jueves, 4 de diciembre de 2014

Odre nuevo

La adversidad no es tan sólo problemas, es parte del crecimiento y desarrollo del cristiano.  Es un reto que te lleva a una posición importante a la que no habías llegado. 
En Marcos 2:18-22, vemos un momento en que los discípulos de Juan y los de los fariseos estaban ayunando, y Jesús fue cuestionado: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? A lo que Jesús respondió: ¿Acaso pueden ayunar los que están de bodas mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar.  Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces, en aquellos días, ayunarán. Y añadió: Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, el vino se derrama y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
Jesús hace varias aclaraciones a los que le estaban cuestionando.  Entre estas,  enseñó que no se hacen las cosas por hacer o por tradición, sino cuando son necesarias.  Sobre el ayuno, Jesús les dice: Ellos están conmigo, y ahora mismo, en la etapa en que estamos, tenemos unas tareas que realizar, y no puedo tener a ninguno en ayuno; aunque llegará el momento en que tendrán que hacerlo. 
También, Jesús aclara que no todo el mundo está preparado para todo lo nuevo.  En otras palabras, todo lo nuevo trae presión.  Todo lo nuevo de Dios para tu vida requiere de tu flexibilidad interna, para que seas capaz de recibir lo que Dios tiene para ti.  Cuando una persona dice que no ha recibido algo nuevo de Dios, no necesariamente es por pecado o porque Dios no tiene algo nuevo, sino porque es una persona inflexible internamente para depositar lo nuevo.  Hay quienes son tan rígidos en sus paradigmas y pensamientos que no reciben lo nuevo de Dios.  Dios no puede depositar algo nuevo en aquellos que son inflexibles. 
Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac, luego de toda una vida de relación con él.  Sólo se le pide algo tan valioso, a un amigo que te entiende.  Dios le pide esto a Abraham, cuando el corazón y la mente estaban preparados para recibir lo nuevo de parte de Dios. 
Imposible enfrentar la adversidad y los retos, si no desarrollamos flexibilidad espiritual, mental y emocional para permitir que lo nuevo de Dios haga en nuestra vida la presión necesaria que nos expanda y sostengamos lo que deposite.  Dios está ocupado en que no se pierda vino en tu odre. 

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