lunes, 8 de julio de 2013

Palabras de aliento, fortaleza y esperanza

En Gosén, la segunda bendición que vemos manifestada es la multiplicación.  En Génesis 46:3, Dios le dice a Jacob: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.  A Gosén entraron alrededor de 70 personas, y salieron sobre 2 millones de personas.  Hubo multiplicación en Gosén. 
Cuando hablamos de multiplicación, también hablamos de acelerar.  Hay cosas que has sentido que se han retrasado; pasan los años, y no ves nada.  Pero llegará el momento en que, de repente, entrarás en una atmosfera en la que habrá multiplicación, aceleración en tu vida. 
En Génesis 1, Dios comienza en un mundo vacío, donde levanta al hombre y a la mujer y les dice: Fructifica y multiplica.  En Génesis 8 y 9, vemos una segunda creación que comienza con 8 personas, y Dios le dice a Noé: Fructifica y multiplica. 
Es importante que la iglesia se multiplique, y que nos inquietemos por que se llenen las iglesias, para que haya más de Dios que del mundo.  Muchos cristianos tienen menos amigos ahora, en Cristo, que cuando estaban en el mundo.  Antes ganabas amigos para ti, ahora debes ganar amigos para Dios.  Son más los que quieren este estilo de vida en Cristo que el estilo del mundo, lo que sucede es que no le hablas de las promesas y del gozo de estar en Cristo. 
Los jóvenes varones están muriendo por las drogas, y esto es una trama del enemigo porque es la manera de extinguir la raza humana, porque es en el varón que está la semilla de la multiplicación del ser humano. 
Más adelante, en Génesis 35, la orden que Dios le da a Jacob es: Multiplícate.  La razón por la cual Dios quiere que nos multipliquemos es que, mientras nosotros nos reproducimos físicamente y espiritualmente, estamos reproduciendo la imagen de Dios en cada uno.  Mientras más imagen de Dios haya en esta tierra, más la tierra se tiene que someter a la voluntad de Dios.  Quien tú eres hoy es más digno de multiplicarse de lo que eras 10 años atrás, antes de que aceptaras al Señor como tu salvador. 
A través de la historia, la gente no se multiplica, porque la multiplicación trae opresión, problemas, dificultades.  Lo curioso es que la multiplicación en la vida ocurre cuando más problemas hay.  En Éxodo 1, dice que, mientras más oprimían al pueblo, más se multiplicaban.  Faraón los oprimió porque temió que eran muchos, pero, mientras más cargas les daban, más se multiplicaban, y las mujeres parían hijos fuertes. 
La iglesia ha perdido la pasión de multiplicarse, de ganar almas para el Señor y multiplicarse una y otra vez.  Cristiano que no fructifica, es un cristiano que no multiplica y significa que no lleva una vida productiva. 
Evangeliza; predica de Cristo.  Cada vez que veas tu carro vacío camino a la iglesia y veas sillas vacías en el templo al que asistes, debes recordar que la voluntad de Dios es: Multiplicación.  Dondequiera que vayas, en tu trabajo, en tu vecindario, que la gente sepa que en ti pueden encontrar una oración, una palabra de aliento, esperanza y fortaleza.

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