jueves, 19 de julio de 2012

Amor...


“En esto conocerán todos que sois mis discípulos si tuviereis amor los unos con los otros" Juan 13:34

Asi como odiar y no perdonar son decisiones que tomamos voluntariamente con justificación o sin ella, amar es un acto voluntario que depende absolutamente de nosotros, porque cuando a las cosas que hacemos no le ponemos ese ingrediente, los resultados siempre serán la mediocridad y la simulación. Las personas que manifiestan con palabras y con hechos el amor que profesan, garantizan que las relaciones se mantengan vivas en el tiempo. El amor de Dios por sus hijos es constante, invariable y definitivo, y somos nosotros la prueba de que ese amor fue manifestado a la humanidad a través de la entrega de su único hijo en la cruz. “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16 En el pensamiento de Dios nosotros estamos en una unidad perfecta con su Hijo Jesucristo, pues cuando el verbo se hizo carne, el amor del Padre se manifestó en su máxima expresión para que nosotros los que hemos creído en El, seamos salvos y bendecidos por su gracia y su amor. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14
Esta capacidad que tenemos en la vida es además una motivación para desarrollar buenas relaciones interpersonales, pero no se trata de si lo sentimos o no, sino de si realmente hemos decidido amar, entregar y compartir voluntariamente, sin esperar nada a cambio. Cuando una herida nos hace pensar que el amor se ha esfumado y que ya no hay nada que hacer, entonces debemos apelar a nuestra voluntad y comprobar si hay determinación y disposición para que todo pueda ser restaurado a través del perdón y el arrepentimiento. La Biblia nos dice que el amor es el vinculo perfecto, pero muchas personas abandonan toda una vida juntos por el simple hecho de no sentir que existe el pegamento del amor. “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”. Colosenses 3:14 
Es lamentable que las palabras compromiso, sacrificio y perdón parecen haber sido eliminadas de nuestros vocabularios y los que siguen unidos a pesar de sus diferencias y conflictos son como una especie en extinción que decidió amar por encima de las circunstancias. Cuando entramos  en comunión con Dios a través de Jesucristo, se hace disponible para nosotros una fuente inagotable del perfecto amor que se derrama cada día y que se manifiesta a través de la misericordia infinita de Dios y su persistencia para acercarse a nosotros y bendecirnos sin importar si lo merecemos o no. Asi como su entrega voluntaria fue por amor, cada acto de misericordia para nosotros está marcado por esta maravilla que le cambia la vida a la gente, El Amor. Si el amor fuese creado por las circunstancias, entonces las circunstancias podrían desaparecerlo. “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” 1 Pedro 4:8

Amar bíblicamente es una decisión donde no cabe la maldad, ni el egoísmo, ni la vanidad, ni la envidia, ni la vanagloria, ni la ira, ni el rencor, ni la mentira, ni tantas cosas que hacen que nos retrasemos del verdadero propósito. Recordemos que un camino no es camino hasta que se emprende la marcha, entonces hoy es un excelente oportunidad para dar el primer paso. “Si yo hablase lenguas y no tengo amor, nada soy. Y si vendiere todo lo que tengo para dar de comer a los pobres, y no tengo amor, nada soy”. 1 Corintios 13:1-3
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;  no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.

1 Corintios 13:4-8



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