Si no aceptas las interrupciones de Dios y no tienes el corazón y la conciencia correcta para aceptar las advertencias, tendrás que esperar por el rescate. Dios tiene todo el poder para rescatarte, y lo va a hacer. Pero es importante entender que no lo hace para dejarte en el mismo lugar, sino para llevarte a algo mejor.
Dios no tiene ningún problema en sacarte de Egipto, el problema está en sacarte de ti mismo. El detalle es que, en cada rescate, quedan heridas y muchas veces esas heridas te mantienen atado a ese pasado. Acepta las interrupciones, las intervenciones de Dios en tu vida, no porque él quiere martirizarte, sino porque no quiere que vivas con las cicatrices del pasado que te traerán a memoria ese triste evento.
Al no aceptar las interrupciones, además de las cicatrices, suceden varias cosas en ese ser humano:
- Se piensa que no hay salida y que es merecido el castigo. Lamentablemente, el ser humano no ama como Dios ama; le es difícil entender el poder de la misericordia y la gracia de Dios.
- Se vive a la defensiva. Adán, cuando toma la mala decisión, su primera reacción fue esconderse.
- Indecisión. Se vive con tanto y tanto cuidado, que se le es difícil vivir por fe y en la dirección de Dios.
Llegó el momento de salir del escondite, de los miedos y frustraciones. Es el momento de que tengas Metanoia en tu vida. Habrá cicatrices, y puede ser que vengan a tu mente memorias de ese pasado, pero el poder de Dios es más grande que toda mala decisión. Dios nunca te va a reclamar. Él es capaz de restaurar todo, si decides salir del lugar del escondite.
Grandes hombres de Dios, en momentos difíciles, se escondieron. Moisés, Elías, David, Gedeón. Pero Dios nunca habló con nadie que se quedara escondido en la cueva. Dios se paró en medio del desierto y le dijo a Moisés no sigas más escondido en el desierto, sal del escondite. A Elías le dijo: Sal de la cueva y comienza a caminar. A Gedeón, le dijo: No sigas con miedo, varón esforzado y valiente.
Hoy Dios te dice: ¿Qué haces escondido en la cueva?
Él no pasó tanto trabajo contigo para que las cicatrices de las malas decisiones del pasado, terminen con el potencial que Él ha puesto en ti. Dios no pasó tanto trabajo en salvarte para que no te levantes y sigas frustrado. La biblia dice que nadie enciende una luz para luego esconderla. Dios no te rescató para que vivas escondido. Nada ni nadie cancela lo que Dios tiene para tu vida. Levántate, sal de tu escondite y permite que Dios haga una Metanoia en tu vida.
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