miércoles, 31 de mayo de 2017

Levantarse

Muchos de los creyentes hoy en día son objeto de burla para los que que no son creyentes, y es simplemente porque un día se dejaron ver desbordando de amor por Jesús, asistiendo y sirviendo en la iglesia, hablando con una pasión extrema sobre el sacrificio de Jesús por nosotros, pero que simplemente estuvieron emocionados ya que construyeron sobre la arena y cuando llego la tormenta, lo que construyeron se fue al piso y de eso no ha quedado nada, y ahora los no creyentes les dicen: “Y donde está tu fe? Donde está tu Dios del que tanto me hablabas?, no se cansan de repetir eso ahora que fuiste destrozado por el Pecado, te alejaste de la iglesia, volviste a los vicios y buen ejemplo es lo que menos puedes dar en estos días.




Al decir que construiste en la arena no me refiero a Jesús, me refiero a que solo te dejaste llevar de emociones, jamás construiste en la roca que es Cristo y por eso jamás caminaste en convicciones sólidas sino que más bien solo te dejabas llevar como aquellas hojas que el viento mueve de un lado a otro y al decir esto me refiero a que quizá cuando más apasionado té mostrabas en el servicio en la iglesia, quizá estabas empezando a formar una convicción la cual cambiaría tu manera de pensar y tu carácter. Quizá en ese preciso momento te enamoraste de una persona que no debías, volviste a dejarte llevar de una emoción y terminaste decepcionado, ya que no pensaste bien las cosas ni tampoco le consultaste a Dios antes de decidir algo.

Después te empezaste a enfriar y ya no asistías regularmente a la iglesia, tus amigos te buscaban y te invitaban a volver pero tú siempre tenias una excusa muy buena para no ir con ellos, empezaste a revivir a aquel mentiroso que antes gobernaba tu vida. Pusiste en una balanza a Dios y a ella, y ella tuvo más peso y empezaste a darle tu tiempo y tu atención por completo, pasó el tiempo y poco a poco ibas sintiendo como lo malo ya no sabía tan malo como antes, llegaste al punto de tener relaciones sexuales con tu pareja, después de todo en tu cabeza estaba el pensamiento de que ahora eso ya es tan normal, ya estabas demasiado alejado de Dios como para sentir algún remordimiento, una vez más tus emociones te dominaron.

Pero después de algún tiempo las cosas ya no eran como al principio, envés de mejorar más bien empezaron a empeorarse. Ella ya no quería saber más de ti, quizá cuando empezó el noviazgo contigo imagino que tú serías quien la guiaría por los caminos de Dios, al estar tu en la iglesia sirviendo, pero pasó todo lo contrario. Ella también se dejó guiar por sus emociones y puso su fe donde no debía, eran dos personas que no construyeron en la roca sino más bien en la arena, ella puso su fe en ti y tú solo eras una persona guiada por emociones, y cuando se presentaron las oportunidades de pecar, simplemente sedieron y ahora se encuentran destrozados.

La gente ha comenzado a hablar, tus propios amigos que no son cristianos se burlan de ti. La Biblia dice que al que sabe hacer lo bueno y no lo hace se le considera pecado, ese versículo quizá surgió en tu cabeza, una luz se enciende en medio de tanta oscuridad y recuerdas aquel sacrificio que hizo Jesús en una cruz, donde el pago por todos tus pescados, recuerdas cuando aquel líder que tenias te enseño sobre la gracia de Dios. Inmediatamente recuerdos vuelven a cobrar vida en tu cabeza, entiendes que jamás estuviste solo. Te empiezas a quebrantar y tus lágrimas caen una tras otra, repites con voz baja lo siguiente: “Por qué, por qué me aleje de ti Señor, perdóname”.

Después de haberle pedido perdón a Dios, sientes que un peso enorme cayó de tus hombros, volviste a congregarte en la iglesia, tus amigos que nos son cristianos ahora dicen: “¿Cuanto te va a durar el cambio ahora?” Tú solo los miras y sigues caminando, sabes que la primera vez todo ocurrió porque no dejaste que fuese Jesús el que guiara tu vida sino más bien fuiste tú mismo y esta vez no quieres errar otra vez. Sabes que ahora debes caminar en convicciones y ya no solo en emociones. Empezaste nuevamente a leer la Biblia y tú corazon ahora es el adecuado para entender lo que ahí dice, la soberbia y el orgullo quedaron a un lado, ahora solo hay sumisión y humildad, sabes que Dios debe tener el control de tu vida y ahora cada vez que tienes deseos de hacer algo malo, ya que el pecado jamás dejará de acechar. Simplemente levantas la mirada al cielo o simplemente abres tu boca y dices: “Señor ayúdame, ya no quiero volver a tropezar, no quiero volver a caer después de que tú me volviste a levantar”.

Comprendiste que ahora debes construir en la roca que es Cristo, ahora no solo se trata de la buena música y de que la alabanza te haga llorar. Ahora entendiste que se trata de conocer más de Dios día a día, crecer en conocimiento, gracia y misericordia. Entendiste que no se trata de solo conformarte con la leche espiritual, ahora has empezado a crecer en madurez y tus decisiones honran a Dios, la Biblia empezó a cobrar vida en ti ya que has comenzado a aplicarla lo cual a abierto puertas para que tú empieces a enseñar y muchos te escuchan. Pero ahora entiendes que eso es por la gracia de Dios y no por tus experiencia o méritos propios, ahora sabes que no puedes andar por ahí abusando de la gracia de Dios al pecar deliberadamente sabiendo que Él te va a perdonar, pues ahora tienes un corazón agradecido con Dios, ya que cuando parecía que todo había llegado a un final, Dios te levanto y quieres permanecer así.

No te portas bien, ni tampoco haces buenas obras para ganarte el cielo, pues tú haces todo eso primeramente por qué Jesús vive en ti y por agradecimiento a Él ya que el cielo ya lo tienes ganado. No eres salvo por obras, sino por gracia.

Ánimos amigos y amigas, ya no busquen excusas para seguirse alejando más y más de Dios. Esto es una simple historia con una gran reflexión, quizá tu condición fue peor, quizá tú problema fue diferente pero recuerda que el Dios que nos cuida y nos ama, es el mismo.

Bendiciones.!

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