Dios promete al hombre varias cosas. Entre estas: Tierra, multiplicación, prosperidad. Adicional a esto, el descanso, reposar también es una de las promesas más grandes que Dios le da al hombre.
Dios quiere ubicarte en un lugar para que puedas tener descanso. Hoy día, se supone que un lugar de descanso para el hombre sea su hogar, pero lamentablemente, a veces el ambiente no es propicio para alcanzar el reposo y hallar paz y sosiego para el otro día salir otra vez a esforzarnos y luchar y alcanzar la victoria.
Descanso no significa meramente dormir, pues el ser humano puede dormir y no hallar el verdadero descanso para recuperar sus fuerzas. Es importante alcanzar esa ubicación de descanso.
En Génesis 23, vemos que Sarah, la esposa de Abraham, muere y este ofrece a pagar por el lugar donde la va a enterrar. Efron, el heteo, se aprovecha de la situación y le pone un alto precio al lugar, 400 ciclos de plata. Abraham aceptó y pagó el alto precio por el descanso. La tradición judía dice que este fue un costo demasiado alto por aquel pedazo de tierra.
Los heteos representan el alto costo que el mundo quiere ponerle a tu descanso. Históricamente, los heteos no permitían que el pueblo de Israel alcanzara el descanso divino. La Biblia nos habla que Esaú en rebeldía a sus padres y a lo que Dios había dicho, se casó con dos mujeres que eran hijas de heteos. Y, en Génesis 26:34, vemos que estas dos esposas de Esaú fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.
Isaac se casó con Rebeca, dirigido por Dios, y era un hombre de paz. En Génesis 26, podemos ver que peleaban contra él por un pozo y él lo entregaba sin pelear y se iba a buscar otro pozo. Hasta que Dios lo bendijo con un lugar de paz y descanso. Rebeca fue una mujer de servicio y vivía también en paz. La actitud de paz y de servicio es la que debemos tener en todo lo que hacemos, pues esto trae descanso.
Esaú, quien vivía amargado por sentirse traicionado por su hermano Jacob, entonces se casa con dos mujeres que no eran del pueblo de Dios y esto trajo discordia. Cuando estás cerca de la tierra prometida, no puedes unirte a personas que no tengan la actitud de paz y de servicio, pues en la tierra prometida se vive en paz para hallar descanso. Esto no es que no vas a trabajar y luchar, pero aunque haya batalla, sabes que estás en el lugar correcto y esto trae paz y descanso.
Hoy se va todo pensamiento que trae amargura y toda idea que ha marcado tu espíritu y encuentras la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento y tienes descanso, en el nombre de Jesús.
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