A DIOS LE HACE FELIZ QUE TÚ SEAS FELIZ
Nuestro Dios tiene sentido del humor. Él ama sorprendernos con sus detalles maravillosos de amor. A él le gusta vernos entusiasmados y rebosantes de alegría al iniciar un proyecto. También cuando disfrutamos de las cosas que hacemos y de quienes somos.
El otro día recibí una cartita muy hermosa de una de nuestras lectoras y ella decía: “Brendaliz, Dios sonríe cuando te ve escribir”. Y yo pensé: “es muy cierto eso”. Yo sonrío al escribir, pero Dios también sonríe al vermeescribir, porque él sabe que es algo que disfruto hacer.
Me complace hacerlo porque sé que es un don que Dios me regaló para bendecir a las vidas a través de un lenguaje silencioso que permite a las personas escudriñar y escuchar sus propios corazones. Pero así como sé que Dios sonríe al verme hacer algo que me agrada, sonríe también cuando te ve disfrutar con todo tu corazón de todo lo que haces.
Si te dedicas de corazón con pasión y sinceridad a todo lo que haces, sin duda él se siente feliz por ti. A veces las personas ven a Dios como un ser tirano, distante, que se alegra del mal. Que le gusta castigar y dar fuete a diestra y siniestra.
Pero la personalidad de Dios es la más bella y transparente. Él tiene espacio en su corazón para cada uno de nosotros. Conoce cada detalle de nosotros desde adentro hasta fuera. Por eso es que se deleita cuando te ve juguetear y sonreír. Cuando sabe que a pesar de todo le estás echando ganas a la vida y luchando por alcanzar esa felicidad que a veces parece breve, pero que es tan necesaria.
Me gusta hablar con Dios, contarle bromas y chistecitos aunque sé que él los sabe. Me lo imagino sonriendo como cuando una niña juega con su papá. Me gusta saber que mi vida depende de él y que él me da las fuerzas para continuar. Me abruma e impacta totalmente saberme amada y valorada por él.
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