Por la Dra. Helen Pensanti.
El sexo fue ideado por Dios y contamos con su beneplácito para disfrutar de él en el matrimonio.
Todo aquello que frustre esta unión física ordenada por Dios, debe tratarse sin pena ni vergüenza.
En nuestro caótico estilo de vida, toda mujer que quiera introducir una pasión fresca y vitalidad renovada a sus encuentros sexuales con su cónyuge debe entender esta verdad: Para poder dar placer a su hombre, debe restaurar en ella misma su capacidad de experimentar placer todos los días. Las mujeres a quienes hablo de esta verdad me han expresado de forma muy conmovedora su deseo sincero de hacer esto.
El sexo fue diseñado para ser mutuamente placentero. Dios creó el sexo como el medio por el cual un esposo y una esposa, transportados por la dicha de su amor físico mutuo, se convierten literalmente en una sola carne. El milagro de esa unión que no solo incluye un acoplamiento físico, sino también una amalgama espiritual indescriptible, puede representar la cumbre del placer humano. Tal glorioso placer físico celebra la unión de dos personas y es el fundamento principal de un buen matrimonio.
Todos deseamos experimentar tal ternura y dicha, pero una mujer que se ha acostumbrado a sacrificarse a tal medida que da a los demás hasta la última pizca para atender sus intereses y cuidados sin dejar nada para ella, con prontitud se alejará de la idea de experimentar cualquier placer personal. Ella ni siquiera es capaz de percibir su necesidad de placer y en últimas puede hasta perder cualquier deseo de experimentarlo.
Esto es algo que describe la situación de demasiadas mujeres. ¿Acaso será la suya? ¿Falla usted con regularidad en tomarse un día entero para su disfrute personal? ¿Pospone de manera habitual las oportunidades para profundizar sus amistades personales? ¿Acaso la última película que vio fue Blanca Nieves y los Siete Enanitos (la versión en blanco y negro)? En ese caso, no solo es su libido lo que ha cesado sino ¡toda su vida personal!
Cómo responder al hombre
La perpetua fatiga no solo elimina casi por completo el interés en el sexo, sino que también puede llevarle a perder el interés en su esposo. Vivimos inmersas todo el tiempo en una neblina de fatiga, y optamos por ignorar los abrazos tiernos, los espaldarazos alegres y los halagos que indican sus ganas de intimidad. Nuestras ocupaciones y preocupaciones son reales, y nos sentimos justificadas en repudiarle como un simple acto de defensa y preservación. Tomamos la decisión, consciente o inconsciente, de ignorar sus señales de auxilio. Lo cierto es que cada vez que optamos por esa salida, asfixiamos también nuestra propia libido. Manténgase ocupada, cansada, estresada y muerta de sueño cuanto más pueda, y tendrá una fórmula infalible para apagar el fuego de su pasión personal.
Los expertos en el tema del sueño, cuyos estudios médicos muestran que la mayoría de norteamericanos no duermen lo suficiente y presentan síntomas de cansancio crónico, tienen mucho que decir sobre los hábitos de sueño saludables y realistas. Ahora bien, el sueño no es el único factor aquí. Sea honesta y enumere todas las veces que ha rechazado los avances de su esposo o que por lo menos se las ha arreglado para evadir sus afectos. Creo que se sorprenderá con la cantidad.
Sin importar la razón, estas indiferencias y apatías disminuyen su salud y su energía, sin mencionar el rechazo que su esposo siente. Son síntomas de una actitud derrotista que conducirá tarde o temprano a una vida aburrida y carente de gozo. Dé una calurosa bienvenida al abrazo de su amante; esto renovará sus energías y dará a su cónyuge el placer que busca.
Descubra otra vez su atractivo
¿Recuerda aquellos años adolescentes en los que experimentó con los cosméticos de su mamá y probó todos sus perfumes? En aquella época pasada usted tenía tiempo suficiente para ensayar diferentes posibilidades y dispositivos nuevos y extraños como los dobladores de pestañas. Recuerde cómo probó cada tonalidad de lápiz labial y se aplicó polvos y cosméticos sin preocuparse por desperdiciar, y cómo un día por fin decidió ir a la tienda o a la farmacia para comprarse su propio maquillaje.
Parte de esa experiencia fue simple curiosidad infantil, pero bajo la superficie latían nuestras expectativas de alcanzar la belleza, la elegancia y el atractivo propios de la vida adulta.
¿Adónde se fueron todas esas expectativas dulces e inocentes? Estoy segura de que cada mujer tendrá una respuesta diferente, pero si usted nunca se siente elegante o atractiva en la actualidad o si nunca cree que sea hermosa, puede ser tiempo de volver a esos días de juego y experimentación del pasado. (No se impaciente, más adelante vamos a tratar todos los aspectos médicos del caso.)
Por ahora, quiero que pruebe algunos de esos truquillos que aprendió hace tiempo, y aproveche que el maquillaje actual es todavía más variado y de mejor calidad. Si siente ganas de aventura, ¿sabía que puede aplicarle a sus labios un color que les da aspecto más voluminoso y sexy? Póngase un perfume especial en lugares inesperados, así su esposo notará algo diferente en usted. Encuentre algo, cualquier cosa, que le haga sentir como una mujer diferente, más deseable.
La feminidad es un concepto elusivo que le hace saber que usted es mujer, y viene de lo más profundo de su ser. A pesar de lo representado por las películas de Hollywood, no se necesita un hombre para que una mujer esté segura de su feminidad. Hay numerosos y sutiles factores, en su gran mayoría inconscientes, que afirman la identidad femenina de una mujer. El problema es que si una mujer permite que su feminidad sea abrumada, doblegada o desatendida, su impulso sexual tarde o temprano se desvanece. Obviamente, se requiere más que vestuario, cosméticos y perfume para hacer una mujer, pero esos elementos matizan su percepción de sí misma y le ayudan a conducir su libido y su atractivo sexual en la dirección correcta.
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