Por suerte, siempre hay una persona adecuada para nosotros, y la forma de encontrarla es no tener miedo a renunciar a la relación que tenemos en el momento, siempre y cuando ésta sea destructiva.
Las relaciones destructivas pueden acabar con una persona sin que ésta se dé cuenta. Es muy importante no confundir una relación destructiva con que nuestra pareja sea mala persona. En muchas ocasiones, personas dependen de una relación destructiva debido a que confunden que su pareja sea buena persona con que sea lo más indicado para sí mismo.
Por ello, debemos tener muy claro que en todo momento es importante analizar nuestra relación y sopesar los pros y los contras.
Por ejemplo, una relación sana puede acabar convirtiéndose en una relación destructiva por el hecho de la dependencia económica. Por ello, el problema no está en que sea uno el que aporte el dinero, sino en no poder aportarlo nosotros mismos y, por tanto, no poder administrarlo. Es importante considerar todos los factores y buscar la salida real.
No obstante, existen relaciones a las que no se les puede sacar jugo. En el caso de la dependencia económica, podemos encontrar una solución, pero si la faceta destructiva de nuestra relación reside en el maltrato físico o psicológico, tenemos que olvidarnos y buscar de nuevo nuestro camino.
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