martes, 6 de octubre de 2015

Gran pesca

¿Te has preguntado cómo Dios te ve en el futuro?  Muchos dicen: Vamos para un nuevo nivel; pero la pregunta es: ¿Sabes cómo se ve ese nuevo nivel?  ¿Sabes cómo es ese nuevo nivel?  ¿Puedes realmente identificar y ver hacia dónde Dios te quiere llevar?  ¿Aceptarías el reto de dejar lo que tienes hoy seguro, para aspirar a lo que Dios va a hacer contigo?
Pedro era pescador y, en el momento en que conoció a Jesús, había regresado de un día de pesca no muy productivo, y sus barcas se encontraban vacías.  Lo importante fue que él siguió la voz de Jesús cuando le dijo que echara las redes nuevamente al mar, porque entonces se le dio lo que se conoce como la pesca milagrosa, llenando así sus barcas.
No importa que hoy tu barca esté vacía, escucha la voz de Dios y sigue trabajando.  Pon tus barcas en las manos de Dios y cree que Él puede llenarlas, como llenó las de Pedro, después de haber estado pescando toda la noche sin ningún éxito.  Lo sorprendente y lo más grande de este milagro es que, aun después de haber bendecido a Pedro llenado las barcas, Jesús tenía un nivel más alto preparado: Jesús quería convertir a Pedro en pescador de hombres.  Eso es lo que Dios puede hacer contigo; darte mucho más allá de lo que te ha dado, mucho más de lo que te habías imaginado.  
Cuando Dios termine contigo, verás cómo darás muchos frutos.  Por esto, te está llamando, no por lo que te puede suplir, sino por lo que Él va hacer a través de ti.
Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Éxodo 19:4-5
Aquí Dios dice al pueblo de Israel: Te saqué de Egipto y te traje al monte Sinaí.  Egipto representa el desierto, el pueblo de Israel representa la iglesia y el monte Sinaí, el lugar de Dios, el lugar santo, donde Dios hizo pacto contigo. Dios te dice: Te hice pueblo y tesoro especial.  
Esa es la promesa de Dios para cada uno de sus hijos.  Al igual que Dios bendijo a Pedro, y de la misma manera que hizo con el pueblo de Israel en el desierto, Dios te encontró.  Puede ser que estés en tu peor desierto, pero Dios, como un águila, te tomará en sus alas y te llevará hacia él, y te moverás a una nueva dimensión. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario