miércoles, 28 de octubre de 2015

Mujer

La mujer de Proverbios 31 tiene clase
Proverbios 31:22 “Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.”
Hasta ahora hemos visto que la mujer de Proverbios 31 se levanta temprano, trabaja con disposición y vigorosamente, compra con sabiduría, incluso en las noches es extremadamente productiva, tiende sus hermosas manos al pobre y está preparada para cada estación.
Vemos con el versículo de arriba que su ropa es un reflejo de su carácter. Después de encargarse cuidadosamente de su familia y su hogar, no se desentiende de su propia apariencia, sino que toma especial cuidado en hacerse atuendos de fino lino y púrpura.
El lino fino y la púrpura sugieren un toque de elegancia y clase, pero sin exceso.
Recuerda que no podía salir corriendo a comprarse un vestido en la tienda o en el centro comercial, sino que ella misma debía coser su propia ropa.
Este detalle sobre su ropa viene después de un montón de tareas que hacía. Ponía sus necesidades al final. El egoísmo no es hermoso. Y recuerda, es la madre del rey Lemuel la
que le está diciendo qué clase de mujer debía buscar para que fuera su reina. Así que, antes de salir corriendo a embellecernos, debemos ver antes de nada cómo de bien estamos cuidando de las necesidades de nuestra familia.
Por otro lado, no hay virtud en la sencillez, si esa es tu personalidad. Está bien, pero no es más virtuoso que tratar de ser atractiva. A veces, como respuesta al mundo, decimos
que cualquier intento de estar bellas es pecado, pero no es ese el caso con la mujer de Proverbios 31. Ella lo hacía todo, desde el hogar a su ropa, atractivo al ojo. Ella sabía que cómo decoraba su casa y qué llevaba puesto era un reflejo de su esposo e hijos. Y aunque hacía de todo lo demás su prioridad, finalmente también encontraba tiempo para ella misma.
No era indecente ni trataba de desviar la atención hacia sí misma, sino que la mujer de Proverbios 31 era capaz de mantener el equilibrio entre tener clase y 1 Pedro 3:3-4, que
dice: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”
SI estás cuidando bien de tu hogar, tus finanzas están en orden, tu familia bien alimentada y te has acordado del pobre, no olvides comprarte una hermosa blusa púrpura la próxima vez que hagas compras para tu familia. Creo que nunca antes he animado a mis lectoras a salir de compras, pero está en el versículo ¿no? Que tu blusa púrpura sea el símbolo de la belleza interior de la mujer de Proverbios 31 que quieres llegar a ser.

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