jueves, 9 de mayo de 2013

El tentador esta bajo mis pies.


Hoy mi vida espiritual se verá envuelta en otra batalla. Porque batallas son todos los días. El enemigo de nuestras almas jamás descansa en tentarnos para hacernos caer. Más, hoy no estoy solo, cuento con la presencia de Dios y con la orientación de su palabra. El enemigo, sigilosamente se acercará a mi vida para presentarme trampas de las cuales podré salir victorioso si sigo la norma establecida por Dios. “Si eres hijo de Dios”, fue la primera trampa que el enemigo puso al Señor en el desierto.
Si es la trampa de la duda de quien soy. El enemigo, siempre quiere hacerme dudar de mi posición en Dios. Si eres hijo de Dios. Hoy, necesito pararme firma en la seguridad de que si soy un hijo de Dios.
Di que estas piedras se conviertan en pan. La segunda trampa es la trampa de la desobediencia y el hacer las cosas sin la dirección del padre. No puedo mantenerme firme si soy desobediente a lo que Dios ha dicho y si hago las cosas porque a mi parecen, sin consultar con el Padre. Lo que Satanás no sabía era que Jesús estaba seguro que era Hijo de Dios y era obediente en todo y que jamás hizo las cosas sin consultar al padre. Hoy necesito estar no solamente seguro que soy un hijo de Dios, pero un hijo obediente que no hago las cosas a mi manera y mi parecer sino a la manera y al parecer del Padre. 
Como podré vencer y salir victorioso? Acudiendo a la palabra de Dios y reafirmando con mi propia vida que la creo y la vivo.
El Señor contesto. Escrito está. No solo de pan vivirá el hombre sino de toda la palabra de Dios. Primera forma que necesito aprender hoy es citar la palabra de Dios con autoridad y seguridad y en segundo lugar que lo más importante no es lo material sino lo espiritual. El hombre no vive solo de pan, sino de la palabra de Dios.
Señor, Tú eres el Señor que por encima de las piedras y del pan, nos das tus palabras que son espíritu y son vida. Ayúdame hoy a enfrentar con seguridad al tentador, demostrándole que estoy seguro de que soy un hijo de Dios y que ando en obediencia. Quiero apropiarme de tu palabra para combatir con firmeza y poder al enemigo.
Hoy el tentador puede llegar a mi para desviar mi vista de los valores espirituales para fijarlos en los lineamientos humanistas y materialistas. Tu palabra tiene todas las respuestas para esos ataques. Señor que pueda hoy tu ley ser luz en medio de la noche y brújula durante el día. En tu ley, hoy meditaré para poder responder los ataques, con la firmeza de tu palabra. Amén.

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