El amor no se piensa, el amor se siente.
El amor no te confunde, el amor aclara tus dudas.
El amor tiene tiempos buenos, pero también tiempos malos.
Con el amor ríes, pero también lloras.
El amor tiene color rosa, pero también tonos grises.
Aunque el amor se siente, también se decide.
Decides permanecer fiel, leal, comprometido.
Decides cuidar y estar aún cuando muchas veces
hay incendios, tormentas u olas que intentan ahogar.
Decides construir, reconstruir y si es necesario
resurgir de las cenizas. Porque aunque a veces sientes
que el amor quema y arde como si estuvieras viviendo
un infierno, el amor es cielo y nos los regaló Dios.
Cuando el amor es sincero y real, permaneces,
no huyes ni escapas. Siembras, riegas y lo intentas hasta
que nace una hermosa flor. El amor es entrega y devoción,
libertad y atadura. Por amor vinimos a este mundo, para
amar nacimos aún cuando muchas veces duela.
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