Comienza a orar reconociendo la soberanía indiscutible de Dios y su poder irresistible! Él reina sobre todos los demás, y sólo Él es el dueño y Señor absoluto de todo. Trata de ponerte de pie y ora este versículo en voz alta en una gran fe: "De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan". Salmos 24:1
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