"Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento".
Isaías 60:3
La oración que Dios responde es la oración de convicción. Esta es la que está segura de lo que pide. Es la plegaria que proviene de un corazón contrito y humillado. ¿Han sido sacudidas sus entrañas por el escenario nacional? ¿Se estremece por tantos robos, asesinatos y la violencia de género? ¿Se conmueve en su interior por los maestros, los jubilados, los niños que pierden días de clases? ¿Le molesta las riquezas de unos pocos y la mendicidad de muchos? Dios oye el corazón sacudido y compungido por el dolor. Usted ha sido tocado por la situación argentina pero no es para que "llore" sino para que "ore". Algunos ruegan con voz potente, otros lo hacen con profunda emoción derramando lágrimas. Muchos proclaman las promesas de Dios. Pero todos estamos clamando para que Argentina reconozca su tiempo. Sí, es tiempo de Dios para Argentina, es tiempo de volverse a Él. Tiempo de buscar ayuda del cielo. Tiempo de perseverar en oración hasta que las nubes de tinieblas que cubren las naciones se despejen y la luz de Cristo nos ilumine mostrándonos la salida. ¡Que Argentina camine a la luz de Jesucristo y la clase dirigente al resplandor de Su poderoso Nombre! Busque un mapa de Argentina o las fotos que tomó durante sus vacaciones y bendiga desde el norte hasta Ushuaia, desde el límite con Chile hasta la costa atlántica. Nombre cada provincia y declárela dichosa porque conoce al Dios verdadero. El dolor de los familiares, la aflicción de sus vecinos, el descontento de sus colegas, son razones más que suficientes para llevarlo a usted a orar, a pedirle al Dios de toda misericordia que bendiga nuestra nación y nos alcance Su amor.
Isaías 60:3
La oración que Dios responde es la oración de convicción. Esta es la que está segura de lo que pide. Es la plegaria que proviene de un corazón contrito y humillado. ¿Han sido sacudidas sus entrañas por el escenario nacional? ¿Se estremece por tantos robos, asesinatos y la violencia de género? ¿Se conmueve en su interior por los maestros, los jubilados, los niños que pierden días de clases? ¿Le molesta las riquezas de unos pocos y la mendicidad de muchos? Dios oye el corazón sacudido y compungido por el dolor. Usted ha sido tocado por la situación argentina pero no es para que "llore" sino para que "ore". Algunos ruegan con voz potente, otros lo hacen con profunda emoción derramando lágrimas. Muchos proclaman las promesas de Dios. Pero todos estamos clamando para que Argentina reconozca su tiempo. Sí, es tiempo de Dios para Argentina, es tiempo de volverse a Él. Tiempo de buscar ayuda del cielo. Tiempo de perseverar en oración hasta que las nubes de tinieblas que cubren las naciones se despejen y la luz de Cristo nos ilumine mostrándonos la salida. ¡Que Argentina camine a la luz de Jesucristo y la clase dirigente al resplandor de Su poderoso Nombre! Busque un mapa de Argentina o las fotos que tomó durante sus vacaciones y bendiga desde el norte hasta Ushuaia, desde el límite con Chile hasta la costa atlántica. Nombre cada provincia y declárela dichosa porque conoce al Dios verdadero. El dolor de los familiares, la aflicción de sus vecinos, el descontento de sus colegas, son razones más que suficientes para llevarlo a usted a orar, a pedirle al Dios de toda misericordia que bendiga nuestra nación y nos alcance Su amor.
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