La tierra de Israel estaba pasando por una tremenda sequía, Dios le había prometido a Elías que llovería; el profeta recibió la promesa en su espíritu y subió a la cumbre del monte Carmelo a orar. Allí se inclinó y puso su rostro entre las rodillas y comenzó a orar. Elías manda a su sirviente a ver si viene la lluvia, éste va seis veces y regresa con informe negativo, pero Elías no deja su posición y continúa orando; una y otra vez manda a su siervo a que vaya a ver, mientras el profeta persevera en su oración y adoración a Dios, hasta que finalmente a la séptima vez, su siervo vuelve y le informa que ve una pequeña nube, tan pequeña como una mano. Al oír ésta noticia Elías, emocionado, se pone de pie gritando y ¡Aleluya! comienza a llover (1 Reyes 18: 41-44).
La oración y la adoración fortalecen tu fe. La duda pudo haber hecho que Elías se diera por vencido, pero se mantuvo firme en su fe, creyendo en lo que Dios le había prometido. Cuando adoras a Dios, entras a una nueva atmósfera en tu comunión con Él, una palabra de la Biblia que Él te da, son pequeñas señales que algo grande está a punto de suceder.
Si Dios te ha prometido grandes cosas y ya llevas tiempo orando y no pasa nada, no te desanimes, persevera, no dejes de adorarlo y alabarlo porque te estás acercando a la séptima vez, al igual que Elías, la respuesta se avecina. Pronto, Dios te permitirá ver una nubecita, una pequeña señal de lo grande que estás a punto de recibir, de la lluvia de bendición que Él manda a tu vida.
Tal vez tu vida se encuentra seca y agrietada, pero es allí donde Dios manda la lluvia de bendición en el tiempo oportuno (Ezequiel 34:26). Quizá pienses que ya no lloverán bendiciones en tu vida, porque lo único que ha llovido es tristeza y dolor y que en lugar de subir tu vida ha ido cayendo más y más, pero si recibes en tu Espíritu la promesa del Señor, y lo crees firmemente en tu corazón, estás en el camino de la bendición.
¡SIGUE ADORANDO A DIOS PORQUE GRANDES COSAS ESTAN POR VENIR A TU VIDA, SE ACERCA TU LLUVIA DE BENDICIÓN!
«Y la séptima vez el criado le informó: Desde el mar viene subiendo una nube. Es tan pequeña como una mano.» —1 Reyes 18:44, NVI
«Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.» —Ezequiel 34:26, NVI
Con amor,
Rvda. Dra. Margarita de Preza
La oración y la adoración fortalecen tu fe. La duda pudo haber hecho que Elías se diera por vencido, pero se mantuvo firme en su fe, creyendo en lo que Dios le había prometido. Cuando adoras a Dios, entras a una nueva atmósfera en tu comunión con Él, una palabra de la Biblia que Él te da, son pequeñas señales que algo grande está a punto de suceder.
Si Dios te ha prometido grandes cosas y ya llevas tiempo orando y no pasa nada, no te desanimes, persevera, no dejes de adorarlo y alabarlo porque te estás acercando a la séptima vez, al igual que Elías, la respuesta se avecina. Pronto, Dios te permitirá ver una nubecita, una pequeña señal de lo grande que estás a punto de recibir, de la lluvia de bendición que Él manda a tu vida.
Tal vez tu vida se encuentra seca y agrietada, pero es allí donde Dios manda la lluvia de bendición en el tiempo oportuno (Ezequiel 34:26). Quizá pienses que ya no lloverán bendiciones en tu vida, porque lo único que ha llovido es tristeza y dolor y que en lugar de subir tu vida ha ido cayendo más y más, pero si recibes en tu Espíritu la promesa del Señor, y lo crees firmemente en tu corazón, estás en el camino de la bendición.
¡SIGUE ADORANDO A DIOS PORQUE GRANDES COSAS ESTAN POR VENIR A TU VIDA, SE ACERCA TU LLUVIA DE BENDICIÓN!
«Y la séptima vez el criado le informó: Desde el mar viene subiendo una nube. Es tan pequeña como una mano.» —1 Reyes 18:44, NVI
«Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.» —Ezequiel 34:26, NVI
Con amor,
Rvda. Dra. Margarita de Preza
No hay comentarios:
Publicar un comentario