Recuerdas como te veían el primer dia que llegaste a una iglesia?, recuerdas cuando fallaste y envés de manos extendidas para ayudar, solo veías dedos para señalar?.
Bueno la verdad es que yo si me acuerdo pero no me causa ni tristeza, todo lo contrario ya que muchas de esas situaciones me enseñaron a ser fuerte, obviamente jamás me llevaria todo el crédito, ya que en esos momentos duros hubo alguien que pudiendo juzgarme y abandonarme, más bien decidió amarme y Su amor me hizo fuerte, ese amor tan grande que solo Jesús puede brindar.
Si algo he aprendido en todo este tiempo es que Dios no desperdicia nada, y a la persona menos pensada la restaura y la transforma. Hace algunos años jamás había pensado ni siquiera de broma el cantar, escribir o hablar sobre Él, mi vida estaba tan llena de vicios que tenía nublada la visión y con el apoyo de aquellos disque “mega cristianos” que solo se dedicaban a criticar y juzgar, lo peor es que lo hacían por las espaldas, gracias a ellos ni las ganas de pisar una iglesia tenía.
Y no me vengan con el cuento que debo ir por Jesús a la iglesia y no por la gente, ósea eso está bien para alguien que ya está mucho tiempo ahí y se supone que ya es una persona madura en la fe, pero no le digan eso a un recién llegado. Deben darse cuenta que la persona que recién llega querrá ver reflejado a Jesús en los asistentes de esa iglesia, seamos realistas.
El punto es que esto ya venía pasando años atrás cómo podemos ver aquí.
“Mientras Jesús enseñaba, se le acercaron muchos de los que cobraban impuestos para el gobierno de Roma, y también otras personas a quienes los fariseos consideraban gente de mala fama. Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley comenzaron a criticar a Jesús, y decían: «Este hombre es amigo de los pecadores, y hasta come con ellos.»”
Lucas 15:1-2
Quiero ser muy claro con lo que voy a decir, pero si hubiese dependido de las personas que se portaban como fariseos mi cambio a la vida con Cristo, jamás lo hubiese logrado y no quiero decir que dependiera de ellos, pero se supone que si alguien dice ser cristiano debería mostrar a Cristo en sus actos. Aunque no todos son así y me siento muy agradecido con aquellos que fueron un instrumento valioso en mi crecimiento espiritual, pero por sobre todas las cosas si no hubiese sido por el amor de Dios, Su gracia, Su perdón, jamás hubiese podido salir de ese letargo donde me encontraba. Él dejó todo a un lado y fue por mi, no le importo nada y solo salió a buscarme, me encontró, me trajo de regreso y no se imaginan lo agradecido que me siento.
“Al oír eso, Jesús les puso este ejemplo: «Si alguno de ustedes tiene cien ovejas, y se da cuenta de que ha perdido una, ¿acaso no deja las otras noventa y nueve en el campo y se va a buscar la oveja perdida?
y vuelve muy contento con ella. Después llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “¡Vengan a mi casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la oveja que había perdido!””
Lucas 15:3-4, 6
Con todo esto aprendí una valiosa lección y hoy en día mi deber es aplicar lo aprendido. Espero no ser de tropiezo para los nuevos creyentes así como alguna vez, personas quizá por ignorancia lo fueron conmigo, y no me mal interpreten no es que guarde rencor alguno, al contrario me siento muy contento de haber vivido eso, ya que aunque en su momento dolió mucho, ahora se que no debo cometer el mismo error con alguien más, porque se lo mucho que duele eso.
“»De la misma manera, hay más alegría allá en el cielo por una de estas personas que se vuelve a Dios, que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan volverse a él.»”
Lucas 15:7
Hay mucha gente golpeada y que no quiere llegar a la iglesia, por culpa de personas que dicen amar a Dios con su boca, sus publicaciones etc. Pero con sus actos muestran como si jamás hubiesen conocido de Dios y eso solo sirve de tropiezo para muchos. Ya que muchas veces esas mismas personas rechazan a los nuevos asistentes que la mayoría de veces vienen a Cristo en busca de descanso, pero más bien les ponen cargas pesadas y mejor se van. No actuemos así, más bien mostremos a Jesús y que los demás experimenten el amor que nosotros también experimentamos de Su parte.
Jesús quiere conocer a cualquiera que quiera conocerlo a Él.
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