lunes, 24 de julio de 2017

Paz

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Cristo te espera con los brazos abiertos

Eso es la parte externa, la parte que la mayoría de la gente está de acuerdo en que es lo que la convierte en una mujer mala.

Pero aquí está el punto: una puede arreglar sus actos externos y todavía estar seca por dentro. La gente aplaude porque una está “limpia”, pero por dentro una se siente más sucia que nunca.

El problema de Beth además, no es una baja autoestima, un enojo no resuelto, ni sentimientos de abandono. Estas cosas pueden alimentar su estilo de vida de ser “peor de lo que quiero ser”, pero no son el meollo de la cuestión. Cuando una ha solucionado estos temas psicológicos, la gente cree por error que ya estás “curada”, y que eres una mujer emocionalmente sana y preparada para enfrentar el mundo. Nuestra chica Beth lo sabe mejor que nadie. Sabe que identificar (incluso discutir profundamente) esos asuntos escabrosos, no los hace desaparecer, sin importar cuántos libros leas ni cuántos sermones escuches.

Su problema es sencillamente éste: Beth está en un pozo y no puede salir de allí.Aquellos que nunca han estado en este pozo en particular tienen muy poca paciencia con Beth. Se asoman desde el borde del abismo y levantan un dedo acusador: ¿No sabías que esto era un pozo? ¿Cómo eres tan tonta de meterte en tantos problemas? Has avergonzado a toda tu familia. ¿No lo sabías?Escúchame: eso no ayudará a Beth. Ella ya está llena de vergüenza y siente repugnancia; no necesita que le sigan añadiendo cosas encima. La crítica no es una cuerda de salvamento, es una sentencia de muerte.

La gente buena (padres, esposos, amigos, personas con buena intención) quizá se aproxime al borde del pozo de Beth no para juzgar sino para animar. La llaman diciendo: “Sube, Beth, ¡tú puedes hacerlo!. Aquí estamos todos esperándote, cariño. Vamos, da el primer paso.”

No, mi querida, esto tampoco ayudará mucho a Beth. Está demasiado oscuro ahí abajo como para ver un agujero donde meter el pie o para percibir una cuerda que se balancea por encima de tus hombros o para escuchar que están haciendo bajar una escalera poco a poco. Es especialmente difícil cuando has estado llorando durante mucho tiempo.

Además Beth ya sabe que no puede hacerlo. Ha intentado salir de su pozo de desesperación una y otra vez, hundiéndose cada vez más. Ese agujero puede parecer la boca de un lobo, pero ella ha estado allí abajo tanto tiempo que incluso la oscuridad ya le parece acogedora.

¿Se encuentra esta mujer fuera de nuestro alcance, lejos de toda esperanza? Sigamos con su interesante historia...

Beth se metió en la cama, hundiéndose en el colchón, con una húmeda toalla todavía puesta alredor de su cuerpo. Con los brazos flácidos y estirados, y sus mejillas sonrojadas de vergüenza. Compraría las pastillas en cuanto despertara, porque en ese momento no se encontraba en condiciones como para conducir. Mejor se iba a dormir un rato. Un sueño cortito ahora. Un sueño eterno muy pronto. El sueño de los muertos...

Muy poco sabía Beth que mientras ella planeaba su propio y triste final, muy por encima de ella alguien estaba rodeando su pozo, esperando el momento oportuno, esperando a que tocara fondo, esperando a que mirara hacia arriba.

De repente estaba fuera del pozo y en tierra firme. Ella cerró los ojos por el brillo del sol. ¿O era la cara de él que brillaba como el sol?

El hombre la dejó con delicadeza, de pie en el suelo
- Bienvenida a casa, Beth.
- Gra...gracias tartamudeó ella.

El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias. El que rescata del hoyo tu vida. El que te corona de favores y misericordias. Salmo 103:3-4

Algunas veces todavía lloro. Estoy en este momento llorando de gozo y gratitud. A estas alturas, imagino que ya habrás adivinado que la historia de Beth es mi propia historia. Me llamo Elizabeth, aunque todos me dicen Liz.

Sé lo que estás pensando: ¿Cómo fuiste a parar a ese pozo, Liz? ¿Te tiraron en contra de tu voluntad? ¿Te metiste a propósito? ¿O te despertaste allí una mañana, aturdida y confundida? 

Sí,sí y sí. No gastes energías en hacer preguntas como ésas. No importa cómo entramos en el pozo. LO UNICO QUE IMPORTA ES QUE SALGAMOS DE ALLÍ.

No todos los pozos son iguales de oscuros tampoco; algunos son de neón brillante, llenos con los botines del materialismo o los trofeos del éxito mundano. Los diez años que estuve en el pozo son mi más duro respaldo.

Un escritor afirma: “La vida no ha cambiado mucho en dos mil años. Las imágenes de la chica buena y la chica mala todavía nos acompañan. ¡Ya lo creo que están con nosotros! Dejaremos a las mujeres buenas para otra ocasión. Yo siempre aprendo más de mujeres que no son tan perfectas simplemente porque tenemos mucho más en común.

Querida amiga: Si tú has sido salvada del fondo de un pozo como yo lo fui celebremos nuestra libertad, sin olvidar aquellas que quedaron atrás y que están esperando desesperadamente oir nuestras Buenas Nuevas.

Y si tú todavía estás abajo, en el pozo de la vergüenza, recuerda que Jesús vino a la tierra por ti. Sus brazos están abiertos, listos y esperando llevarte a casa.

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domingo, 23 de julio de 2017

Defecto

Cuando Dios hizo a la mujer, ya estaba en su sexto día de trabajo. Un ángel apareció y le preguntó: 

- ¿Por qué le dedicas tanto tiempo? 
- ¿Has visto mi Hoja de Especificaciones para ella? – respondió el Señor. 

“Debe ser completamente lavable, pero no de plástico. Tener más de 200 piezas movibles, todas cambiables, y ser capaz de funcionar con una dieta de cualquier cosa y sobras. 

Tener un regazo que pueda acomodar cuatro niños al mismo tiempo, y un beso que pueda curar desde una rodilla raspada hasta un corazón roto; y lo hará todo con solamente dos manos”. 

- Solamente dos manos… ¡Imposible! ¿Y este es solamente el modelo estándar? Es demasiado trabajo para un día… Espera hasta mañana para terminarla – se maravilló el ángel. 

- No lo haré, - protestó el Señor. “Estoy tan cerca de terminar esta creación que es mi favorita y nace de mi propio corazón. Ella se cura sola cuando está enferma y puede trabajar 18 horas por día”. 

El ángel se acercó más y tocó a la mujer. 
- Pero la has hecho tan suave, Señor. 
- Es suave, - dijo Dios -, pero la he hecho también fuerte. No tienes idea de lo que puede aguantar o lograr. 

- ¿Será capaz de pensar?, - preguntó el ángel. 

- No solamente será capaz de pensar, sino de razonar y negociar, - Dios contestó. 

El ángel entonces notó algo, y estirando su mano tocó la mejilla de la mujer. 

- Señor, parece que este modelo tiene una fuga… Te dije que estabas tratando de poner demasiadas cosas en ella. 

- Eso no es ninguna fuga… es una lágrima, - lo corrigió el Señor. 

- ¿Para qué es la lágrima?, - preguntó el ángel. 

- Las lágrimas son la manera de expresar su dicha, su pena, su desengaño, su amor, su soledad, su sufrimiento, y su orgullo, - dijo Dios. Esto impresionó mucho al ángel, que dijo: 

- Eres un genio Señor, pensaste en todo. La mujer es verdaderamente maravillosa. 

- ¡Lo es! La mujer tiene fuerzas que maravillan a los hombres. Soportan dificultades, llevan grandes cargas, pero tienen felicidad, amor y dicha. 

Sonríen cuando quieren gritar. Cantan cuando quieren llorar. Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas. Luchan por lo que creen. Se enfrentan a la injusticia. No aceptan “no” por respuesta cuando creen que hay una solución mejor. 

Se privan para que su familia pueda tener. Van al médico con una amiga que tiene miedo de ir sola. Aman incondicionalmente. Lloran cuando sus hijos triunfan y se alegran cuando sus amistades consiguen premios. 

Son felices cuando escuchan sobre un nacimiento o una boda. Su corazón se rompe cuando muere una amiga. Sufren con la pérdida de un ser querido, sin embargo son fuertes cuando piensan que ya no hay más fuerza. 

Saben que un beso y un abrazo pueden ayudar a curar un corazón roto. Sin embargo, hay un defecto en ellas: “¡Se olvidan cuánto valen!”

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sábado, 22 de julio de 2017

Salmos 2:8

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Ansiedad

Una persona no es mala porque tenga un problema de ansiedad o cualquier otro problema de este tipo. La ansiedad es experimentada frecuentemente por las personas en la sociedad de hoy con sus tensiones y presiones. 

Pero algunas la experimentan más que otras y para algunas puede convertirse en una experiencia bochornosa. Usted es parte de un grupo de 20 o 30 millones de personas que sufren trastornos de ansiedad. Este es el problema mental número uno de las mujeres y el segundo más grande de los hombres. 

La ansiedad puede presentarse de muchas formas. Puede ser una incomodidad repentina e inexplicable que dura algunas horas, o puede ser un estado constante. Puede causar el evitar situaciones específicas o intensa preocupación. 

Estas reacciones todavía caen dentro del rango normal, sin embargo se convierten en “trastornos de ansiedad” cuando se intensifican, se mantienen por meses o interfieren con el funcionamiento normal de su vida. Estos pueden incluir: 

- Agorafobia: temor de estar en espacios abiertos, teniendo ataques de pánico, o en lugar donde pudiera ser difícil el escapar. 

- Fobias sociales: temor de ser abochornado 

- Fobia simple: temor de un objeto específico o situación. 

- Trastorno generalizado de ansiedad: preocupación persistente que continúa por los últimos seis meses.

- Trastorno obsesivo-compulsivo: repetidas ideas sin sentido, pensamientos, imágenes o impulsos (obsesiones) y los comportamientos (compulsiones) que se supone que alivian la ansiedad producida por las obsesiones. 

Los ataques de ansiedad ocurren por una sobrecarga emocional. Si usted sufre de ansiedad, hay una gran posibilidad de que no lo reconozca o luche con sus sentimientos. Quizás haya aprendido a negarlos, disimularlos o disfrazarlos; pero negándolos les da un control increíble sobre usted. 

¿Por qué esto les pasa a algunas personas y no a otras? Las causas fluctúan desde un patrón de trastornos de ansiedad, su temperamento, las experiencias de la niñez, etc. Las creencias mal adquiridas y equivocadas que crean temor al fracaso, al rechazo y al castigo. 

Pasos para el mejoramiento

¿Qué se puede hacer? La respuesta definitiva es aprender formas saludables para expresar sus emociones. Con respecto a hacer frente a los problemas y los trastornos de ansiedad, me inclino mucho por la consejería individual, tanto como por los grupos de recuperación. Usted puede tomar dos pasos para hacerlo más fácil.

1. Cada vez que ocurra un ataque de ansiedad, llame a una amiga que esté consciente del problema y pueda ayudarla. Eduque a esta persona para que sepa lo que usted está experimentando y lo que necesita. 

2. Planee por adelantado, así puede saber qué hacer cuando un ataque la golpee. A menudo la ansiedad hace difícil el pensar. ¿Sabe usted lo que hará la próxima vez que le sobrevenga un ataque de ansiedad? 

Desarrolle un plan que seguirá cuando el ataque venga. Puede incluir practicar técnicas de relajamiento, llamar a una amiga, poner música, lecturas preseleccionadas (anote inclusive el número de página) de pasajes de las Escrituras, escuchar alabanzas grabadas, enumerar cinco de las bendiciones recibidas más recientemente, etc. Añada a esta lista las cosas que haya encontrado prácticas en el pasado. 

No temas!!

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viernes, 21 de julio de 2017

Misericordia

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Aroma a pan de vida

Elisabet apenas sonrió al recordar el incidente. La anciana ahora se encontraba en su lecho de muerte pero aun así, se regocijó al recordar el momento en que supo sin lugar a dudas que su Mesías había llegado. 

En cada recuerdo de la visita sorpresiva de su prima María en años anteriores, Elisabet traía a su memoria el aroma del pan. Se había concentrado en el horno y luego se había extendido por toda la casa cuando ella levantó los ojos y vio a esa joven parada frente a ella, al oír la voz de María mientras su mismo vientre se movía tan súbitamente que ella lo acarició y sus rostro se iluminó. Desde entonces Elisabet no pudo volver a hacer pan sin pensar en su Salvador, ni pensar en su Salvador sin que el olor del pan volviera a su memoria. 

Posiblemente ese fue el escenario del que disfrutó Elisabet al pasar a la eternidad. La Biblia declara que Elisabet, esposa del sacerdote Zacarías y descendiente de Aarón, fue una mujer justa, escogida por Dios para ser madre de Juan el Bautista, el precursor de Cristo. Su prima María era todavía virgen cuando el ángel Gabriel le anunció que sería madre del Salvador del mundo y que Elisabet, una mujer anciana que había sido estéril, también estaba embarazada. 

María buscó a Elisabet emprendiendo un viaje de unos 80 kilómetros desde Nazaret hasta una aldea en las colinas de Judea que se cree que fue Ein Karem, a unos 6 kilómetros al noroeste de Jerusalén. Al saludar a su prima, el Espíritu Santo impulsó al bebé a moverse dentro del vientre de Elisabet y a que ésta, a su vez, exclamara a gran voz: “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.

¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre” (Lucas 1:42-44). 

El pastor John MacArthur hace notar que la expresión de Elisabet no fue de alabanza a María, sino del niño que ella llevaba en su seno. Al respecto nos dice: “Ella saludó a María no fríamente, sino con gozo. Entendió la reacción de su bebé en su vientre y parece haber comprendido la tremenda importancia del Niño que María llevaba en su seno. Todo esto debe atribuirse a la obra iluminadora del Espíritu Santo”. 

Elisabet fue poderosa en espíritu gracias a su fe y devoción; no obstante, su característica atractiva fue su gozo. Su fe es evidente por el hecho de que jamás cuestionó la bendición indescriptible en tanto que su esposo había quedado mudo y aparentemente sordo debido a sus dudas. 

Su devoción es evidente por el hecho de que al quedar embarazada se mantuvo recluida por cinco meses, probablemente redimiendo el tiempo para Dios con profunda gratitud. Es entonces cuando su gozo comienza a brillar, diciendo: “Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres”(v. 25). 

Su afrenta. Elisabet no sólo era estéril, sino que la llamaban estéril (v. 36). Todo el mundo lo sabía. “La esterilidad, de mayor importancia para una hija de sacerdote y esposa de sacerdote, era humillante –escribe el maestro de Biblia Henry Lockyer– ya que en Israel el sueño de toda mujer era que pudiera tener el privilegio de ser madre del Mesías, prometido a Eva, la primera madre sobre la faz de la tierra”. 

Elisabet reaccionó honorablemente a la bendición del Señor acercándose a Él. Estuvo llena de gozo, aunque también comprendía que el privilegio siempre viene acompañado de la responsabilidad. Se daba cuenta de que cuando Dios lleva a cabo una obra monumental en la vida de alguno, no hay lugar para engrandecerse: todo el mérito es del Señor. 

Así que Elisabet se recluyó hasta poco antes de que María la visitara al sexto mes de su embarazo y los vecinos que antes la habían llamado estéril aparentemente no sabían nada del milagro sino hasta después del nacimiento de Juan (v. 58). La Biblia afirma que ellos se regocijaron con ella. 

El versículo 56 nos dice que María se quedó con ella como tres meses antes de regresar a Nazaret. El hecho de que este relato sea un paréntesis antes del nacimiento de Juan nos sugiere que María regresó a casa antes del evento. No obstante, la opinión de los estudiosos está dividida al respecto y una idea hermosa es que María pudo haber auxiliado en el nacimiento del precursor de su propio Hijo, su Salvador. 

¿Acaso la madre del Siervo ayudó a preparar el camino de quien fuera el que debía preparar el camino al Señor? 

“El relato acerca de Elisabet termina cuando el relacionado con su hijo comienza a desarrollarse –escribe la autora Edith Deen–. Sólo podemos esperar que ella haya vivido para regocijarse con motivo de la iniciación de su ministerio, cuando las buenas nuevas se extendían y muchos se volvían al Señor en arrepentimiento. 

El tributo de Juan el Bautista al Señor Jesús de que se trataba de uno mayor que él y su hermoso espíritu de renunciación al decir: “Es necesario que Él crezca para que yo mengüe” (Juan 3:30), son un recordatorio del espíritu de su noble madre”. 

Así que es posible que Elisabet sonriera en su lecho de muerte, pues no tenía temor a morir. Ella conoció a su Salvador antes de que Él mismo naciera, lo había conocido desde que su propio hijo en su seno anunciara la presencia del Mesías en la primera de muchas ocasiones. Elisabet cerró sus ojos, exhaló el último aliento y volvió a recordar el olor del pan. Fue el aroma del Pan de Vida. 

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jueves, 20 de julio de 2017

Jueves

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Mujer

Rubén Darío dijo que sin la mujer la vida es prosa y nuestro Señor nos dice que quien halla esposa halla el bien y la benevolencia de Jehová[1]. Todo hombre necesita de una mujer, el mundo necesita de la mujer. ¡En todos los aspectos de la vida, las mujeres son determinantes!
Sabemos que la mujer procede del hombre, quien necesitaba ayuda, por eso Dios tuvo la brillante idea de crearlas. Sin embargo, ambos, hombres y mujeres, nos complementamos porque fuimos creados por el Señor[2]. Él usó a la mujer como puerta de entrada a la vida, aunque creó al hombre primero y le dio asignación, es decir, trabajo y mandato. Luego, al verlo solo, poniendo nombre a los animales, le dio ayuda idónea[3], lo que significa ser complementaria. Eva fue creada para ser el apoyo en el esfuerzo por guardar el mandato y hacer el trabajo. A veces, culpamos a la mujer de permitir que entrara el pecado de desobediencia y robo. Pero cuando Dios le dio el mandato a Adán de no comer del fruto, Eva no estaba presente. Pienso que Adán falló al no enseñarle a ella. El hombre debe cuidar los oídos de la mujer todo el tiempo, porque ella es muy receptiva a lo que escucha. Varón, ¡cuida los oídos de tu mujer! ¡Sé el sacerdote que se requiere!
Y para ser esa ayuda idónea, ellas desarrollan el fenomenal don de mando, asumen el liderazgo en formar a los hijos. Ellas son líderes en cuidar y educar. En casa, educamos a Ana Gabriela, nuestra hija, para que fuera obediente, pero independiente. Cuando leemos lo que sucedió después de que Adán y Eva desobedecieron, descubrimos que Dios nunca maldijo a la familia, maldijo a la serpiente. ¡Satanás estás para comer polvo! La mujer tiene autoridad para derrotar al enemigo, así lo estableció nuestro Creador. Por naturaleza, es cuidadora de la simiente generacional. Dadora de vida y sustento. Cuando queda embarazada, inmediatamente su cuerpo se prepara y produce protección para el bebé. Fue creada para cuidar y guardar a sus hijos física y espiritualmente. Son las mejores intercesoras, oradoras, las mejores para ayunar, son guerreras victoriosas, peligrosas para las tinieblas. ¡Que se cuide el diablo[4]!
Una sociedad, una iglesia no sobrevive sin la mujer, así que ¿cómo menospreciarla? Mujeres, ustedes tienen un gran potencial de bendición para todos. Son guardianas del hogar, tienen autoridad dada por Dios. Desde el principio, Él lo dijo: “El diablo te herirá en el tobillo, mas tú le aplastarás la cabeza”. Mujer, no le tengas miedo al diablo, jamás te quiero ver llorando porque el enemigo ataca tu hogar, ¡tú tienes que hacer llorar al diablo!
Abraham necesitó a Sara[5] para ver cumplida la promesa de Dios, así como Adán necesitó a Eva como ayuda idónea. Las mujeres son más fuertes que los hombres, son las únicas capaces de dar vida, soportar el dolor de un parto y proteger a su bebé como leonas capaces de todo por ese pequeño ser que se formó dentro de ella. Solo ellas tienen ese tremendo y poderoso instinto protector. Cuando el bebé llora, solo ellas saben qué necesita. De sexo débil no tienen nada, porque su fortaleza complementa a la del varón. Por eso, el Señor les ha dado tanto discernimiento, y por eso, al hombre se le aconseja que aprenda a vivir sabiamente con su esposa y que la trate bien, porque es coheredera de la gracia[6].
La mujer ha sido puesta en la sociedad para ser guardiana de la moral. Claro que el hombre también, pero ellas son de vital importancia. Ayudan al hombre a guardar el mandato de procrear y sojuzgar, así como también son ayuda para obtener las promesas de Dios. Mujer, ¡no puedes ser incrédula de las promesas del Señor!
Adán necesitó a Eva, Abraham a Sara y Dios a María[7]. Si la mujer no fuera importante, ¡el Padre no hubiera necesitado a María para traer a Su Hijo al mundo!
La mujer es tan valiosa en sí misma y dentro de la dinámica de pareja, que también es figura de la Iglesia como esposa de Cristo, por quien se entregó para purificarla y santificarla[8]. Cuando Dios sacó a Eva del cuerpo de Adán, dijo que era hueso de sus huesos y carne de su carne. Cuando Jesús murió y durmió durante tres días, le atravesaron el costado y nació una mujer, la Iglesia, carne de su carne. Llevamos Su sangre, somos uno con el Señor, somos Su esposa. Adán necesitó a Eva para producir vida, Abraham necesitó a Sara para producir una nación, Dios necesitó a María traer a Su Hijo al mundo, y Jesús necesita a la iglesia para traer la salvación. La Iglesia es la novia, figura de una mujer. Así que para nada es válido que cuestionen el pastorado de las mujeres. ¿Cómo puede ser que la figura de la Iglesia sea una mujer y ellas no sean tomadas en cuenta? Mujeres, tienen cómo ponerle encima el pie al diablo.
Dice la Biblia que la mujer se salvará engendrando hijos y se refiere a los hijos espirituales, ya que ella concibe a los hijos naturales. Mujeres, ustedes son una fuerza impresionante, testimonio hermoso, esfuerzo ejemplar de entrega y cuidado. La mujer es tan importante que hasta en el ajedrez se ve como la pieza decisiva, ya que la reina es la que protege al rey. Mujer, hoy tus ojos son abiertos y Dios ilumina tu entendimiento. Estás en este mundo para darle vuelta, para que la luz del Señor alumbre y las tinieblas sean disipadas. No te menosprecies y no permitas que alguien lo haga.
María es ejemplo de una mujer fuerte que se arriesgó y dio todo por amor. Ella es la primera persona que quiero conocer en el cielo, después de Jesús. La Palabra dice que ella guardaba todas las cosas en su corazón[9]. Sabía quién era su hijo y cuál era su llamado. Las mujeres piden que sus hijos sean líderes y se arriesgan porque lo logren. Ellas ciertamente hablan mucho, pero también se rodean por una cortina de humo porque guardan en su corazón más cosas que los varones. Hablan y guardan. Los varones sufrimos con lo que puede suceder a nuestros hijos, pero la mujer sufre más. Una fiebre no la ve igual el papá que la mamá. Mujer, ¿qué guardas en tu corazón? Confía en tu Padre, quien te dará fortaleza. Jovencita soltera, prepárate porque serás ayuda idónea para alguien.
Mujer, era más que joya preciosa, eres más que una gema de gran valor. No te sientas orgullosa por las joyas que puedas llevar, porque son las joyas las que deben decir: “Mira qué mujer la que me exhibe”. Mujer, tu trabajo es indispensable, tu amor, tu entrega, tu fortaleza hace girar al mundo, lo activa. Eres bendita, virtuosa, privilegiada. Dios ha puesto en ti infinitas habilidades para amar, servir, destacar, administrar, apoyar, sustentar. De ti depende la vida y el bien de tu familia, la constancia en vivir de acuerdo a las enseñanzas del Señor y servirlo con pasión. Tu marido se sentará con los grandes gracias a ti. No estás para ser pesimista, sino para reírte del porvenir, confiada en las promesas del Padre. Eres bastión de fe en tu casa. Mujer, no teman envejecer, por encima de tu belleza física que se gastará, debe permanecer el temor y respeto a Dios, porque de esa forma serás alabada y bendecida[10]. Mujer, las penas, el sufrimiento que llevas dentro, ponlos en manos de tu Señor. ¡Él te dará Su aliento divino para continuar con tu vida de trascendencia!

[1] Proverbios 18:22: El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.
[2] 1 Corintios 11:8-12: Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.  Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
[3] Génesis 2:15-24: Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;  mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.  Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.  Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona,[a] porque del varón[b] fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
[4] Génesis 3:13-15: Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
[5] Génesis 22:18: En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
[6] 1 Pedro 3:6-7: Como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
[7] Isaías 7:14: Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Lucas 1:30-34: Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;  y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
[8] Efesios 5:22-27: Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
[9] Lucas 2:19: Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
[10] Proverbios 31:10-30: Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, y da cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

Padre protector

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Mi ayuda

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Depresión

Es probable que usted sepa cómo es estar deprimido. Es un sentimiento tenebroso, de desesperanza, desesperación, tristeza y apatía. Moverse hacia la depresión es hacerlo hacia la inercia, y la falta de esperanza es el sentimiento que prevalece. 

Pero esta no es la tristeza que alberga una “leve” sensación de decepción o pérdida. La depresión es diferente: Tiene mayor duración y es más intensa. La depresión cierra de golpe la ventana de la esperanza, y a veces baja una persiana oscura.


La realidad distorsionada
La depresión distorsiona nuestras perspectivas de vida. Nuestros recuerdos siempre nos acompañan, e influyen en esta forma de percepción creándonos un sentimiento de expectativa. Nuestras percepciones suceden automáticamente y creemos que lo percibido es el mundo real. Igual que los lentes y filtros fotográficos, la depresión distorsiona nuestra impresión del mundo. 

Esta es como un juego de filtros, que enfocan las partes oscuras de la vida y quitan el calor, la acción y el gozo de una escena. ¿Qué distorsionamos? La vida misma. Esta pierde su excitación y propósito. Creamos una imagen distorsionada de Dios. 

Lo vemos a Él como distante e indiferente. También distorsionamos la visión de nosotros mismos. Nuestro valor y capacidades se han desvanecido. 


Las causas de la depresión
En términos simples, es meramente una emoción negativa debido a sensaciones y evaluaciones contraproducentes. No obstante, puede ser también signo de una seria y hasta maligna enfermedad. 

La depresión es un término que puede describir tanto trivialidades como tristezas, desórdenes neuróticos o sicóticos. Puede ser suave, moderada o severa. Puede ser inofensiva o de peligro para la vida. La depresión puede ser una inspiración para algunas personas creativas, pero terminar en suicidio para otras. 

¿Es pecado para un cristiano estar deprimido? En sí y por sí misma, no lo es. La depresión es a veces una consecuencia del pecado, pero no siempre. Puede ser un síntoma de este y así servirnos de advertencia. Un marido que golpea a su mujer o le es infiel, puede sentir culpa o depresión como resultado de su comportamiento. 

La depresión ha existido siempre. Muchas de las personas que Dios usó poderosamente en el Antiguo Testamento estaban tan deprimidas que querían morir, por ejemplo: Moisés, Job, Elías, Jonás y ciertos autores de los Salmos. Grandes hombres y mujeres a través de la historia han luchado contra la depresión. 

Por lo tanto no permita que nadie le diga que esto es algo anormal, que es pecado estar deprimido, o que los cristianos no experimentan depresión. ¡Sencillamente no es cierto! Es una respuesta normal a lo que ocurre en la vida. 


Las tres etapas de la depresión
Podremos sentir algunos síntomas pero no comprender lo que ocurre, hasta que se intensifican. Cuando nos hemos metido más profundamente en la depresión, es mucho más difícil quebrar su garra. Estas son las tres etapas de la depresión: 

1.- Depresión ligera: su ánimo decae. Existe una pequeña pérdida de interés en lo que normalmente disfruta. Pueden presentarse también sentimientos de frustración, pero su forma de pensar sigue igual. Por momentos se produce un ligero alejamiento espiritual. 

2.- Depresión mediana: Todos los síntomas previos se intensificarán, pero ahora sufrirá un sentimiento prevaleciente de desesperanza. La forma de pensar es algo lenta al aumentar las ideas de usted mismo. Pueden surgir lágrimas sin un motivo aparente, problemas de descanso y alimentación, ya sea por defecto o por exceso. Al acentuarse la tendencia a alejarse de Dios, existe una mayor lucha espiritual. 

3.- Depresión severa: Todos los síntomas previos se repiten acentuándose. Es obvio el descuido personal y la limpieza, el afeitarse o ponerse maquillaje. Es toda una faena el completar las tareas diarias. Los síntomas espirituales son evidentes, ya sea el alejamiento o la preocupación. Es frecuente el llanto, con intensos sufrimientos de abatimiento, rechazo, desánimo, culpa, autocompasión. Se interrumpen los patrones de comida y descanso. 


La depresión saludable y la perjudicial. 
Una depresión es saludable cuando posee verdaderos sentimientos de dolor, tristeza y decepción (lo cual también puede incluir culpa, ira y ansiedad) en relación con experiencias negativas de la vida. Esto puede incluir traumas, pérdidas, discriminación, tratamiento injusto, dolor o daños indeterminados. Estando deprimido de esta forma, usted aún puede seguir funcionando, aunque no tan bien como lo haría normalmente. 

La depresión perjudicial es la incapacidad de funcionar en cualquiera de las áreas básicas de la vida, es decir, trabajo, relaciones, funciones corporales y demás, debido a la profundidad de sus malos sentimientos demasiadas experiencias dolorosas indeterminadas, vulnerabilidad genética y cambios en la química corporal. 

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