Jesús muéstrame la vereda que debo de seguir. Guíame con tu palabra eterna. Marca con tu cruz la meta fija en la cual yo deba de enfocar mi vista y dame la fuerza para caminar hacia ella firme: pase lo que pase, venga lo que venga. Infunde en mí tu aliento; respira tu vida a mi alma para no desfallecer, para que nada me detenga.
Y aunque las potestades del viento luchen feroces en mi mente tratando de desviar mi pensamiento: me aferro yo a tu verdad, quiero hacer tu voluntad. Que se establezca en mí tu plan de amor, tu propósito eterno.
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
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