Hay actitudes que llevan a un creyente a dar vueltas en el desierto, muriendo poco a poco, sin poseer lo que Dios le ha prometido. Estas actitudes las vemos claramente en el pueblo de Israel.
El pueblo comienza a menospreciarse y esto los lleva a hablar con miedo, lo que a su vez los lleva a hablar palabras de pesimismo, siendo irracionales, y cayendo en incredulidad. Todo esto, lo que termina es llevándolos a revelarse contra Dios.
Hay que tener fe, pero esto no es un pensamiento positivo, ni ver el lado mejor de las cosas, pues los espías vieron las frutas, los higos y que fluía leche y miel, y aun así no creyeron. Tener fe para vencer la incredulidad es tomarle la palabra a Dios, saber que lo que Él ha declarado se va a cumplir, aunque parezca que se tarda.
Sostén la fe, aunque pasen los años y difícil sea el camino. Sostén la fe, hasta que alcances lo que Dios te ha prometido.
En Josué 14, Caleb le dice a Josué dame el monte que Dios me prometió hace cuarenta años, tengo las mismas fuerzas, voy a lucharla. Y, dice la palabra: 13Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel.
Cumplidamente lo que significa es que Caleb, todos los días, en vez de abrir la brecha, cerraba la brecha entre Dios y él. Mientras pasaban los años, más Caleb se acercaba a Dios.
Lo que te da derecho a alcanzar lo que Dios te ha prometido no son tus años de servicio a Dios en la iglesia, o el tiempo que lleves convertido. Los que alcanzan las promesas de Dios en sus vidas, son aquellos que, como Caleb, en vez de alejarse, se acercan más a él.
Sigue cumplidamente a Jehová y posee lo que te ha prometido. Mientras más pasan los años, cierra la brecha, acércate más a Dios. Lee la biblia más que ayer, ayuna y ora más que ayer. Mientras más cerca estés de Él, más cerca estarás de lo que te ha prometido.
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