miércoles, 13 de enero de 2016

Dimensión

Todos, en algún momento dado, hemos recibido malas noticias, vamos a enfrentar momentos que van a atentar en culminar con el propósito de Dios para nosotros. No todas las profecías son positivas. El profeta Isaías le dijo a Ezequías, de parte de Dios, que ordenara su casa, porque moriría. De la misma manera, todos, en un momento dado, somos puestos entre la espada y la pared; y es nuestra reacción ante esto, lo que determinará si es posible que podamos entrar en las nuevas oportunidades y en los nuevos tiempos que Dios tiene para cada uno de nosotros.
Es importante que entendamos que las oportunidades no son para los que tienen habilidad, sino para los que tienen capacidad. Mucha gente deja pasar las oportunidades por no tener habilidades que creen necesarias para poder entrar en esa oportunidad que se está presentando en su vida, sin darse cuenta que el mero hecho de que Dios te presente una oportunidad es porque él no está dependiendo de tu habilidad para poder entrar en ella, sino porque él conoce tu capacidad.
“10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría. 11 Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.” Eclesiastés 9:10-11
Todos tenemos la misma posibilidad, la misma oportunidad; a todos, nos llega el momento en que se unen tiempo y ocasión. Vas a estar en el momento preciso, en el lugar correcto; Dios te va a poner en el lugar preciso para llevarte a un nuevo nivel, a una nueva dimensión. Ese momento va a llegar, y no puedes limitarte, pensando que, cuando lleguen tu tiempo y tu ocasión, no tendrás la habilidad necesaria para aprovecharlos. Cuando lleguen, no puedes depender de tu habilidad, sino de tu capacidad.
Si hoy puedes reconocer que llegó tu tiempo, tu momento, tu hora, entiende que, si Dios lo está presentando delante de ti, es porque él te va a dar la fuerza, el recurso, y todo lo que tú necesitas para entrar en esa oportunidad.
No hay razón por la cual limitarte, ante las oportunidades de Dios para tu vida. No rechaces oportunidades, por estar mirando lo que no tienes, lo que no eres, lo que no puedes. Dios lo que está buscando es tu capacidad interna de poder manejar lo que él está poniendo delante de ti. No te descalifiques, ante las oportunidades de Dios para tu vida. No tienes que ser el más sabio, el más inteligente. No tienes que ser la opción #1 del mundo, si eres la opción #1 de Dios. No hay que tener tanta experiencia. Si Dios lo puso delante de ti, hazlo, según tus fuerzas. Dios no te pide que hagas más allá de lo que tú puedes hacer, pero él te dice: Si llegó tu momento, tu tiempo, tu ocasión, es vital que no te descalifiques, ante la oportunidad que se está presentando delante de ti.
En ocasiones, vemos gente menos cualificada, haciendo ciertas labores especializadas, y nos preguntamos por qué. Muy sencillo: El que lo está haciendo no se descalificó. La Biblia dice que Dios escogió a David, porque vio que era un hombre con un corazón conforme al suyo. Una de las cosas que esto implica es el hecho de que Dios sabía todo por lo que David iba a tener que pasar, y sabía también que, a pesar de todo esto, el corazón de David nunca se iba a dañar. Dios sabía que David tenía la capacidad de que Saúl quisiera matarlo, y aun así, seguir amando a Dios. David tenía la capacidad de que su mujer se burlara de él, y aun así, seguir amando a Dios. David tenía la capacidad de que su familia lo marginara, y aun así, seguir amando a Dios. David tenía la capacidad de enfrentar problemas con sus hijos, y aun así, servir a Dios. Quizás no era el primero en la lista del mundo; de hecho, era el #8 en la lista, era el último; cuando su padre pensó en el rey de Israel, no pensó en David. Pero gloria a Dios que no tienes que ser la primera opción para tu padre, si eres la opción de Dios, si Dios ve que, en tu interior, está la capacidad de hacer el trabajo que él te dijo que hicieras.
Quizás tu habilidad es tirar una piedrecita, pero gloria a Dios que él puede usar a un tirapiedras para llegar a ser rey de Israel, si tiene la capacidad, en su interior, de pasar por el proceso y sostenerse hasta lo último.
Tenemos que tener habilidad y perfeccionarla, procurar hacer lo mejor para Dios; pero, cuando Dios llama a alguien, cuando va a usar a alguien, él sabe qué talento tiene, qué puede y qué no puede hacer; todo lo que Dios está buscando es si, en tu interior, tienes la capacidad de entrar en ese tiempo y ocasión.
Lo que Dios ha presentado delante de ti, es porque él ha visto la capacidad que tienes para poder alcanzarlo, para poder entrar y vivir lo que él tiene para tu vida. Nunca más te descalifiques, basado en tus habilidades. Permite que Dios use la capacidad que hay en tu interior, para poder llevarte a esa nueva dimensión a la que él quiere llevarte. 

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