sábado, 14 de julio de 2012

Dios enseña en lo oculto


Otro lugar para el cual Dios te va a dar una estrategia, es para Egipto, para el desierto, que no es otra cosa que un periodo temporero de oscuridad.
Hay periodos de oscuridad, en los que entramos y salimos, pero hasta que no se madure lo que hay en nosotros, tenemos que aprender a vivir en esos periodos.
Los reyes reconocieron al niño Jesús, pero después pasó veintiocho años sin que nadie supiera quién él era. Jesús salió a los 12 años, pero regreso. Y después salió a los 30. Una vez expuesto a los 30, no regresó nunca más a Egipto, porque el periodo de oscuridad había terminado.
El problema es que hay gente que no tiene paciencia, durante ese periodo.
¿Qué ocurre en un periodo de oscuridad? Lo que tú no aprendas a resolver en lo oculto, tendrás que resolverlo en público. Y el tiempo de oscuridad es un tiempo que Dios te da, para que ordenes todas las cosas.
La falta de carácter, las malas costumbres que tengas, que tú no resuelvas en privado, el día que te expongan quedarán expuestas, y el resultado será un momento de gloria, y toda una vida empañada por las cosas que no resolviste en privado.
Tan pronto llegó el bautismo del Espíritu Santo sobre Jesús, y los cielos se abrieron, y se oyó la gran voz del cielo que dijo: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; Jesús no se fue a hacer milagros. Se fue solo, para aprender a manejar lo que había recibido.
Y dirás que allí él lo que hizo fue vencer al enemigo, pero al enemigo él lo venció el último día. Porque después de cuarenta días le dio hambre, y entonces fue que vino la tentación. Los primeros treinta y nueve días él no estaba peleando con el diablo, estaba aprendiendo a usar lo que le habían dado.
Pero la gente quiere rápido irse a hacer milagros.
Jesús dice dos veces: La mies es mucha y los obreros son pocos. Jesús venía sanando a uno, y a otro; se riega la fama, le sigue la multitud, y él dice: ¡Wow! ¿Cómo sano a toda esta gente? Y puedes pensar que él pudo haber dicho: Todo el mundo queda sano… Pero Jesús no sanaba así, él sanaba uno a uno. Y ¿qué hizo? Miró a sus doce discípulos y les dijo: A la verdad que la mies es mucha, y los obreros pocos. No les dijo: Vayan ustedes y oren para que sanen. Les dijo: Rogad que el Señor envíe obreros a la mies. Y se los llevó a orar.
En el próximo capítulo los envío, pero a la primera multitud no los envió. ¿Por qué? Porque no estaban listos. Era una etapa de salir por un momento, y volver a entrar.
El problema de mucha gente es que saben salir, pero no regresar. Tienes que aprovechar ese periodo en el que nadie sabe quien tú eres, en que no hay nadie en contra tuya, y pedirle al Señor que te muestre qué es lo que tienes que cambiar, qué es lo que tienes que ajustar; para que cuando salgas, puedas sostener lo que te ha sido entregado.
Otra estrategia que tú necesitas es una para llegar a Nazaret. Dice la biblia que José iba camino a Israel, y vio que Arquealo estaba allí. Y Dios le mostró en sueños que debía irse a Galilea, para que se cumpliera la palabra, que sería nazareno.
Un nazareno era una persona que tenía un pacto, un compromiso. Dios te va a dar estrategia, para ver con quién tú vas a entrar en pactos, en acuerdos, porque muchas de las cosas que se han detenido en tu vida, ha sido por entrar en pactos con gente incorrecta.
Un ejemplo de lo que era un nazareno, es Sansón. Sansón fue rompiendo poco a poco lo que era el pacto de un nazareno. Una de las cosas es que no se cortaban el cabello. Pero dice la biblia que Dalila le robó el corazón, y Sansón hizo un pacto con ella, sobrepasando el pacto que él tenía con Dios. Y ahí fue que tuvo problemas.
Lo que tú cargas es demasiado importante para que se pierda. María cargaba dentro de ella, lo mismo que cargaba Jocabed: su propio libertador. Jocabed era esclava de Egipto, pero dentro de ella estaba aquel que la iba a liberar. Y María cargaba dentro de ella, a aquel que un día la iba a libertar.
Si no consideras que lo que está dentro de ti es valioso, no lo vas a proteger, no vas a buscar provisión para eso, no manejarás tu carácter en los momentos de oscuridad, y harás pacto con gente incorrecta.
Pídele a Dios que te enseñe en lo oculto, en lo secreto.

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