El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia. Este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.
Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos (incipientes problemas de memoria), alteraciones en el ánimo, nerviosismo y falta de concentración, en las mujeres puede producir cambios hormonales importantes como hinchazón de mamas, dolores en abdominales inferiores entre otros síntomas.
“El estrés es una situación en la que todo humano tiene una demanda adaptativa que hace que el cerebro se tenga que perfilar de una manera específica para lograr esa adaptación”, explicó a Infobae.com el doctor Matías Bonanni, especialista en Psiquiatría.
El especialista dela Fundaciónparala Investigaciónen Neurociencias Aplicadas ala Clínica(Inac) detalló que en ese proceso “se liberan diferentes hormonas con el fin de perfilar a todo el organismo para lograr esa adaptación a lo que esté pasando y bajar esa situación de estrés”.
“Entre ellas, cuando uno está en una situación de estrés, los corticoides aumentan de tal manera que todos los receptores que los captan –en un sector del cerebro llamado hipocampo- se cierran”, continuó Bonanni.
Así es que a las personas que están en una situación de estrés “muchas veces les cuesta traer de su reservorio de memoria información“. “Entonces –advirtió- una de las cosas más comunes que ocurren son las amnesias ansiosas, tal como se denomina cuando alguien no puede recordar palabras puntuales, como el nombre de un actor de una película que vio”.
Tras asegurar que esa amnesia generalmente “gatilla” otra situación de ansiedad en sí misma, con pensamientos del tipo “debo tener problemas de memoria”, Bonanni aseguró que “en realidad estos problemas de memoria son secundarios a una situación de ansiedad que es la parte sintomática del estrés”.
En ese sentido, y consultado sobre si existe un momento del día ideal para estudiar, el especialista especificó que eso “va a depender del perfil biológico de las personas; eso se relaciona a la cronobiología“.
Así, diferenció que existen personas a las que se les dice “alondras porque funcionan mejor desde el punto de vista físico y cognitivo en horas de la mañana”. Son quienes se levantan temprano y estudian o entrenan mejor a la mañana. Por otro lado, hay personas a quienes se les llama “búhos porque normalmente sus actividades cognitivas e intelectuales se dan de noche”.
“En las personas que tienen determinado perfil cronobiológico, su performance mejora según en qué situación realice la actividad. A la vez, esas personas tienen mayor tolerancia al estrés en ese periodo del día donde su capacidad cognitiva es mejor”, subrayó el especialista, al tiempo que destacó que “si una alondra está estresada y estudia a la noche, además de su condición de alondra, la capacidad de memoria, de reserva de datos, de relacionar es mucho peor si lo hacemos estudiar de noche”.
Además del buen dormir, la correcta alimentación tiene un papel muy importante en el control del estrés.
Y en este sentido debe tenerse en cuenta la calidad de alimentos, dado que “el estrés deteriora muchas de cualidades de las vitaminas”. Por ejemplo el complejo B de vitaminas, que es muy importante para la memoria, el cerebro, la ansiedad y el estrés es uno de los que más disminuye sus niveles en momentos de tensión. “Entonces tenemos que tener un refuerzo importante de la alimentación“, destacó.
Asimismo, el estrés aumenta el nivel de colesterol, por lo que los alimentos que tienen bajo nivel de grasa son los indicados, así como también comer con baja (de ser posible nula) cantidad de azúcar.
Además de la calidad, es muy importante el ritmo alimentario. Bonanni consideró que “es muy importante desayunar y almorzar bien y que la merienda y la cena sean más livianas porque eso mejora la performance de sueño también”.
En la misma línea, y para finalizar, el especialista aseguró que hacer actividad física “es radical”. “Toda persona que desee mejorar su perfil de estrés y su actividad cognitiva debe hacer actividad física”.
Y aconsejó: “Generalmente se recomienda que el ejercicio sea antes de las seis de la tarde porque después de esa hora el cerebro ya se perfila para dormir y si lo activamos a las nueve de la noche con actividad física, seguramente dormirá por el cansancio físico pero la calidad de sueño no va a ser la misma y por ende durante el día estará cansado”.
Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos (incipientes problemas de memoria), alteraciones en el ánimo, nerviosismo y falta de concentración, en las mujeres puede producir cambios hormonales importantes como hinchazón de mamas, dolores en abdominales inferiores entre otros síntomas.
“El estrés es una situación en la que todo humano tiene una demanda adaptativa que hace que el cerebro se tenga que perfilar de una manera específica para lograr esa adaptación”, explicó a Infobae.com el doctor Matías Bonanni, especialista en Psiquiatría.
El especialista dela Fundaciónparala Investigaciónen Neurociencias Aplicadas ala Clínica(Inac) detalló que en ese proceso “se liberan diferentes hormonas con el fin de perfilar a todo el organismo para lograr esa adaptación a lo que esté pasando y bajar esa situación de estrés”.
“Entre ellas, cuando uno está en una situación de estrés, los corticoides aumentan de tal manera que todos los receptores que los captan –en un sector del cerebro llamado hipocampo- se cierran”, continuó Bonanni.
Así es que a las personas que están en una situación de estrés “muchas veces les cuesta traer de su reservorio de memoria información“. “Entonces –advirtió- una de las cosas más comunes que ocurren son las amnesias ansiosas, tal como se denomina cuando alguien no puede recordar palabras puntuales, como el nombre de un actor de una película que vio”.
Tras asegurar que esa amnesia generalmente “gatilla” otra situación de ansiedad en sí misma, con pensamientos del tipo “debo tener problemas de memoria”, Bonanni aseguró que “en realidad estos problemas de memoria son secundarios a una situación de ansiedad que es la parte sintomática del estrés”.
En ese sentido, y consultado sobre si existe un momento del día ideal para estudiar, el especialista especificó que eso “va a depender del perfil biológico de las personas; eso se relaciona a la cronobiología“.
Así, diferenció que existen personas a las que se les dice “alondras porque funcionan mejor desde el punto de vista físico y cognitivo en horas de la mañana”. Son quienes se levantan temprano y estudian o entrenan mejor a la mañana. Por otro lado, hay personas a quienes se les llama “búhos porque normalmente sus actividades cognitivas e intelectuales se dan de noche”.
“En las personas que tienen determinado perfil cronobiológico, su performance mejora según en qué situación realice la actividad. A la vez, esas personas tienen mayor tolerancia al estrés en ese periodo del día donde su capacidad cognitiva es mejor”, subrayó el especialista, al tiempo que destacó que “si una alondra está estresada y estudia a la noche, además de su condición de alondra, la capacidad de memoria, de reserva de datos, de relacionar es mucho peor si lo hacemos estudiar de noche”.
Además del buen dormir, la correcta alimentación tiene un papel muy importante en el control del estrés.
Y en este sentido debe tenerse en cuenta la calidad de alimentos, dado que “el estrés deteriora muchas de cualidades de las vitaminas”. Por ejemplo el complejo B de vitaminas, que es muy importante para la memoria, el cerebro, la ansiedad y el estrés es uno de los que más disminuye sus niveles en momentos de tensión. “Entonces tenemos que tener un refuerzo importante de la alimentación“, destacó.
Asimismo, el estrés aumenta el nivel de colesterol, por lo que los alimentos que tienen bajo nivel de grasa son los indicados, así como también comer con baja (de ser posible nula) cantidad de azúcar.
Además de la calidad, es muy importante el ritmo alimentario. Bonanni consideró que “es muy importante desayunar y almorzar bien y que la merienda y la cena sean más livianas porque eso mejora la performance de sueño también”.
En la misma línea, y para finalizar, el especialista aseguró que hacer actividad física “es radical”. “Toda persona que desee mejorar su perfil de estrés y su actividad cognitiva debe hacer actividad física”.
Y aconsejó: “Generalmente se recomienda que el ejercicio sea antes de las seis de la tarde porque después de esa hora el cerebro ya se perfila para dormir y si lo activamos a las nueve de la noche con actividad física, seguramente dormirá por el cansancio físico pero la calidad de sueño no va a ser la misma y por ende durante el día estará cansado”.
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