Quiero acercarme a Dios y beber de su fuente… porque sin su agua… muero de sed y angustia”.
Hebreos 11:6
“Es necesario que el acerca a Dios crea que le encuentra y que es galardonador.”.
“Es necesario que el acerca a Dios crea que le encuentra y que es galardonador.”.
Hechos 7:31
“Moisés se asombró de lo que veía. Al acercarse para observar, oyó la voz del Señor”
“Moisés se asombró de lo que veía. Al acercarse para observar, oyó la voz del Señor”
1 Pedro 2:4
“Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él”.
“Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él”.
Juan 4:1-14
Cuando, pues, el Señor supo que los fariseos habían oído decir: «Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan» (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Fue, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: —Dame de beber —pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos—.La mujer samaritana le dijo: —¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? —porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí—.Respondió Jesús y le dijo: —Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: —Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?Jesús le contestó: —Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Cuando, pues, el Señor supo que los fariseos habían oído decir: «Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan» (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Fue, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del viaje, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: —Dame de beber —pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos—.La mujer samaritana le dijo: —¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? —porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí—.Respondió Jesús y le dijo: —Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: —Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?Jesús le contestó: —Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
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