jueves, 29 de octubre de 2015

Efesios

En Efesios 1:17, Pablo dice a la iglesia de Éfeso que ora para que Dios les dé espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de él. Lo importante no es meramente que tú sepas los pasos para tener éxito, sino que tengas revelación.
Tú tienes suficiente palabra; tienes todo lo que necesitas para tener éxito; lo único es que no se te ha revelado, no has tenido la experiencia. Cada vez que vayas a la iglesia, entiende que no se trata de que salgas satisfecho en tu mente, sino que salgas lleno de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Dios.
Pablo dijo que oraba para que tuvieran una experiencia transformadora, que no haya manera en que la puedas explicar, pero que sepas que tienes esperanza, que has sido llamado a una esperanza más grande, que tienes una grande herencia y que puedes depender del poder del Dios Todopoderoso.
Dios puede darte una revelación que te haga tan libre que tú puedas ver que hay esperanza para tu vida, que hay una grande herencia para ti y que ninguna puerta que esté delante de ti que te quiera detener, lo podrá hacer porque Dios te va a dar una revelación.
Esto lo dijo un hombre que tuvo unas experiencias que él no podía explicar. Esto lo escribió un hombre que un día tuvo una experiencia con Dios que, literalmente, cambió su rumbo, y su carácter cambió para siempre.
Este hombre, de perseguir y matar cristianos, ahora era cristiano. Tuvo que haber un Ananías que hablara con él y le explicara; porque la revelación, en un momento dado, alguien te la va a tener que explicar; cuando Dios te la da, tus ojos quedan ciegos y alguien tiene que ayudarte a que tus ojos se abran, alguien va a tener que dirigirte, porque tampoco hay tal cosa como vivir en revelación, sin estar en sujeción a alguien. Dios le da una revelación, una experiencia que no puede explicar, que no puede entender, que no sabe lo que significa. Lo único que sabe es que iba caminando para un lugar y algo lo detuvo y le dijo que tenía que ir para otro sitio. Entonces va donde este hombre que comienza a explicarle y él comienza a entender.
Al apóstol Pablo se le reveló Dios primero, para después entender. El problema de la iglesia hoy es que trata de entender para que después se le revele, y así no es que funciona. Primero Dios se te revela, para que entonces, cuando alguien te explique, puedas entender. Nadie podrá revelarte algo que el Padre no te haya revelado todavía porque, quizás, tú no has dejado que se te revele porque estás tratando de entender algo que él tiene que hacer contigo primero.
Pídele a Dios una revelación, pídele que se te revele a tu vida, que te hable de una manera diferente. Pídele a Dios que te revele cuál es la palabra que tiene que revelarse en tu vida, qué es aquello que tienes que conocer que no conoces, qué es lo que tiene que ser real en tu vida.
Estas palabras de Efesios las escribe un hombre que fue al tercer cielo y, cuando bajó, no podía contarle a nadie lo que vio porque no había palabras para describirlo. Por eso es que él dice: Si en el cuerpo, no lo sé; si en la mente, no lo sé. Vio cosas que no pudo contar porque no hay palabras que describan lo que estamos viviendo. Si hace cincuenta años, la palabra Internet hubiera estado en el diccionario, no hubiese habido definición para ella, porque primero tiene que surgir el Internet para que haya una palabra para describirlo. Cincuenta años atrás, la palabra nube era definida como un cuerpo en el aire compuesto de gases y que carga agua; pronto tendrán que incluir que se refiere también a donde se guarda data.
Hoy estamos buscando palabras para describir nuestras experiencias. Hoy tratamos de definir las experiencias que tenemos.
A Pablo, Cristo se le reveló y alguien le hizo entender. Y eso es lo que tú tienes que pedirle a Dios en el día de hoy. La iglesia no es un sustituto de tu experiencia personal con Dios. El ir a la iglesia no te asegura una experiencia personal con Dios. Busca a Dios en lo secreto, en tu casa; ora, lee la Biblia, medita la palabra, ten una vida diaria con Dios, y ve a la iglesia porque allí hay líderes que te ayudarán a entender lo que Dios te está revelando.
En tu búsqueda, más que buscar información, pídele a Dios revelación porque, detrás de cada revelación, hay una llave para una puerta que se ha cerrado en tu vida. Es tan así que muchas veces decimos que, de haber sabido ciertas cosas antes, estaríamos en otro lugar en nuestras vidas; o sea que lo que nos separa del lugar en el que quisiéramos estar es una revelación que todavía no hemos recibido.
Dios te va a dar esa revelación que tú necesitas recibir, y esa puerta del Hades que te ha querido detener no puede prevalecer contra la revelación de quién es Cristo para ti. 

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