“Al Señor clamé estando en angustia, y él me respondió”. Sal. 120:1.
Esta es la expresión de un hombre de Dios cuyo corazón estaba quebrantado. Puede ser también la tuya atravesando momentos de sufrimiento o quebranto. El sufrimiento es parte de la vida. Creo que todos los seres humanos lo necesitamos e indudablemente lo experimentamos en algún momento de nuestro transitar por este mundo.
Es a través de él que entendemos que hay un ser Soberano, que entiende lo más profundo del corazón del hombre y de la mujer, Dios, y a quien podemos acudir en busca de auxilio. Es a través del sufrimiento que afloran nuestras asperezas, nuestras actitudes, nuestras motivaciones, nuestro egocentrismo.
En el sufrimiento las lágrimas brotan de nuestros ojos, y son una expresión del alma por el dolor que sentimos. El sufrimiento puede arroparnos por varias causas: enfermedades terminales, discapacidades, muerte, abusos, rechazos, malas noticias, separación, desobediencia a la ley divina.
Un dicho chino dice: “La gema no puede ser pulida sin fricción, ni el hombre perfeccionado sin las pruebas o el sufrimiento”
Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16: 33.
Pablo dijo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” Hechos 14: 33.
Billy Graham dijo: “Sólo la gracia y la paz ilimitadas de Dios pueden ayudarnos a atravesar por los momentos de prueba”
Enfrentando el sufrimiento.
Bárbara Johnson, autora de best-séller, humorista y oradora de conferencias muy solicitada, es una mujer que ha experimentado mucho dolor por el accidente devastador que casi dejó a su esposo ciego y comatoso, como un vegetal; las muertes violentas de dos de sus cuatro hijos, y finalmente, el descubrimiento de la homosexualidad de otro hijo.
Casos como este, nos llevan a preguntar: ¿Por Qué? ¿Es mi culpa? ¿He desobedecido leyes humanas o divinas? ¿He descuidado lo que Dios me ha dado? ¿Es por culpa de otros cuyas palabras y acciones han hecho pedazos mi vida?
¿Es por el rechazo que viene de un ser querido en la familia? ¿Es porque somos perseguidos y porque nos difaman? ¿Es porque otros se aprovechan de nosotros, nos usan, o porque es difícil llevarse bien? ¿Es porque las circunstancias adversas de la vida me han tocado?
Reacciones ante el sufrimiento.
Unos expresan dolor, otros, ira, enojo, otros culpan a Dios, a la gente o a las circunstancias, o a sí mismos, otros caen en depresiones, otros deciden terminar con su vida y se suicidan.
Pero, nos preguntamos, ¿son normales tales reacciones? Doy gracias a Dios que nos ha hecho con emociones y podemos llorar, reír, gritar, etc. La cuestión aquí es, que además, de que Dios nos ha dado emociones, también nos ha dado dominio propio y es allí donde tenemos que hacer un alto y reflexionar acerca de nuestras reacciones frente al sufrimiento.
El sufrimiento es parte de la vida y prueba que somos parte de la raza humana. Además a través de los sufrimientos, Dios permite que la belleza oculta que hay dentro de nosotros, aflore.
Ejemplos bíblicos.
Ana. 1 Samuel 1:6-10. Una mujer que experimentó el sufrimiento a través de su esterilidad, y a través de la humillación de su sierva. Su reacción fue de llanto de tristeza y de dolor pero también de tomar una decisión firme.
David. 2 Samuel 12:16,17.
David el hombre llamado según el corazón de Dios, enfrentó sufrimientos por andar en caminos que no agradaron a Dios. Frente a ese sufrimiento, se humilló ante Dios, reconoció su pecado y estuvo dispuesto a sufrir las consecuencias de su pecado.
Jesús. Isaìas 53: 3-10.
No hay nadie que haya experimentado más sufrimiento en su vida como lo experimentó Jesús. Su reacción ante el sufrimiento: dispuesto a hacer siempre la voluntad de su Padre y cumplir su meta en esta tierra.
Conclusión.
Dependiendo de la actitud que tomemos frente al sufrimiento, la vida se hará más llevadera, o se tornará en una carga muy difícil de soportar. Si tomamos la actitud correcta, podremos ministrar a otros, animándoles.
Podremos utilizarlo como un ministerio de consolación, así como lo hizo Jesús: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:8) “Cuando el corazón se quebranta, la actitud es lo que cuenta".
Esta es la expresión de un hombre de Dios cuyo corazón estaba quebrantado. Puede ser también la tuya atravesando momentos de sufrimiento o quebranto. El sufrimiento es parte de la vida. Creo que todos los seres humanos lo necesitamos e indudablemente lo experimentamos en algún momento de nuestro transitar por este mundo.
Es a través de él que entendemos que hay un ser Soberano, que entiende lo más profundo del corazón del hombre y de la mujer, Dios, y a quien podemos acudir en busca de auxilio. Es a través del sufrimiento que afloran nuestras asperezas, nuestras actitudes, nuestras motivaciones, nuestro egocentrismo.
En el sufrimiento las lágrimas brotan de nuestros ojos, y son una expresión del alma por el dolor que sentimos. El sufrimiento puede arroparnos por varias causas: enfermedades terminales, discapacidades, muerte, abusos, rechazos, malas noticias, separación, desobediencia a la ley divina.
Un dicho chino dice: “La gema no puede ser pulida sin fricción, ni el hombre perfeccionado sin las pruebas o el sufrimiento”
Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16: 33.
Pablo dijo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” Hechos 14: 33.
Billy Graham dijo: “Sólo la gracia y la paz ilimitadas de Dios pueden ayudarnos a atravesar por los momentos de prueba”
Enfrentando el sufrimiento.
Bárbara Johnson, autora de best-séller, humorista y oradora de conferencias muy solicitada, es una mujer que ha experimentado mucho dolor por el accidente devastador que casi dejó a su esposo ciego y comatoso, como un vegetal; las muertes violentas de dos de sus cuatro hijos, y finalmente, el descubrimiento de la homosexualidad de otro hijo.
Casos como este, nos llevan a preguntar: ¿Por Qué? ¿Es mi culpa? ¿He desobedecido leyes humanas o divinas? ¿He descuidado lo que Dios me ha dado? ¿Es por culpa de otros cuyas palabras y acciones han hecho pedazos mi vida?
¿Es por el rechazo que viene de un ser querido en la familia? ¿Es porque somos perseguidos y porque nos difaman? ¿Es porque otros se aprovechan de nosotros, nos usan, o porque es difícil llevarse bien? ¿Es porque las circunstancias adversas de la vida me han tocado?
Reacciones ante el sufrimiento.
Unos expresan dolor, otros, ira, enojo, otros culpan a Dios, a la gente o a las circunstancias, o a sí mismos, otros caen en depresiones, otros deciden terminar con su vida y se suicidan.
Pero, nos preguntamos, ¿son normales tales reacciones? Doy gracias a Dios que nos ha hecho con emociones y podemos llorar, reír, gritar, etc. La cuestión aquí es, que además, de que Dios nos ha dado emociones, también nos ha dado dominio propio y es allí donde tenemos que hacer un alto y reflexionar acerca de nuestras reacciones frente al sufrimiento.
El sufrimiento es parte de la vida y prueba que somos parte de la raza humana. Además a través de los sufrimientos, Dios permite que la belleza oculta que hay dentro de nosotros, aflore.
Ejemplos bíblicos.
Ana. 1 Samuel 1:6-10. Una mujer que experimentó el sufrimiento a través de su esterilidad, y a través de la humillación de su sierva. Su reacción fue de llanto de tristeza y de dolor pero también de tomar una decisión firme.
David. 2 Samuel 12:16,17.
David el hombre llamado según el corazón de Dios, enfrentó sufrimientos por andar en caminos que no agradaron a Dios. Frente a ese sufrimiento, se humilló ante Dios, reconoció su pecado y estuvo dispuesto a sufrir las consecuencias de su pecado.
Jesús. Isaìas 53: 3-10.
No hay nadie que haya experimentado más sufrimiento en su vida como lo experimentó Jesús. Su reacción ante el sufrimiento: dispuesto a hacer siempre la voluntad de su Padre y cumplir su meta en esta tierra.
Conclusión.
Dependiendo de la actitud que tomemos frente al sufrimiento, la vida se hará más llevadera, o se tornará en una carga muy difícil de soportar. Si tomamos la actitud correcta, podremos ministrar a otros, animándoles.
Podremos utilizarlo como un ministerio de consolación, así como lo hizo Jesús: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:8) “Cuando el corazón se quebranta, la actitud es lo que cuenta".
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