miércoles, 17 de julio de 2013

Instrucciones

Muchas veces pensamos que, porque somos cristianos, vivimos en un mundo impermeable a situaciones difíciles.  Pero, aunque seamos cristianos y amemos a Dios, hay ocasiones que cometemos errores, que nos equivocamos o se abre puertas que traen maldición. 
La mayoría de los problemas del ser humano es por no tener conocimiento y no se recibe más por vivir en ignorancia.   Lo mejor que podemos ensenar a nuestros hijos es el deseo de aprender.  Mientras más conocimiento y más nos esforzamos, más disfrutamos de beneficios.
Como iglesia, tenemos fe, creemos en la manifestación sobrenatural de Dios, creemos que el que tiene una palabra lo tiene todo, pero esto no llega de la nada.  Hay que esforzarse, escudriñar la palabra, venir a la iglesia.  Para tener buenos resultados, hay que trabajar y esforzarse.  
En las bendiciones tenemos responsabilidades.  Tenemos que entender que, para la bendición de Dios, para poder recibir todos los beneficios, tenemos que tener el corazón correcto.  Todas las promesas que están disponibles en Gosén, hoy están disponibles para todo aquel que tiene el corazón correcto. 
Vemos, en Lucas 4, cómo Jesús estaba tratando de que el pueblo lo recibiera como el enviado de Dios, pero muchos no le recibían.  Entonces, Jesús comenta: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
Vemos a la viuda de Serepta que fue obediente con las instrucciones del profeta Elías y por esto recibe las bendiciones.  Los que recibimos las bendiciones de Gosén somos aquellos que tenemos una actitud de obediencia. 
Hay que prestar el oído para escuchar cada detalle de las instrucciones de Dios, porque de esto depende que se manifiesten o no se manifiesten las bendiciones.  La viuda tuvo que escuchar cada detalle de las instrucciones del profeta Elías y por seguir cada detalle de las instrucciones, la biblia dice, que la harina no escaseó en su casa.
Tenemos que entender que en Dios hay instrucciones específicas para nuestra vida.  

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