Probablemente, la mayor lucha de los cristianos, es sentir que están perdiendo el tiempo a la hora de orar. No logran nada en su momento de oración y meditación. Es muy tentador pasar a otra cosa y decir "bueno posiblemente mañana esté mejor". Algunos nos hemos desalentado al sentir que nuestras oraciones no son escuchadas y hemos caído en una depresión de abandono inmensa.
Estos sentimientos que nos llevan a pensar que somos de poca estima delante de Dios, son confrontados de manera maravillosa en Gálatas 6. Cuando tú decides pasar tiempo en oración con Dios estás trabajando en la ley de la siembra y la cosecha. En este pasaje hay un increíble secreto que nos dice que cuando siembras en el Espíritu, al dedicarle un tiempo a Dios, finalmente segarás vida en el Espíritu. Hemos visto y tratamos muchas veces de aplicar este principio a lo financiero, pero éste pasaje se refiere también, a la de buscar a Dios en atenta meditación. Es imposible sembrar en el Espíritu sin recoger su cosecha correspondiente. Veamos que nos dice este pasaje de Gálatas 6:7-9, "No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado. Si seguimos nuestros malos deseos, moriremos para siempre; pero si obedecemos al Espíritu, tendremos vida eterna. Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo".
En el mundo material si nosotros no sembramos arroz, pues simplemente vamos al supermercado y lo compramos, pero alguien se ha tenido que esforzar y preparar la tierra para la siembra, sembrar la semilla y luego esperar a que germine. En el mundo espiritual es diferente, tú no puedes ir a comprar amor, paciencia, actitud, lo que siembras es lo que cosechas. Sembrar puede significar: Trabajar en algo, invertir tiempo y esfuerzo en algo, aportar para que algo suceda, hacer una obra o acción que traerá una consecuencia, dedicarme a algo, etc.
Cuando hablamos de sembrar en el mundo espiritual, hablamos de establecer patrones y hábitos que nos permitan pasar tiempo importante con Dios en el lugar secreto, de manera habitual. Esta clase de siembra producirá una cosecha en nuestro caminar con Él. Esto nos cambiará, y a su tiempo comenzará a afectar todo a nuestro alrededor. Debemos ser conscientes de lo que nos dice Dios en Génesis 8:22, "Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches"
Este secreto nos ayudará a pasar los momentos de crisis. En todo lugar llega la crisis, y muchos buscan desesperadamente medidas para salir de ella, algunos se van a otro país, se desaniman, se olvidan de Dios, vuelven al mundo. Abandonamos nuestra búsqueda de Dios por sentimientos errados, porque vivimos en una cultura que evalúa sus prioridades teniendo en cuenta los resultados inmediatos. Las voces del mundo nos gritan producción. Nuestra vida espiritual se parece más a las plantas de un jardín. Cuando terminamos de sembrar, habitualmente no podremos mostrar resultados o beneficios inmediatos. Lo que sembramos hoy requerirá una estación completa de crecimiento, antes de ver la manifestación de los resultados. Salmo 126:5, "Los que sembraron con lagrimas, con regocijo segarán. Tal vez piense hoy que la oración, el ayuno, el devocional no están dando los resultados que usted espera en su vida, las respuestas a sus peticiones no han llegado, pero déjeme decirle hoy, si usted está en tiempos de crisis, es necesario que siembre en Dios para que recoja la cosecha a su tiempo. Veamos con un ejemplo de la palabra lo que vivió Isaac el hijo de Abraham.
Génesis 26:1, "En ese tiempo hubo mucha hambre en aquella región, además de la que hubo en tiempos de Abraham. Por eso Isaac se fue a Guerar, donde se encontraba Abimélec, rey de los filisteos" A pesar de estar en Canaán Isaac no miraba la bendición, había un hambre terrible, y él quiso en su corazón volver a Egipto para salir de la crisis, pero Dios le dijo que no descendiera a ese país, que Él lo bendeciría en esa tierra. Así que tal vez no ves que tu nueva vida en Cristo esté bendecida, vives escasez, crisis familiar, problemas de salud, etc., y te has sentido tentado a volver atrás, pero el Señor te dice "No desciendas al mundo", no vuelvas atrás, yo te bendeciré pero debes aprender el secreto de sembrar (Génesis 26:12, "Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido")
Veamos entonces que podemos cosechar de nuestra siembra, pero antes permítame explicar lo que significa cosechar: Obtener un resultado, una recompensa, tener la consecuencia de mis acciones, disfrutar del fruto de mi trabajo, tener un resultado de mi esfuerzo, etc.
• Puedo cosechar cosas que no he sembrado. Muchas veces somos beneficiarios de mucho por lo cual no hemos trabajado. Tal vez mis padres han sido fieles con el Señor y hoy yo vivo de lo que ellos han sembrado en sus vidas. De la misma forma recibimos en nuestro campo la cizaña, pues lo que otros hacen nos afecta y no hay manera para eludirlo.
• Cosecho la misma variedad de lo que siembro. Gálatas 6:8, "El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna"
O sea que si nosotros actuamos y obramos conforme a la carne y nos ocupamos en agradar a la carne, tendremos como resultado una vida corrupta, sin fruto espiritual, sin amor, sin presencia de Dios, sin felicidad y por el contrario segaremos corrupción, tristeza, pobreza, soledad, etc. Todas aquellas cosas desagradables y que corrompen el alma humana.
Por otro lado si sembramos, si trabajamos, invertimos, y actuamos conforme al Espíritu de Dios, segaremos o tendremos como resultado vida, una vida en abundancia, una vida plena, llena de amor, de felicidad y de la presencia de Dios. No puedo sacar manzanas si sembré limones
• Cosecho en una época diferente a la que siembro. Siembro en una estación, cosecho en otra.
• Cosechamos más de lo que sembramos. Cuando sembramos viento segamos torbellino, cuando sembramos el bien, recibimos generosamente de la mano de Dios. La Biblia nos anima a que hagamos el bien, no importa que parezca suceder, siempre, siempre, que hagamos el bien, vamos a cosechar algo bueno. Solo debemos ser pacientes y esperar, tal como lo hace un sembrador, cuando siembra no ve el fruto inmediatamente, debe esperar a que crezca y madure. Y si es paciente a su tiempo disfrutará la recompensa de su esfuerzo.
La Biblia dice en Gálatas 6:9, "No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no nos damos por vencidos"
• Cosechamos en la proporción que sembramos. La medida de lo que sembramos determinará la medida de nuestra cosecha. Si yo trabajo poco, me esfuerzo poco obviamente no tendré un gran resultado. Si quiero grandes resultados debo hacer cosas grandes. 2 Corintios 9:6, "Acuérdense de esto: El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho
• Recogeremos una cosecha completa del bien sólo si perseveramos; el mal se reproduce por sí solo. La mala hierba crece por sí misma, pero no las verduras y las hortalizas. Estas requieren mayor cuidado.
• No podemos hacer nada con la cosecha del año pasado, pero sí con la de este año. El pasado es un hecho de la historia que no puede ser revivido y acerca del cual nada podemos hacer. Nuestra preocupación debe ser aquello que estamos produciendo ahora.
Hemos visto los frutos de nuestra cosecha, veamos ahora lo que debo sembrar.
• Sembremos trabajo. Eclesiastés 11:6, "Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquélla, o si ambas serán igual de buenas" No seamos perezosos, seamos diligentes para trabajar en todo aquello que Dios nos ha puesto, en nuestro trabajo, en nuestra iglesia, en nuestra familia, seamos esforzados y valientes, si los demás estén desanimados, tomemos ánimo y sigamos adelante, no miremos la realidad actual, miremos la por venir, sembremos sabiendo que cada semilla producirá fruto al ciento por uno, que cada esfuerzo, que cada trabajo nos será devuelto en bendición.
• Sembremos justicia. Proverbios 11:18, "El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia" Aunque los impíos "fructifiquen" y aparentemente nosotros no, busquemos siempre ser justos y recibiremos la recompensa al ciento por uno, jamás creas que es mejor tener dinero a ser justo, el impío en un momento pierde todo, pero el que ha sido justo ha edificado su casa en la roca.
• Sembremos abundantemente. 2 Corintios 9:6, "Acuérdense de esto: El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho En el trabajo demos la milla extra, en la oración demos la milla extra, en la búsqueda de Dios demos la milla extra, en la adoración y la alabanza demos la milla extra, en todo lo que hagamos demos la milla extra, demos de corazón y sin reserva, aunque el esfuerzo parezca en vano la cosecha está a la puerta.
Quiero terminar con Proverbios 12:11, "El que labra su tierra tendrá abundante comida" Para tener una cosecha, debe labrar la tierra de su corazón y luego plantar la palabra de Dios en él. Esta es una poderosa semilla que finalmente produce una poderosa cosecha, si la tierra de nuestros corazones está bien. Atrape el secreto, "aquel que siembra, con toda certeza, cosechará".
Estos sentimientos que nos llevan a pensar que somos de poca estima delante de Dios, son confrontados de manera maravillosa en Gálatas 6. Cuando tú decides pasar tiempo en oración con Dios estás trabajando en la ley de la siembra y la cosecha. En este pasaje hay un increíble secreto que nos dice que cuando siembras en el Espíritu, al dedicarle un tiempo a Dios, finalmente segarás vida en el Espíritu. Hemos visto y tratamos muchas veces de aplicar este principio a lo financiero, pero éste pasaje se refiere también, a la de buscar a Dios en atenta meditación. Es imposible sembrar en el Espíritu sin recoger su cosecha correspondiente. Veamos que nos dice este pasaje de Gálatas 6:7-9, "No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado. Si seguimos nuestros malos deseos, moriremos para siempre; pero si obedecemos al Espíritu, tendremos vida eterna. Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo".
En el mundo material si nosotros no sembramos arroz, pues simplemente vamos al supermercado y lo compramos, pero alguien se ha tenido que esforzar y preparar la tierra para la siembra, sembrar la semilla y luego esperar a que germine. En el mundo espiritual es diferente, tú no puedes ir a comprar amor, paciencia, actitud, lo que siembras es lo que cosechas. Sembrar puede significar: Trabajar en algo, invertir tiempo y esfuerzo en algo, aportar para que algo suceda, hacer una obra o acción que traerá una consecuencia, dedicarme a algo, etc.
Cuando hablamos de sembrar en el mundo espiritual, hablamos de establecer patrones y hábitos que nos permitan pasar tiempo importante con Dios en el lugar secreto, de manera habitual. Esta clase de siembra producirá una cosecha en nuestro caminar con Él. Esto nos cambiará, y a su tiempo comenzará a afectar todo a nuestro alrededor. Debemos ser conscientes de lo que nos dice Dios en Génesis 8:22, "Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, y días y noches"
Este secreto nos ayudará a pasar los momentos de crisis. En todo lugar llega la crisis, y muchos buscan desesperadamente medidas para salir de ella, algunos se van a otro país, se desaniman, se olvidan de Dios, vuelven al mundo. Abandonamos nuestra búsqueda de Dios por sentimientos errados, porque vivimos en una cultura que evalúa sus prioridades teniendo en cuenta los resultados inmediatos. Las voces del mundo nos gritan producción. Nuestra vida espiritual se parece más a las plantas de un jardín. Cuando terminamos de sembrar, habitualmente no podremos mostrar resultados o beneficios inmediatos. Lo que sembramos hoy requerirá una estación completa de crecimiento, antes de ver la manifestación de los resultados. Salmo 126:5, "Los que sembraron con lagrimas, con regocijo segarán. Tal vez piense hoy que la oración, el ayuno, el devocional no están dando los resultados que usted espera en su vida, las respuestas a sus peticiones no han llegado, pero déjeme decirle hoy, si usted está en tiempos de crisis, es necesario que siembre en Dios para que recoja la cosecha a su tiempo. Veamos con un ejemplo de la palabra lo que vivió Isaac el hijo de Abraham.
Génesis 26:1, "En ese tiempo hubo mucha hambre en aquella región, además de la que hubo en tiempos de Abraham. Por eso Isaac se fue a Guerar, donde se encontraba Abimélec, rey de los filisteos" A pesar de estar en Canaán Isaac no miraba la bendición, había un hambre terrible, y él quiso en su corazón volver a Egipto para salir de la crisis, pero Dios le dijo que no descendiera a ese país, que Él lo bendeciría en esa tierra. Así que tal vez no ves que tu nueva vida en Cristo esté bendecida, vives escasez, crisis familiar, problemas de salud, etc., y te has sentido tentado a volver atrás, pero el Señor te dice "No desciendas al mundo", no vuelvas atrás, yo te bendeciré pero debes aprender el secreto de sembrar (Génesis 26:12, "Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido")
Veamos entonces que podemos cosechar de nuestra siembra, pero antes permítame explicar lo que significa cosechar: Obtener un resultado, una recompensa, tener la consecuencia de mis acciones, disfrutar del fruto de mi trabajo, tener un resultado de mi esfuerzo, etc.
• Puedo cosechar cosas que no he sembrado. Muchas veces somos beneficiarios de mucho por lo cual no hemos trabajado. Tal vez mis padres han sido fieles con el Señor y hoy yo vivo de lo que ellos han sembrado en sus vidas. De la misma forma recibimos en nuestro campo la cizaña, pues lo que otros hacen nos afecta y no hay manera para eludirlo.
• Cosecho la misma variedad de lo que siembro. Gálatas 6:8, "El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna"
O sea que si nosotros actuamos y obramos conforme a la carne y nos ocupamos en agradar a la carne, tendremos como resultado una vida corrupta, sin fruto espiritual, sin amor, sin presencia de Dios, sin felicidad y por el contrario segaremos corrupción, tristeza, pobreza, soledad, etc. Todas aquellas cosas desagradables y que corrompen el alma humana.
Por otro lado si sembramos, si trabajamos, invertimos, y actuamos conforme al Espíritu de Dios, segaremos o tendremos como resultado vida, una vida en abundancia, una vida plena, llena de amor, de felicidad y de la presencia de Dios. No puedo sacar manzanas si sembré limones
• Cosecho en una época diferente a la que siembro. Siembro en una estación, cosecho en otra.
• Cosechamos más de lo que sembramos. Cuando sembramos viento segamos torbellino, cuando sembramos el bien, recibimos generosamente de la mano de Dios. La Biblia nos anima a que hagamos el bien, no importa que parezca suceder, siempre, siempre, que hagamos el bien, vamos a cosechar algo bueno. Solo debemos ser pacientes y esperar, tal como lo hace un sembrador, cuando siembra no ve el fruto inmediatamente, debe esperar a que crezca y madure. Y si es paciente a su tiempo disfrutará la recompensa de su esfuerzo.
La Biblia dice en Gálatas 6:9, "No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo cosecharemos, si no nos damos por vencidos"
• Cosechamos en la proporción que sembramos. La medida de lo que sembramos determinará la medida de nuestra cosecha. Si yo trabajo poco, me esfuerzo poco obviamente no tendré un gran resultado. Si quiero grandes resultados debo hacer cosas grandes. 2 Corintios 9:6, "Acuérdense de esto: El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho
• Recogeremos una cosecha completa del bien sólo si perseveramos; el mal se reproduce por sí solo. La mala hierba crece por sí misma, pero no las verduras y las hortalizas. Estas requieren mayor cuidado.
• No podemos hacer nada con la cosecha del año pasado, pero sí con la de este año. El pasado es un hecho de la historia que no puede ser revivido y acerca del cual nada podemos hacer. Nuestra preocupación debe ser aquello que estamos produciendo ahora.
Hemos visto los frutos de nuestra cosecha, veamos ahora lo que debo sembrar.
• Sembremos trabajo. Eclesiastés 11:6, "Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquélla, o si ambas serán igual de buenas" No seamos perezosos, seamos diligentes para trabajar en todo aquello que Dios nos ha puesto, en nuestro trabajo, en nuestra iglesia, en nuestra familia, seamos esforzados y valientes, si los demás estén desanimados, tomemos ánimo y sigamos adelante, no miremos la realidad actual, miremos la por venir, sembremos sabiendo que cada semilla producirá fruto al ciento por uno, que cada esfuerzo, que cada trabajo nos será devuelto en bendición.
• Sembremos justicia. Proverbios 11:18, "El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia" Aunque los impíos "fructifiquen" y aparentemente nosotros no, busquemos siempre ser justos y recibiremos la recompensa al ciento por uno, jamás creas que es mejor tener dinero a ser justo, el impío en un momento pierde todo, pero el que ha sido justo ha edificado su casa en la roca.
• Sembremos abundantemente. 2 Corintios 9:6, "Acuérdense de esto: El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho En el trabajo demos la milla extra, en la oración demos la milla extra, en la búsqueda de Dios demos la milla extra, en la adoración y la alabanza demos la milla extra, en todo lo que hagamos demos la milla extra, demos de corazón y sin reserva, aunque el esfuerzo parezca en vano la cosecha está a la puerta.
Quiero terminar con Proverbios 12:11, "El que labra su tierra tendrá abundante comida" Para tener una cosecha, debe labrar la tierra de su corazón y luego plantar la palabra de Dios en él. Esta es una poderosa semilla que finalmente produce una poderosa cosecha, si la tierra de nuestros corazones está bien. Atrape el secreto, "aquel que siembra, con toda certeza, cosechará".
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