lunes, 15 de mayo de 2017

Engaño

El cocodrilo pertenece a la familia de los reptiles. Existen 23 especies conocidas en el mundo y la mayoría habita en los ríos y en los lagos. La mayor parte del tiempo se la pasan debajo del agua, en donde pueden aguantar hasta dos horas. Les gustan los ríos de corrientes lentas, no rápidas; y recuerda que de nuestro interior corren ríos de aguas vivas.

 Es un animal muy inteligente; tiene excelente memoria y audición. Es un animal que vive aislado; son excelentes nadadores y comen cualquier cosa. Le gustan las presas vivas, no muertas; es un animal impredecible, se mueve sigilosamente previo al ataque pero cuando ataca es rapidísimo, pues le fascina atacar por sorpresa. El libro de Levítico nos muestra que el cocodrilo es un animal inmundo. Yo hoy te voy a enseñar lo que espiritualmente representa el cocodrilo. 

El cocodrilo representa El Engaño, La Traición. Adán y Eva recibieron instrucciones, porque cada vez que Dios te da una instrucción es para tu propio beneficio, porque Dios sabe lo que te conviene. Lo único que nosotros debemos de hacer es obedecerle. 

La serpiente cuando engañó a Eva, cambió la verdad de Dios por un engaño; allí empezó el engaño. Si hay algo que provoca el engaño en nuestra vida, es el cambiar nuestra visión. El engaño viene a través del oído, porque la serpiente le habló a Eva, pero distorsiona nuestra vista; este es un efecto que provoca el engaño. Génesis 3.6 dice así: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”. Eva vio el árbol bueno, agradable y codiciable. 

El fruto no era bueno porque Dios había dicho que no podían comer de él. El que ama a Dios le obedece y ama sus mandatos e instrucciones. ¿Cuántas de las cosas que Dios dice que no las hagas, tú las empiezas a ver apetecibles? ¿Cómo es posible que la serpiente hiciera cambiar su forma de ver a Eva con respecto a lo que Dios les había prohibido? Hay cosas que tal vez tú las ves como buenas, pero no significa que lo sean. ¿Qué de malo tiene echarme que traguito? O ¿qué de malo tiene darme una escapadita con mi novio? Cada vez que empiezas a ver cosas que son malas como buenas, es un síntoma que estás siendo atraído por el engaño. Todas las cosas malas empiezan con una sola vez, una probadita. 

El problema no era el árbol sino faltar al principio que Dios había establecido. Este es el problema cuando empiezas a cuestionar a Dios y te vuelves muy analítico. Génesis 3.13 dice así: “Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?» Y dijo la mujer: «Le serpiente me engañó, y comí»”. Cuando tu empiezas a ser seducido en el oído y tu visión cambia, empiezas a hacer cosas que tú sabes que no son correctas. El pecado lo empiezas a concebir en tu mente y corazón, y el acto mismo es el resultado de lo que tú habías estado maquinando en tu corazón. El problema del engaño es que cuando logra su objetivo, llega a ser parte de ti. Eva no solo escuchó el engañó, sino que también se comió el fruto. La palabra engaño en los originales significa: “seducir, dirigir descarriando”. Quiere decir que el diablo va a utilizar estrategias para seducirte, para descarriarte, para atraerte a él y alejarte de Dios y no debemos de desconocer las artimañas del diablo (Efesios 4.14). Jesús habló en los evangelios que en los últimos tiempos habría mucho engaño. Por eso es que Dios desea que no seas engañado. Codiciable significa “delicioso”. 

El engaño nunca será feo sino que siempre será agradable y apetecible. Hay tres cosas claras que pueden engañarnos, y sacarnos del propósito para el cual Dios nos llamó: El pecado: Salmos 7.14 dice así: “He aquí el impío concibió maldad: se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño”. Primero es la maldad, luego la iniquidad y por último el engaño. Esto fue lo que le pasó a Luzbel. El pecado es el primer engaño que el diablo va a poner para que seas sacado del camino y no llegues al propósito para el cual tú naciste. Hebreos 3.12-13 dice así: “Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios vivo. Antes bien, exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: «Hoy», para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado”. La persona que no le cree a Dios, tiene un corazón malo. Una persona que no le cree a Dios y que lo cuestiona, es una persona que vive apartada de Él. 

El primer engaño que puede asechar nuestra vida se llama “pecado”. El pecado endurece el corazón. Proverbios 5.3-6 dice así: “Pues la mujer ajena habla con dulzura y su voz es más suave que el aceite; pero termina siendo más amarga que el ajenjo y más cortante que una espada de dos filos. 

Andar con ella conduce a la muerte; sus pasos llevan directamente al sepulcro. A ella no le importa el camino de la vida ni se fija en lo inseguro de sus pasos”. El adulterio aparenta algo delicioso pero el fin es de muerte. La paga del pecado es la muerte, porque le pecado siempre se te va a presentar de una forma deseable. Proverbios 20.17 dice así: “Sabroso le es al hombre el pan de mentira, pero después se le llena la boca de cascajo”. ¿Cuántos no han dicho una mentira? La mentira es sabrosa, pero luego se vuelve cascajo que en los originales significa “flecha”, algo que corta. Cuando tú sueles mentir, aparentemente será algo agradable a tu boca, pero después no podrás salir y será un martirio para tu vida. El cocodrilo come piedras, no porque se confunda con la comida sino porque le ayudan a hacer la digestión. En Hebreos te explique que cuando una persona no cree se le endurece su corazón y se vuelve como piedra. Ahora entiende que el corazón endurecido se vuelve alimento de cocodrilo. Las riquezas Mateo 13.22 dice así: “El que fue sembrado entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa”.

La Palabra que yo estoy predicando hoy es como una semilla que estoy lanzando a cada uno de ustedes, pero la Palabra se vuelve infructuosa por las riquezas. Por eso es que debemos de tener nuestra tierra siempre lista y preparada. Si no fuese engaño entonces ¿por qué las personas desgastan su vida entera con tal de obtener las riquezas? Jesús nunca dijo que la solución a los problemas era tener más dinero. Se convierte en un engaño, cuando tú le atribuyes a las riquezas algo que ellas jamás podrán darte. La riqueza no te puede dar paz, no te puede dar salud, no te puede dar seguridad, felicidad, etc. ¿Por qué vas detrás de las riquezas cuando Dios es el dueño del oro y de la plata? Es porque has vivido engañado creyendo que las riquezas harán en tu vida, lo que solamente Dios puede hacer. Tú no vales por lo que tienes, tú vales la sangre de Jesús, la cual no tiene precio porque nadie puede pagarla. Cuando una persona tiene como único objetivo hacer riquezas, entra en un continuo afán que termina robándole el poder disfrutar cada cosa en su vida. Ni un plato de comida pueden disfrutarse. El cocodrilo tiene dientes muy filudos pero no están diseñados para masticar, sino para apretar a su presa, llevarlo al río y ahogarlo allí, para después tragárselo. Eso es lo que las riquezas hacen en tu vida; se vuelven en una presión en tu vida que intentan ahogarte, y no te dejan disfrutarte nada en tu vida. Una Herida Cuando una herida no es sanada corres fácilmente el riesgo de ser engañado. Proverbios 26.24 dice así: “El que odia, lo disimula con los labios, pero en su interior maquina engaño”. El odio trae más odio. Cuando tú no has perdonado esa herida no queda ahí, primero empiezas con falta de perdón, luego con resentimiento y por último termina en odio; incrementó la herida. 

Proverbios 14.8 dice así: “La sabiduría del prudente está en comprender su camino; la necedad de los necios es engaño”. Una persona necia vive en engaño, porque el necio no ve; está obstinado en su propio pensamiento y condición, y Dios insiste en querer sacarte de allí, pero tú no se lo permites. Dios no quiere que seamos necios y que le entreguemos nuestro corazón para que Él lo cambie.

De eso se trata el Evangelio, de una transformación de vida y no de religión. Se trata de permitirle a Dios que trabaje en tu vida hasta que llegues a la altura del varón perfecto que es Cristo Jesús. Una herida no sanada puede ser el perfecto receptor para caer en engaño. La Biblia dice que Jesús es el León de la tribu de Judá, y nosotros debemos de ser como el león, para que cuando tú veas el engaño, no te dejes sacar del propósito por él; sino que tú lo saques de tu vida. Génesis 3.4-5 dice así: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: «No moriréis. Pero Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal»”. Con una mentira la serpiente causó en una herida. Adán y Eva cayeron en un engaño a través de una herida, cuando creyeron que el deseo de Dios era que ellos no tuvieran conocimiento del bien y del mal. 

Esta mentira provocó en ellos una herida. Cuando empiezas a oír la voz del diablo y te dejas engañar creyendo que es el deseo de Dios que estés sufriendo, te estás dejando herir y el deseo del diablo es sacarte de tu propósito. Satanás sacó a Adán y Eva del propósito causándoles una herida, haciéndoles creer que Dios no quería lo mejor para ellos. Jesús dijo en Mateo 24.12: “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”; recuerda que la maldad también es un significado del engaño. Quiere decir que por el mucho engaño que habrá en los últimos días, muchos se enfriarán porque serán engañados. Las personas que viven en continua intimidad no se dejan engañar, porque cada mentira que el diablo les dice, se queda sin efecto porque estas personas hablan continuamente con Dios y lo conocen y saben que el deseo de Dios es darles lo mejor. Así debes de ser tú también, que hoy busques a Dios y que busques tener intimidad con Él, porque de esa forma ningún engaño prevalecerá contra ti. Dios es fiel y verdadero. 

El amor de Dios por ti se mantiene, sus propósitos son más altos que los nuestros. Si tu sientes que has sido engañado por el pecado, por las riquezas o por las heridas, quiero decirte que Dios hoy te va a sanar.

Dobla tus rodillas allí donde estás y pídele a Dios que quite todo engaño de tu vida. Declaramos que todo engaño puesto en tus ojos, se cae hoy en el nombre de Jesús. Hoy empezarás a resistir al diablo para que él huya de ti. No importa lo que el diablo te diga, Dios te ama. 

El día de hoy Dios agudiza tus sentidos espirituales: el olfato, el oído y la vista. Tendrás un discernimiento agudo para detectar las mentiras del diablo. Declara hoy lo siguiente: Señor tú eres Dios. No importa lo que pase yo sé que tú me amas por sobre todas las cosas. Gracias por ese amor que no cambiar. Hoy decido seguirte con firmeza, con constancia y perseverancia. Hazme agudo a todo engaño, quiero seguirte a ti hasta el final.

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