viernes, 14 de agosto de 2015

A los hijos


A los hijos hay que darles muchísimo amor, mucho tiempo, educarlos con autoridad y darles muy buen ejemplo.
Que se dedique mucho tiempo a los chicos. Ocurre que los padres pueden estar durante el fin de semana unas veinticuatro horas con los chicos en casa pero absolutamente sin haber conversado con ellos...
El tiempo... ¿de dónde sacarlo?
Aprovechar la mesa familiar. Para mí es lo más importante. Porque es muy difícil decirle a un hijo "vení, sentáte allí, vamos a conversar". Pero en la mesa es diferente, se da una ocasión natural. Sé que durante la semana generalmente no se está juntos al mediodía, por razones de trabajo o estudio. Pero ¿por qué no aprovechar los almuerzos o las cenas de los sábados o domingos? La conversación en familia, he ahí una buena alternativa a la atracción que ejerce la televisión.
¿Y de qué hablar?
De lo que sea, de lo actual, de las noticias del día, de un incendio, de la violencia, de la guerra, de la economía, de la política, de la ley de salud reproductiva, de lo que pasó en el colegio, de la respuesta que se le dio al profesor, de la respuesta que se le dio al chico, de la buena nota, de la mala nota, de la utilidad o inutilidad de la química, de la matemática, de la filosofía, de la literatura, de los libros que les mandan estudiar.
Usted habló también de autoridad...
Es lo que falta tremendamente en el mundo de hoy: autoridad. Autoridad no es autoritarismo. Tiene que haber reglas, que los chicos tienen que conocer y cumplir.
En la visión de un médico pediatra, ¿qué efectos nocivos tiene la programación actual de TV?
La explosión mediática de las comunicaciones televisión, Internet, e-mail es un progreso tremendo que podría servir para dar más vida, más salud, más felicidad, pero también tiene sus problemas gravísimos que ya los estamos viendo. Ha provocado una gran decadencia de tipo moral en el mundo.
Tantos padres y tantos chicos piensan que todo es relativo que "a mí no me hace mal ver esto o ver lo otro". Y oír las palabrotas, entretenerse con la desintegración de los grupos familiares, son cosas que hacen daño a los grandes y a los chicos.
Muchos definirían su pensamiento como fundamentalista y obscurantista...
Sí, por supuesto. Los que defienden el erotismo en la TV califican a los que estamos en contra como fundamentalistas, obscurantistas, malintencionados y buscadores de malos pensamientos; e insisten en que es natural lo que ellos muestran. Pero no es natural. Lo natural es que el sexo quede reservado a la intimidad. Hasta dentro del matrimonio se busca un clima de intimidad, de respeto, de profundidad de sentimientos. No se puede olvidar que de los diez Mandamientos de la Ley de Dios, tres se refieren a Dios y siete a los fieles. Y si no consideramos el cuarto honrar al padre y a la madre, que no tiene límite: cuanto más honremos, mejor y nos quedamos con los otros seis, el 33% de ellos están referidos a la pureza de las almas. Lo que hoy se dice que es tabú y que no interesa, ocupa el 33% de los seis mandamientos negativos. ¿Cómo puede haber gente que diga que eso es secundario, que no tiene importancia? Es atroz.

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