En Marcos 11, Cristo dice: El que le dijere a ese monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. En Lucas 17, Cristo dice a sus discípulos que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a un sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y los obedecería.El monte y el sicómoro se sacan de la misma manera: hablando, y de raíz; y a ambos hay que echarlos a la mar, el lugar del olvido. Ese es el mismo lugar al que deben echarse las raíces de amargura, porque ahí no van a crecer.
Tanto la expresión en Marcos 11, como la de Lucas 17, tienen que ver con las emociones. Jesús viene trabajando con ciertas cosas en el área de las emociones, y es entonces que dice: Si le dices a este monte: Quítate y échate en lo profundo de la mar, obedecerá.
Desarraigar quiere decir “sacar de raíz”. El sicómoro es un árbol, no muy alto, pero con raíces impresionantes. Sus raíces se pegan a las de otros árboles, al punto de secar estas otras raíces. De la misma manera, quizás no muestras mucho por fuera tu coraje, pero por dentro te estás consumiendo. Puedes mostrarte feliz, y por dentro estar frustrado; y esto te estorba, estorba la manifestación de la gracia de Dios en tu vida.
Cristo les dice a los discípulos que saquen de raíz todo sicómoro en sus vidas.
Saca de raíz todo aquello que está queriendo profundizar y detener todo aquello que Dios quiere hacer contigo. Saca de raíz todo aquello que quiere detener la gloria de Dios en tu vida. Y no tan solo lo saques, sino que planta algo nuevo. Jesús dijo: Si tuvieras fe, como un grano de mostaza. En otras palabras, saca el sicómoro y siembra la mostaza.
La mostaza es pequeña, pero es que tú lo que necesitas es un poco de esperanza, un poco de fe de que todo va a estar bien.
En Mateo 13:31, Cristo dice que el reino de Dios es como una semilla de mostaza que es plantada y, a pesar de ser pequeña, crece como un árbol gigantesco, donde las aves vienen a hacer nidos. ¿De qué te sirve tener un árbol que afuera no sirva de nada, pero que tenga raíces bien profundas? Mejor planta un árbol de mostaza, que aunque sus raíces no son tan grandes como la del sicómoro, afuera se convierte en algo que lo que hace es atraer los pájaros, que en la biblia representan prosperidad, libertad, bendición, salud.
Siembra un árbol de mostaza porque, algún día va a anidar esos nuevos pensamientos, esas nuevas ideas de prosperidad, de bendición; pero tienes que sacar el sicómoro de raíz, y sembrar mostaza. Saca aquello que te estorba. ¿Cómo? Con la palabra, con el poder de la palabra. Cristo dijo: Si dijeres.
El perdón comienza diciendo; la libertad comienza diciendo. Y cada vez que venga un pensamiento negativo, una duda, un recuerdo de una herida del pasado, sácalo de raíz, no permitas que haga raíz en tu vida, y declara que tu confianza no está puesta en los hombres, sino en Jehová.
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