jueves, 20 de agosto de 2015

Prioridades

Nuestras acciones dejan saber cuáles son verdaderamente nuestras prioridades.
En una ocasión, Jesús tuvo que corregir a Marta, y decirle: Tú estás afanada y cargada con lo que nadie te ha pedido. Y, muchas veces, tenemos gente cargada, afanada, con lo que nadie le ha pedido. En cuanto al exterior de tu nido, encárgate de asegurar las ramas que necesites para la circunferencia, pero, el resto, tienes que invertirlo dentro del nido, tienes que ocuparte de los detalles de adentro del nido.
Hay gente que olvida lo que es verdaderamente importante. Si tú quieres tener una familia, puedes tenerla con o sin la casa de tus sueños. Pero hay una mentalidad que permea que nos lleva a pensar que hay que esperar a tener ciertas cosas o a que ciertas cosas ocurran, para entonces poder pasar a alcanzar lo que, en nuestra mente, sería lo próximo.
Dios nos llamó a las alturas y, para elevarnos, tenemos que tener las prioridades correctas en nuestra vida. Muchas veces nos toca subir a las alturas con peso, con las experiencias negativas, con los errores de nuestro pasado, pero, mientras nos mantenemos cerca de la palabra, con la altura que podamos aguantar, y entendamos que el exterior no es tan importante, sino que lo importante es lo que está adentro, nos vamos a elevar.
En Génesis 15:9-12, la Biblia nos habla de una ofrenda muy específica que presentó Abraham. Él tomó ciertos animales y los partió a la mitad, todos, excepto las aves; y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos y Abraham las ahuyentaba. Mas a la caída del sol le sobrecogió un sueño a Abraham.
Forcejear con aquellas aves de rapiña no era cosa fácil. El sueño que sobrecogió a Abraham nos lo confirma. Y los siguientes versos nos hablan de cómo Dios se comprometió con Abraham, y cómo Dios le bendijo por causa de aquella semilla.
Quizás hoy tú estás cansado, afanado, quizás has estado invirtiendo tu tiempo en el exterior de tu nido, quizás ya estás exhausto, porque ha sido difícil subir con tanto peso, ha sido difícil cargar las ramas secas de tu nido, ha sido difícil llevar contigo todo lo que has tenido que cargar para tener lo que tienes en el día de hoy, quizás estás agotado porque vives la vida ahuyentando aquello que quiere llevarse tu bendición; pero el verdadero valor está en lo que has sembrado en el cuidado de tu nido, en la formación de tu casa, de tu familia; lo que verdaderamente es importante es lo que está en el corazón, en el interior.
Quizás la aspereza de lo que has tenido que cargar ha sido demasiado para ti, o quizás has estado demasiado ocupado ahuyentando aquello que ha atentado en contra de tu nido, pero Dios te dice hoy: Descansa en mí, pon tus prioridades correctas, y permite que yo haga la obra porque, si te llamé a las alturas, es porque te voy a bendecir también en las alturas. 

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