Estos son los tiempos donde Dios no está llevando al desafío de la fe, que no es más que creer, confiar, tomar y accionar, hay una historia en 2do. de Reyes que relata de un matrimonio que vivía en Sunen y acostumbraban hospedar a Eliseo cada cierto tiempo, en una de esas visitas Eliseo profetiza a la sunamita que tendría un hijo en un determinado tiempo, cumplido el tiempo tuvo el bebé, creció y a los 12 años entra en un profundo dolor de cabeza que empeoró al punto de morir.
El niño murió pero la mujer sunamita decidió poner su fe en acción, ella sale a buscar a Eliseo para contarle lo que está aconteciendo, y así leemos en 2do. de Reyes 4:32-37 “Y venido Eliseo a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama. Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová. Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor. Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos. Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo. Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió.”
¿Qué fue lo que determinó que el niño fuese resucitado? En primer lugar fue la fe de una madre que creyó en el Dios que dice “Yo soy la resurrección y la vida”, sólo basta creer y ver tu milagro, la fe está acompañada de una acción, muchas veces creemos, oramos pero no damos el paso de acción, y la fe debe venir acompañada de ese paso de acción.
También vemos la acción de Eliseo, cómo se acerca al niño y acciona la fe, cuando sabemos en quién hemos creído y actuamos, recibimos el milagro, Dios nos está conduciendo a mantener desafíos de la fe, en estos tiempos, ahora es cuando Dios desea que ponga su fe en acción, creamos al Dios de toda esperanza, no basta con creer, hay que caminar, tomar y decir esta bendición es mía.
Dios nos demanda que pongamos de nuestra parte, la acción es caminar en lo que deseas para que obtengas el milagro, hay necesidades, hay situaciones, pero cree y verás su bendición, porque donde ve la esperanza derramará su bendición. Él está allí dispuesto para hacer milagros, señales y prodigios, sólo basta creer.
Lo que ojo no ha visto, ni oído escuchado es lo que Él nos tiene preparado, te invito dónde estás a inclinar tu rostro y tome el desafío que Dios te quiere llevar a tomar, el reto para ti es seguir creyendo a ese Dios grande y maravilloso, que así como levantó de la muerte al hijo de la sunamita, levanta tu necesidad, sigue abriendo tu corazón al Señor y recibirás su milagro y bendición.
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