lunes, 4 de febrero de 2013

Conciencia


Una conciencia culpable malinterpreta las mejores intenciones. La culpa le roba el efecto de gratitud al perdón y a la gracia de Dios. Pero Dios creó esta alarma (el sentimiento de culpa), NO PARA CONDENARNOS, sino para que identificáramos que habíamos pecado y solucionáramos nuestro problema. Las buenas noticias son que: ¡Dios no nos ha dejado encendidos en fuego y sin un extintor! Arrepintamos y descansemos confiados de que nuestro pecado ha sido perdonado y que Dios ya no lo toma en cuenta. "Así como está alejado el oriente del occidente, así de lejos ha removido Él nuestros pecados de nosotros" (Salmo 103:12)

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