miércoles, 22 de julio de 2015

Perdón

Perdón una palabra pequeña pero a veces tan dificil de pronunciar.
Perdonarse a uno mismo a veces resulta mucho más difícil que perdonar a alguien más. Cuando llevamos algún sentimiento de culpa por algo que ha sucedido en el pasado o presente, sentimos profundamente, por lo general, una horrible sensación de infelicidad. Es importante para todos, que nos podamos perdonar para poder avanzar y liberar.
Oración del perdón

Mi amado Jesús, he venido hasta Ti en este momento porque sé que sólo Tú me puedes ayudar, quiero contarte ahora lo que hay en mi corazón. Sé que Tú me puedes llenar de bendición, por eso, te entrego todo lo que soy, toma mi vida, toma el desierto de mi vida y hazlo florecer. Tú me has dicho que no me vas a abandonar y yo confío en esa palabra, creo en ella, creo que es una promesa de amor.

Quiero pedirte perdón por mis pecados. Derrama tu sangre bendita sobre mí, perdóname, Señor mío, por todo aquello que no he hecho bien, por todo el mal que he hecho queriendo hacer el bien. No he actuado como corresponde.
Reconozco mis faltas, muchas veces, a diario, me olvido de Ti, me he olvidado de tu amor, de tu misericordia, por las veces que he transformado mi vida en algo sin norte, sin rumbo. Muchas veces he creído en muchas cosas fuera de Ti y no en tu amor sincero, por eso, Padre mío, a Ti que me amas incondicionalmente, te pido perdón por mis pecados, por conservar también rencor en mi corazón, por no perdonarme a mí mismo el daño que he causado.
Rompe Señor, con todas esas cadenas que me han atado a vivir una vida llena de dolor y sufrimiento. A veces pienso que es tan grave mi falta que no soy digno de tu perdón, por ello, te ruego, te imploro, te suplico, que siembres en mi alma, la humildad, el amor, la confianza para poder perdonarme esas heridas que me dejaron los vacíos de no tenerte y de apartarte de mí.
Perdóname por los momentos en que he querido lanzar la toalla, que no he valorado que soy hechura tuya. Perdóname cuando he gritado al mundo entero que no puedo más, que ya no puedo seguir.
Lléname de tu fuerza de ahora en adelante, necesito siempre de tu amor, de tu perdón, de tu alegría para vivir. Quiero sentir tu presencia, tu paz, tu gozo en cada circunstancia de mi vida. Lléname de tu poder, lléname de fortaleza y por sobre todo, envíame tu Espíritu Santo, el gran Consolador, para que guíe mis pasos y pueda caminar hacia Ti, sintiéndome perdonado y amado por Ti.
Me perdono, me perdono, me perdono por tu amor y por tu bondad, me perdono por tu Cruz y por tu Palabra que todo lo sana y todo lo renueva. Amén.

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