despreocupados de todo y de todos.
--Sí, pues no podemos quedarnos quietos mientras que este sector que me vio crecer, otrora tranquilo y amañador, año por año se deja ganar terreno por la maldad—interrumpió la nieta.
--Tú y tus cosas de religión---cuestionó la abuela, arrugando el ceño y mirándola a través de los anteojos, gruesos y grandes como lentes de telescopio.
--No, abuelos. No es asunto de religión. Es simplemente recobrar el terreno que nos ha venido ganando Satanás—explicó la muchacha. Había logrado captar la atención de los ancianos.
--Tonterías de fanáticos religiosos—desestimó su abuelo con el característico movimiento de mano, que igual denotaba indiferencia o desdén.
--Te equivocas, abuelo—dijo ella.—Nos movemos en dos dimensiones: una física y la otra espiritual. Y la espiritual ejerce influencia en la dimensión física. Es la mejor explicación para lo que está ocurriendo en la cuadra. Tanta violencia y muerte no son algo lógico--. La joven ponía énfasis en cada una de sus palabras.
--Déjala que nos explique…--salió al paso la abuela cuando adivinó el deseo de su marido, de irse hacia la sala. Tantos años de compartir la vida juntos le permitía casi anticiparse a lo que haría él.
Hablaron por largo rato. La chica les detalló qué decía la Biblia al respecto. Ella comenzó orando, inicialmente en la soledad de su cuarto, en procura de recuperar el territorio en manos de Satanás. En menos de tres semanas otros cristianos comprometidos, se sumaron a su tarea, haciendo caminatas de oración y clamor, ungiendo todos los rincones y fachadas de las casas con aceite.
Aunque muchos se reían al verlos, no pudieron ignorar los cambios que se produjeron en el sectgor. Los índices de violencia se redujeron dramáticamente y dos antros que funcionabamn cerca, cerraron sus puertas. Ni siquiera los propietarios podían explicar qué los impulsaba a moverse a otro lugar. ¡Los cristianos retomaron el control de la zona!
La lucha de dos mundos
Aun cuando muchas personas se resistan a aceptarlo, se libra una batalla entre dos mundos con características particulares: el físico y el espiritual. Y desde los dos, hay una interacción. En cierta ocasión el Señor Jesús, al recibir la declaración del apóstol Pedro sobre su divinidad, le dijo: "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo" (Mateo 16:18-20) .
Esa prerrogativa fue dada a los cristianos. Desde la dimensión material en la que nos movemos usted y yo, impactar la dimensión espiritual. Si clamamos, que lo hacemos desde la dimensión física, recibimos respuesta desde la dimensión espiritual, proveniente de Dios (Cf. Mateo 6:10). Igual cuando se trata de impactar las huestes de maldad. Si bien es cierto lo hacemos desde la dimensión física, Satanás y todos sus secuaces tienen que darse a la huida porque les estamos golpeando a través de un mecanismo poderoso como es la oración.
Cuando los cristianos tomamos conciencia de esta realidad, se producen unos cambios extraordinarios en el medio que nos circunda. ¡Podemos recobrar los territorios que nos robó Satanás con sutileza y engaño! Piénselo: su nación, su provincia, su ciudad e incluso, el sector que habitan, pueden ser gobernados plenamente por Jesucristo si desde ya nos damos a la tarea de enviar en derrota todas las huestes de maldad que hoy dominan como consecuencia del pecado del género humano (Cf. Santiago 4.7)
Debemos tomar posesión de los territorios
Cuando Dios nos concede algo, por ejemplo nuestra familia a quienes somos creyentes, debemos obrar en fe y posesionarnos de todo cuanto nos fue legado. Declararlo con las palabras y creerlo con el corazón.
Encuentro una excelente ilustración de este punto cuando se produce la muerte de Moisés y Josué—su más cercano colaborador—es encargado de llevar el pueblo de Israel a la tierra prometida. Dios fue explícito cuando le transfiere la misión pero a la vez, el poder y la autoridad: "Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio" (Josué 1:2-4).
En el pasaje Dios declara que todo territorio que pisaran—es decir, de los cuales tomaran posesión—lo entregaba en su poder. El asunto no solo era que dijeran: "Esa tierra nos pertenece", sino que tomaran posesión de ella. Que dieran la batalla, no en sus fuerzas sino en las del Señor.
Piense por un instante en el territorio que habita: ¿Hay violencia?¿Drogadicción?¿Promiscuidad sexual?¿Muertes?¿Brujería? Ahora, en el plano personal: ¿Enfrenta obstáculos?¿Ataques en su vida espiritual? Y, qué decir de su familia: ¿Se dificulta que su cónyuge, hijos y familiares reciban el mensaje de Salvación?¿Alguno de sus allegados está sometido a las drogas o aun comportamiento moral riesgoso?
Si es así, mi pregunta obligada antes de proseguir con el Estudio Bíblico es: ¿Qué está haciendo usted para recobrar ese territorio que Satanás ha robado con engaño y sutileza? Es suyo, como lo es su familia y las bendiciones prometidas por Dios para su existencia—por ejemplo--, pero por asumir una actitud pasiva frente al asedio y ataques del adversario espiritual, ha cedido espacios que hoy debe recobrar. ¡La batalla será victoriosa porque no vamos a pelear nosotros solos, sino con Jesucristo como nuestro poderoso capitán!
Tenga presente que Dios le dijo a Josué y también a nosotros hoy, que es necesario tomar posesión del terreno. No resignarnos sino tomar lo que nos pertenece. Dar la batalla desde el mundo material, impactando la dimensión espiritual. ¡Toda atadura debe romperse!
Creer y obrar, clave para materializar las promesas
La guerra espiritual tiene dos cimientos muy valiosos. El primer creer en las promesas de Dios. El segundo, actuar. Están estrechamente ligados. Por ese motivo Josué y los israelitas se decidieron a avanzar en esa dirección: creer y obrar. Cruzar el río Jordan era un primer obstáculo. Dios les prometió que al tomar posesión, es decir, cuando sus pies tocaren las aguas, se produciría el milagro. "Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón" (Josué 3:13).
Sin duda para muchos debió ser aterrador tener ante sus ojos la majestuosidad de este enorme río. Pero ¡Creían lo que Dios les anunció! Por eso recibieron la victoria al atravesar lo que había sido una enorme mole de agua: "Y aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes estuvieron en lugar seco, las aguas del Jordán se volvieron a su lugar, corriendo como antes sobre todos sus bordes" (Josué 4:18).
Su familia, las propiedades, el trabajo, el sector que habita, la ciudad y la nación, son para Cristo. Le corresponde a usted tomar lo que es suyo. No permita que Satanás siga usurpando lo que el Señor le otorgó. No se conforme. ¿Por qué ver a sus hijos inmersos en drogas, su matrimonio en ruinas, los recursos económicos yéndose al drenaje y la sociedad en la que usted se desenvuelve sumida en el caos?
Territorios ganados mediante guerra espiritual
Llegado el momento decisivo, los israelitas con Josué a la cabeza, libraron una batalla pero no en la dimensión física sino espiritual. ¡Y conquistaron Jericó! Recuerde que tal como lo relata el capítulo 6 del libro de Josué, era una ciudad bien cerrada para evitar incursiones del enemigo (versículo 1).
La urbe, ubicada en el valle del Jordan (Cf. Deuteronomio 34.1, 3), a unos 8 kilómetros del mar Muerto, era estratégica porque permitía el dominio de un amplio territorio. Los historiadores señalan que los muros tenían una altitud de 9 metros y 2 metros de espesos. Una auténtica mole de piedra. Sobre las murallas había viviendas. Y sus moradores estaban preparados para dar la batalla.
Frente a esta realidad tangible, los israelitas concebían la posibilidad de entrar por la fuerza, aunque por supuesto, muchos debieron verse asaltados por el temor y el desánimo. Pero Dios les enseñó una estrategia diferente, que nosotros en nuestro tiempo definimos como plan de guerra espiritual: "Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante" (Josué 6:2-5).
Sonaba ilógico, pero Josué y los israelitas emprendieron la batalla con las armas más inverosímiles, tratándose de un reto tan grande como era conquistar una ciudad fortificada: rodear el terreno tomando posesión de él, elevar sonidos de guerra—que no es otra cosa que la oración del pueblo en procura de un hecho que rompa toda explicación--, depender del poder de Dios, y finalmente: proclamar victoria.
Piense por un instante en el territorio que habita, en su propio hogar, las finanzas personales… y tantos otros espacios que son suyos, que le corresponden, y que llegó la hora de retomar en el poder, la autoridad y la unción de Jesucristo.
Al séptimo día de estar rodeando y posesionándose del terreno, dieron la última batalla espiritual: "Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó, El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron" (Josué 6.20).
Por supuesto que Satanás tratará de disuadirlo diciéndole a su mente que sólo es una exposición de un fanático religioso. Incluso, es probable que le siembre semillas de dudas. Comprensible porque Él quiere seguir en control de los territorios, de ciudades, de hogares y de finanzas personales. ¡No le crea! Créale a Dios.
Entre 1907 y 1952 arqueólogos europeos y norteamericanos realizaron excavaciones en Cisjordania, donde se ubicaba Jericó. Los estudios a fondo que realizaron, corroboraron que los muros en efecto cayeron, tal como lo evidencian restos de piedra y argamasa desenterrados. Se produjo una implosión, es decir, la estructura cayó de adentro hacia afuera. Precisan que los cimientos no fueron minados y el desplome se debió probablemente a un terremoto. Hay evidencias además, que paralelamente debió producirse un incendio al interior de la ciudad.
Tres círculos divinos de protección
La Biblia es clara cuando enseña que Dios ha definido círculos de poder para proteger nuestra vida, nuestra familia y nuestras posesiones. El mismo Satanás debió reconocerlo, hablando del patriarca Job a quien él no podía atacar. El adversario lo admitió ante el amado Padre celestial: "Satanás replicó:—¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio? ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra. Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!" (Job 1:9-11, Nueva Versión Internacional).
Ah, sin duda estará pensando cuidadosamente en lo que hemos estudiado y en una realidad para su vida: desde el mundo material impactamos el mundo espiritual haciendo guerra espiritual (Cf. Efesios 6.12). Por ese motivo, hoy es el día para que cierre toda puerta que haya abierto a la maldad y comience a recuperar territorio en su ciudad, en su hogar, en su vida personal y sus finanzas.

¿Cómo hacerlo? Primero, evalúe su vida cuidadosamente, identificando dónde hay puertas abiertas al mundo de la maldad; segundo, sométase a Dios plenamente (Santiago 4:7); tercero, párese en la brecha y ordénele –en la autoridad que le dio Jesucristo—que se vaya de su vida, familia, posesiones y territorio. ¡Recobre el terreno! Jamás olvide que lo hacemos en oración y clamor, una poderosa arma que están dejando de utilizar los cristianos, mientras que el diablo está feliz porque puede seguir su estratagema de engaño y mentira.
Adelante. No se detenga. ¡Usted nació para tomar la victoria en Cristo! Jamás lo olvide: Satanás está derrotado. Usted, como hijo de Dios, es el vencedor.