miércoles, 13 de febrero de 2013

Llaves


El conocimiento de la palabra de Dios es muy importante para nuestras vidas, nos ayuda, nos guía, nos muestra el camino que debemos seguir como ciudadanos del reino de los cielos. La vida en el reino  de Dios se trata de autoridad, de cómo obtenerla, de cómo usarla.  La biblia nos muestra que Dios creó al hombre y le entregó autoridad sobre un territorio, en este caso era la tierra, pero producto de su desobediencia, esta autoridad fue pasada a un tercero llamado el diablo.  Dios tuvo que restaurar esta autoridad para que por medio de su hijo, el hombre volviera a su condición natural.  El hombre restaurado, es decir aquel que tiene a Jesús en su corazón como Señor y Salvador, debe aprender a vivir y obrar con esa autoridad del reino.
Cuando nos naturalizamos como ciudadanos del reino, adquirimos todos los derechos, beneficios y privilegios que vienen con la ciudadanía (Mateo 16:19, “Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”) Este pasaje nos muestra los derechos que adquirimos como ciudadanos del reino.  Algo necesario e importante de aclarar es lo concerniente a que las llaves del reino no fueron entregadas a Pedro. Muchas veces se nos ha enseñado que el que nos recibe en el cielo cuando morimos es Pedro, producto de la mala interpretación de este pasaje. Las llaves no fueron algo exclusivo a Pedro, Jesús utilizó la confesión de Pedro, para decir que sobre esa confesión de que él era el Cristo, nuestro Señor construiría su iglesia, que llevaría a cabo sus deseos y voluntad.  Esta confirmación fue tan poderosa que allí mismo Jesús indicó que las puertas del Hades, es decir las puertas de la condenación no prevalecen sobre la iglesia.
Esta primera afirmación entrega la primera llave, que es la salvación, todo aquel que recibe a Jesús y entra a formar parte de la iglesia, puede confiar que esta puerta de la muerte la puede cerrar con esa llave y que no lo afectará.
Jesús al traernos el reino de los cielos nuevamente a la tierra, lo que no estaba diciendo es, les estoy enseñando lo que se hace en el reino para que lo pongan en práctica, para que no se reserven nada, por eso dijo les doy autoridad como Rey para que actúen como reyes, para que tengan poder y tengan accesos a los recursos ilimitados del cielo.  A esto se refiere Jesús cuando habla de entregarnos las llaves del reino (Lucas 8:10, “«A ustedes se les ha concedido que conozcan los secretos del reino de Dios”)
¿Qué es un secreto? Es algo que uno no sabe, en contraste con alguien que si lo sabe. Los milagros entran en esta categoría. Un milagro es algo que nosotros los humanos no podemos explicar, un suceso o incidente que parece desafiar las leyes naturales. Los discípulos vieron caminar a Jesús sobre las aguas, sanar enfermos, resucitar muertos, secar la higuera al hablarle, calmar una tormenta, multiplicar el pan, y muchas cosas más que estaban más allá de lo comprensible humanamente.  Sin embargo para Jesús era usar las llaves que le daban autoridad y poder, lo que hacía era colocarlas sobre la respectiva cerradura y se abría la puerta de la sanidad, de la paz, de la prosperidad. El decía mírenme y verán el reino en acción, esto debe ser normal para ustedes porque el que sea mi discípulo harás estas cosas pero en mayor manera (Juan 14:12-14, “Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.  Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré”)
Las llaves del reino tienen  principios que nos ayudarán a entender cómo opera el reino.
  1. Las llaves representan autoridad. Si usted tiene las llaves tiene autoridad sobre ese lugar. Si su jefe le ha entregado las llaves de la oficina, es porque le ha delegado cierta autoridad sobre ella.
  2. Las llaves representan acceso. Las llaves abren las puertas, pero se necesita saber cuál llave abra la puerta que yo quiero.
  3. Las llaves representan propiedad. Con la llave de mi carro no puedo abrir otro carro aunque sean idénticos en su color y modelo.
  4. Las llaves representan control o poder, cuando se tienen puedo decidir cuándo abro y cuando cierro.
  5. Las llaves representan libertad. Cuando tengo las llaves puedo salir y entrar cuando quiera y a la hora que quiera.
Después de ver estos principios de las llaves, volvamos al pasaje de Juan 14:12-14. Vemos que este pasaje es bien interesante pues nos indica cuáles son las llaves que abren las puertas en el reino de los cielos, entendiendo que ya la persona ha tomado la ciudadanía a través de Jesús.
 La primera llaves es la fe, dice la palabra que el que cree en Jesús hará estas obras, pero que estas son mayores a las que él hizo en la tierra porque las hará por el poder del Espíritu Santo que habita en él. Cuando Jesús alimenta a los cinco mil,  y le pide a sus discípulo que le den de comer a estas personas, él les estaba enseñando este principio (Mateo 14:16, “No tienen que irse —contestó Jesús—. Denles ustedes mismos de comer. Ellos objetaron: No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados. —Tráiganmelos acá —les dijo Jesús. Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba…”) Jesús estaba enseñando a sus discípulos lo clave de las llaves, por eso les dijo denles ustedes de comer y ellos dijeron no tenemos más que… Estaban limitados por lo que veían, pero en el reino de los cielos no andamos por vista sino por fe.
La segunda llave aparece en estos dos pasajes de Juan y Mateo cuando Jesús en ambos nos dice y enseña que la oración abre las puertas en el reino. Cuando iba a alimentar a los cinco mil, dice la palabra que alzó la vista al cielo y dio gracias. En Juan 14 nos dijo todo lo que pidan en mi nombre se los daré. A través de la oración en el nombre de Jesús el Rey mismo saca de su provisión y de su abundancia nos da lo que necesitamos, aún para darle a los demás. A esto se refiere Jesús cuando habla de los secretos del reino, mientras muchos buscan un empleo a través de los políticos, nosotros debemos buscarlo en la oración, sabiendo que el utilizará a quien quiera para darme lo que necesito. Esto es sólo un ejemplo de lo que hace la oración en el nombre de Jesús alineados con la autoridad del Rey.
La tercera llave es la autoridad delegada por Jesús. Muchos tienen poder para echar fuera demonios y hacer señales milagrosas, pero sólo Jesús entrega la verdadera autoridad. Por eso bien dice la biblia que en los tiempos finales muchos le dirán, Señor en tu nombre echamos fuera demonios, pero Él les dirá alejaos de mi hacedores de maldad (Mateo 7:22-23, “Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?" Entonces les diré claramente: "Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!") Esta autoridad delegada me da poder para atar y desatar acá en la tierra, sabiendo que de la misma manera será hecho en el cielo.  Esta transferencia de autoridad de Dios hacia nosotros tiene grandes implicaciones en nuestra vida diaria y en nuestra sociedad. Esto significa que en la tierra, estamos al mando, se hará lo que digamos. 
Atar significa trabar o prohibir, mientras que desatar significa destrabar o permitir. Esto implica que todo lo que permitamos en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra sociedad, el cielo no lo detendrá, mientras que todo lo que prohibamos, el cielo se asegurará de que no ocurra.  Dios quiere usarnos para liberar su poder sobre la tierra, cuando le damos permiso al cielo, éste invade nuestro territorio a favor de nosotros
Cuarta llave la alabanza, Hechos 16:25-26, “A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.  De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas”
¿Cuáles son las puertas que abren estas llaves?
  1. La puerta de la revelación y el conocimiento (Efesios 1:17-18, “Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos”)
  2. La puerta de los milagros y prodigios (Marcos 16:17-18, “Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud”)
  3. La puerta de la prosperidad (Malaquías 3:10, “Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”)
Conocer las llaves me entrega poder para nunca más decir, es que no tengo, o lo único que tengo es…, debemos entonces usar la oración, nuestra fe, la autoridad y la alabanza para abrir las puertas que nos llevan a los inagotables tesoros del reino.

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