jueves, 28 de mayo de 2015

Bendición y descanso**

Los heteos representan aquello que provoca dificultades, específicamente haciendo uso de la seducción. 
La Biblia relata, en 2 Samuel 11, que el problema más grande lo tuvo el rey David el día que se supone los reyes salieran a la guerra; se quedó en Jerusalén y se unió a una mujer de los heteos.  Betsabé queda embarazada y el rey David mandó a matar a su esposo Urias, el heteo, quien era un soldado fiel.  Podemos ver cómo el rey David ganó muchas batallas, pero, en su casa, había conflictos.  Eventualmente, Dios transforma el conflicto de la casa en bendición, pues Salomón, hijo de esta unión, se convierte en el rey de Israel.  Una vez más podemos ver que el amor de Dios es más grande que todo conflicto y pecado.
El rey David venció a gigantes, osos, ejércitos, pero en el interior de su familia había conflictos.  Esto nos enseña que puedes estar ganando muchas batallas y tener éxitos, pero por estar tomando decisiones a destiempo y por no estar haciendo lo que se supone hagas, esto trae conflictos en la casa.  Y esto, sí trae destrucción. 
La seducción y el pecado llegan, cuando, en vez de estar luchando en guerra, haciendo la voluntad de Dios, decidimos descansar.  Cuando descansamos en un momento en que se supone estemos trabajando y haciendo lo que Dios mandó hacer, esto trae tanto conflicto, que luego es difícil conseguir descanso.
En tu casa, con tu familia, cuando es tiempo de estar en alerta y trabajar, no se puede descansar.  Esto es necesario entenderlo porque, de lo contrario, entran personas incorrectas y llega el conflicto a la familia.  Betsabé entró primero a la vida del rey David, cuando la vio por la ventana.  No se puede abrir las ventanas a las cosas incorrectas y ver lo que no hay que detenerse a mirar.  Tienes que estar enfocado en lo que Dios dijo que se debe hacer porque, cuando abres la ventana a mirar lo que no debes mirar, eventualmente entrará por la puerta un heteo y provocará que no tengas descanso.
Cierra las ventanas de tus ojos, oídos y corazón al mundo, para que tengas victoria y encuentres descanso.  Esto puede ser en relaciones extramaritales, en asociaciones en el trabajo, en la empresa.
El rey David se dejó seducir, y perdió su paz.  En los Salmos, se puede ver la transición de David, de un joven valiente, que decía Jehová es mi pastor y nada me faltará, pero que luego se convierte en un rey que dice, mientras callé se envejecieron mis huesos.  Cuando joven, cantaba de victoria y del Dios de paz y descanso que le bendecía, decía el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.  Luego cantaba, siento dolor y amargura, líbrame de mis enemigos. 
David encontraba paz y descanso solamente en la presencia de Dios, en el tabernáculo.  Por esto, decía: Mejor es estar un día en la casa de Jehová que mil fuera de ella.  Quiso edificar el templo de Jehová, pero no lo pudo terminar y lo terminó su hijo Salomón.   Eventualmente, David descansó en paz, pues Dios convirtió la maldición en bendición. 
Dios no tan solo quiere que halles descanso en el templo, sino también en tu casa, trabajo o empresa.  Echa de tu vida todo aquello que te sedujo del mundo y cierra la puerta.  Que la presencia de Dios camine siempre contigo y verás cómo se va toda amargura.  Entrarás en la tierra prometida y todo se tornará en bendición y hallarás descanso.

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