domingo, 25 de noviembre de 2012

Acción



Hay cosas que Dios tiene y te pertenecen a ti, pero para recibirlas, primero debes creer que son tuyas y luego debes caminar en fe para obtenerlas. Es primordial que clames a Dios para recibir un milagro, pero llega un momento en el cual hay que accionar... hay que actuar.

Cuando los egipcios venían tras los israelitas, éstos clamaron a Dios porque estaban atemorizados, pero el Señor le dijo a Moisés: "¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! (Éxodo 14:15).


Dios le había prometido al pueblo que pelearía por ellos, pero ellos tenían que avanzar con fe. Moisés levantó su vara como Dios le había dicho, las aguas se dividieron y pudieron atravesar el Mar Rojo en tierra seca.

Muchas veces tu oración es una excusa para no actuar; y la única manera de ver cambios en tu vida es que des pasos de fe porque no hay cambios sin decisiones. Si Dios habla a tu corazón y te dice que te muevas hacia cierta dirección en tu vida ¡hazlo! Sigue Sus instrucciones porque Él peleará tus batallas cuando camines en fe y obediencia.

Más adelante, en las Escrituras, se describen las palabras que Dios le dijo a Josué, sucesor de Moisés, en el momento en que tuvo que cruzar, junto con el pueblo, el río: “Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro” (Josué 3:13).

Dios dividió las aguas del Jordán tal como había dividido las aguas del Mar Rojo. Los israelitas tuvieron que dar pasos de fe para ver el milagro, tuvieron que “mojarse los pies” para que el Jordán se abriera y ellos pudieran caminar en tierra seca.

Las Escrituras dicen que cuando los sacerdotes tocaron el agua, el Jordán se dividió y el pueblo pudo cruzar sin ningún problema y así llegar a conquistar la nueva tierra ¡Si ellos nunca hubieran caminado no habrían visto el milagro!

Hay un momento adecuado para todo, incluyendo un tiempo para orar y un tiempo para accionar. Es importante la “oracción” (ORA-ACCIÓN), que significa: ORAR pero sin dejar de actuar en fe. No dejes de ACCIONAR en fe. Tu fe es la que moverá la mano del Señor.

¡Confía en Dios, toma la decisión de caminar hacia tu milagro y podrás ver tu “Jordán” abrirse! Comienza a dar pasos de fe con “oracción”... ¡LA FE VE LO INVISIBLE!

Pero el Señor le dijo a Moisés: "¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! (Éxodo 14:15, NVI).

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