Dios quiere prosperarte, y tiene razones para querer hacerlo. Dios tiene un plan de prosperidad sobre nuestra vida, tiene un plan de bendición, quiere hacer cosas diferentes contigo, quiere moverte de un nivel a otro, porque por medio de eso promovemos el evangelio.
Constantemente, vemos personas que desean tener un ministerio, desean trabajar en un ministerio, desean predicar la palabra del Señor, desean predicar a través de la radio, la televisión, escribir un libro, ir de altar en altar, ir en viajes misioneros, y gloria a Dios por eso, pero la mejor manera que tú tienes de predicar el evangelio es a través de tu testimonio, es a través de tu propia vida.
Muchos de nosotros, a través de la televisión, sembramos la palabra, y todos estos medios cumplen un propósito, pero el trabajo no está completo hasta que tenemos a alguien delante de nosotros que habla a nuestra vida de una manera especial.
La razón por la cual Dios quiere que tú prosperes es porque Dios no es un mal negociante.
Si los clientes en tu negocio no estuvieran satisfechos con tu negocio, no volverían, no te recomendarían, y Dios quiere que tú le recomiendes ante otras personas, porque él quiere que cada persona le reconozca como su Señor y Salvador.
Tenemos una asignación de predicar el evangelio a las naciones, por lo cual, tu vida tiene que dar fruto para que, a través de los frutos que está produciendo, el evangelio pueda ser predicado a toda criatura.
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