martes, 5 de mayo de 2015

Dios bueno

¿Cuántas malas noticias puedes recibir, sin que tu corazón se dañe?  ¿Cuántos problemas pueden llegar a tu vida sin que llegue la depresión a tu vida?  ¿Cuántas malas noticias o problemas pueden llegar a tu vida, sin que dejes de levantar tus manos para adorar a Dios?

En el libro de Job, vemos que el enemigo trató de tentar a Dios y no tuvo éxito.  Como no pudo, entonces trató de tentar a Job.  A Job le llegaron las malas noticias, una tras otra, de todo lo que había perdido, y ninguna logró dañar su corazón.  Luego, a Job le da sarna, desde la planta del pie, hasta la coronilla de la cabeza.  Su esposa le decía: ¿Aún te mantienes en tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!  El enemigo utilizó la misma estrategia que utilizó con Adán y Eva en el huerto del Edén: Trató de influenciar a Job, a través de su esposa.

Job, a diferencia de Adán, no se quedó callado ante lo que le dijo su esposa, sino que contestó, con sabiduría: ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?  Hoy día, también existe el mismo problema en los matrimonios: Hombres que se quedan callados o peor aún, explotan con coraje. 

Adán debió hablarle a Eva y enseñarle todas las cosas buenas que Dios ya les había dado.  Recordarle, que Dios los había sacado del polvo y les había dado tantas cosas buenas y que, de la misma manera, había muchas cosas más que podían alcanzar.  La mujer que no tenga un esposo que le hable, dígale al Espíritu Santo que le hable y le muestre, pero no hable lo incorrecto.

La esposa de Job no quería verlo sufrir, pues le amaba.  El problema fue que quería que renunciara al sufrimiento de la manera incorrecta, quería que claudicara.  Los que servimos a Dios, sabemos que, en la vida, hay procesos, y todos los que nos rodean tienen que entender que lo vamos a pasar y con notas excelentes.  De nuestra boca, no saldrá nada que maldiga a Dios jamás.  

Nunca permitas que las personas que te aman, influencien tu vida de tal modo que niegues a Dios.  Aunque lleguen circunstancias adversas, nuestro Dios sigue siendo bueno.

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