Tus expectativas ejercen tremendo poder e influencia sobre tu vida. Cuando tiendes a creer o pensar lo peor, a esperar derrota, fracasos y mediocridad, casi siempre recibes exactamente lo que esperas.
Al esperar solamente lo malo, te asocias con el enemigo al abrir la puerta y permitir que los pensamientos, palabras, acciones y actitudes destructivas dominen tu vida.
En cambio si te pones de acuerdo con Dios, tu fe puede hacer que Dios se revele y obre sobrenaturalmente en tu vida, permitiéndote superar todo obstáculo en tu camino.
En el Nuevo Testamento encontramos un relato fascinante de dos ciegos que supieron que Jesús pasaría por donde ellos estaban, y la fe comenzó a crecer en sus corazones. Así que comenzaron a clamar: “¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!” (Mateo 9:27).
Al oír su clamor, Jesús se detuvo, se dirigió hacia ellos y les hizo una pregunta muy peculiar: ¿Creéis que puedo hacer esto?” (Mateo 9:28). Jesús sabía lo que querían pero deseaba averiguar qué creían ellos, si su fe era genuina o no.
Los ciegos contestaron con gran confianza y seguridad: “Si, Señor”. Las Escrituras dicen que cuando Jesús vio la fe de ellos, les tocó los ojos diciendo: “Conforme a vuestra fe os sea hecho” (Mateo 9:29).
Aquellos hombres creyeron que Dios podía hacer algo impresionante en sus vidas... ¡Y recibieron su vista!
Si puedes creer en el Señor, como una niña que confía en su padre que lo que dice es verdadero, si puedes creer que Dios es capaz de crear algo nuevo donde no hay nada, si puedes creer que Dios está trabajando a tu favor creando nuevas condiciones para ti.... ¡CONFORME A TU FE TE SERÁ HECHO!
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá (Marcos 11:24, RV60).
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6, RV60).
Al esperar solamente lo malo, te asocias con el enemigo al abrir la puerta y permitir que los pensamientos, palabras, acciones y actitudes destructivas dominen tu vida.
En cambio si te pones de acuerdo con Dios, tu fe puede hacer que Dios se revele y obre sobrenaturalmente en tu vida, permitiéndote superar todo obstáculo en tu camino.
En el Nuevo Testamento encontramos un relato fascinante de dos ciegos que supieron que Jesús pasaría por donde ellos estaban, y la fe comenzó a crecer en sus corazones. Así que comenzaron a clamar: “¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!” (Mateo 9:27).
Al oír su clamor, Jesús se detuvo, se dirigió hacia ellos y les hizo una pregunta muy peculiar: ¿Creéis que puedo hacer esto?” (Mateo 9:28). Jesús sabía lo que querían pero deseaba averiguar qué creían ellos, si su fe era genuina o no.
Los ciegos contestaron con gran confianza y seguridad: “Si, Señor”. Las Escrituras dicen que cuando Jesús vio la fe de ellos, les tocó los ojos diciendo: “Conforme a vuestra fe os sea hecho” (Mateo 9:29).
Aquellos hombres creyeron que Dios podía hacer algo impresionante en sus vidas... ¡Y recibieron su vista!
Si puedes creer en el Señor, como una niña que confía en su padre que lo que dice es verdadero, si puedes creer que Dios es capaz de crear algo nuevo donde no hay nada, si puedes creer que Dios está trabajando a tu favor creando nuevas condiciones para ti.... ¡CONFORME A TU FE TE SERÁ HECHO!
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá (Marcos 11:24, RV60).
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6, RV60).
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