viernes, 5 de diciembre de 2014

Llegará la solución

“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” Isaías 26:3
¿Quién tiene perfecta paz? ¿El que piensa en cosas positivas? ¿El que piensa en soluciones? No, el que piensa en Dios. El problema es que hay gente que piensa que la paz llega cuando Dios le soluciona el problema. Viven buscando la solución del problema para experimentar la paz, cuando en realidad lo que trae paz es pensar en Dios, en medio de la tormenta.
Muchas veces, los matrimonios experimentan problemas en su casa; puede haber alguna dificultad, pero, cuando llega la esposa o el esposo, eso le da paz y, aunque el problema sigue, no hay nada mejor que tener a esa persona ahí.  Lo mismo pasa con los hijos; puede haber montones de problemas en la calle, pero ves a tus hijos y, aunque no se haya solucionado el problema, su presencia trae paz a tu vida.  Eso es lo que Dios quiere hacer.
Hay gente que dice buscar a Dios, pero en realidad lo que están buscando en Dios es a alguien que le solucione los problemas. Una cosa es buscar a Dios para que te solucione los problemas, y otra cosa es buscarlo a él.  Buscarlo a él es disfrutar de él, de su presencia, pasar un rato con él y estar agradecido de quien es él para ti hoy, mañana y siempre. 
Mientras buscas a Dios para que solucione tus problemas, lo que está presente en tu mente no es él, sino el problema; pero, cuando él es el que está presente en tu mente, no existe el problema.  Cuando Dios está presente en tu mente, cuando él está presente en tu vida, lo demás pasa por desapercibido.  Sabes que todo va a estar bien, en tranquilidad y orden, cuando él está presente en tu mente, cuando él es la prioridad.
Por eso es que mucha gente deja de ir a la iglesia, porque van a la iglesia por lo que pueden encontrar, sin darse cuenta que es muy diferente el encontrarse con él, cuando él es el énfasis.
Tú dices: Pero es que estoy orando y, mientras más oro, más preocupado estoy.  Probablemente lo que estás orando es para que Dios te solucione el problema y, en el tiempo que tienes con él, lo único que haces es hablar del problema.  Si en tu casa sigues peleando como matrimonio, a lo mejor cuando están hablando o compartiendo, lo único que hablan es del problema, en vez de disfrutar la presencia de la otra persona. ¿Hay momentos en el que hay que enfrentar el problema? Por supuesto, pero hay momentos que lo único que hay que hacer es disfrutar de la persona que está ahí; en ese momento, todo lo demás se va; y así pasa con Dios.
Lo primero para tú guardar tu paz, la perfecta paz, es aprender a buscar a Dios, aprender a disfrutar el estar delante de su presencia, aprender a tomarte un momento y simplemente meditar en él y decirle: Gracias Señor; bendice alma mía a Jehová y bendiga todo mi ser su santo nombre; bendice alma mía a Jehová y no te olvides de ninguno de sus beneficiosl; él es quien perdona todas tus iniquidades. ¡Gracias Señor!
Aprende a disfrutar de su presencia y te vas a dar cuenta que el resto de las cosas se van a olvidar y, cuando menos lo pienses, llegará la solución.

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