En Hebreos 11:29, dice la palabra del Señor que, por la fe, el pueblo de Israel pasó el Mar Rojo como por tierra seca, e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.
No te metas a hacer algo, si no es por fe.
Mucha gente fracasa, porque –al igual que los egipcios– está intentando. Los que intentan se ahogan. Los que intentan no cruzan, no salen.
El pueblo egipcio trató de hacer lo que hizo el pueblo de Dios y no le salió igual. De la misma manera, hay gente tratando de hacer lo que otro hace, y no le sale. Porque el que intenta hacer algo, sin darse cuenta de que el factor que abre el mar no es el hecho de que otro lo haya cruzado, sino su fe, no obtiene los mismos resultados.
Lo que Dios hace con otro debería ser un ejemplo para ti. Eso es definitivo, porque Dios no hace acepción de personas. Pero sí hace acepción de fe. Dios no puede hacer por alguien que no tiene fe, lo que hace por aquel que ha creído, porque sin fe es imposible agradar a Dios.
Deja de seguir intentando hacer las cosas, y comienza a moverte por fe, a caminar por fe, entendiendo que Dios va a abrir caminos donde no los hay. Dios no te trajo hasta el lugar en el que te encuentras, para volver atrás.
Si te tiras tan solo porque viste que otros alcanzaron ciertas cosas, entonces estarás intentando caminar en la fe de otro, por el camino que Dios le abrió a otro, y no por el camino que Dios te quiere abrir a ti.
Tu fe es la que abre caminos en donde no los hay. Tu fe es la que te hace caminar por caminos que no conocías. Tu fe es la que te hace caminar por lugares en los que nunca habías estado. Tu fe es la que te abre puertas, cuando piensas que estás encerrado y que vas a fracasar. Tu fe es la que te abre puertas para hacer lo que antes no se había podido hacer.
Entiende que Dios te ha llamado para que tú seas un precedente para las naciones, para el mundo, para tu familia.
Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto, Dios no los sacó de algo, sino para algo. Ellos no conocían lo que era ese algo, pero Dios sabía lo que les daría, y el camino por el que los iba a llevar.
Dios quiere llevarte a un nuevo lugar por el que tú nunca has caminado, un camino por el que tú nunca has andado. Llegó el momento de que tú comiences a vivir por fe, y decidas no seguir intentando en tu matrimonio, sino que decidas hacer que el matrimonio funcione. No sigas intentando que la empresa resulte, haz que la empresa resulte, por fe. No sigas intentando vivir en tu país, más bien decide permanecer, con la firme convicción de que Dios te va a prosperar, porque el Dios que prospera en el extranjero, es el mismo Dios que prospera en tu país.
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