Altar

“Sacrificarás ofrendas de paz, comerás allí y te alegrarás delante de Jehová, tu Dios.” Deuteronomio 27:7 

Una de las cosas que puede alcanzar el cristiano en su vida, es el poder del altar.  Para poder tener una metanoia, para poder tener una verdadera transformación donde cambie el destino de tu vida, tienes que tener la experiencia del altar.  Cuando se habla de una experiencia de altar, no se refiere al altar de la iglesia, sino construir tu propio altar a donde puedas llevar tu sacrificio.

El modernismo en la iglesia ha sacado el principio de construir un altar.  Muchos viven frustrados, pues quieren recibir respuesta, pero en altares de otros y sin traer sus propios sacrificios delante de Dios; como cuando Moisés estuvo en el monte mientras ardía la presencia de Dios y el pueblo de Israel estaba adorando a un becerro de oro.  Por causa de esta actitud del pueblo de Israel, Dios decide que la próxima vez que fuera a hablarles, tendrían que hacer un altar y ofrecer un sacrificio delante de su presencia. 

Hoy día sucede lo mismo, la gente va a la iglesia donde el altar ya está hecho, donde hay sacrificios, donde está la presencia de Dios, pero, cuando salen de la iglesia, siguen adorando al becerro de oro que tienen afuera. Actúan y desean como el mundo actúa y desea.  El monte arde, Dios se manifiesta, pero la vida no es transformada porque no hubo intervención ni contribución de la persona para construir el altar.   

Desde el Antiguo Testamento, todos los hombres que fueron usados por Dios, siempre se encargaron de levantar un altar a Dios.  Abraham cargaba con las piedras del altar y con lo que iba a sacrificar; David, en una ocasión, quiso adorar a Dios y le fueron a regalar el terreno y dijo: No le daré nada a Dios que no me cueste. 

No hay un verdadero altar, no hay una verdadera adoración, si no hay sacrificios, si no hay un verdadero esfuerzo de tu parte.  Dios está cansado de que su pueblo venga a tener una experiencia con él, en altares que no han construido. Si quieres tener una metanoia, si quieres tener una transformación en tu vida, agarra las piedras, construye el altar, trae el sacrificio, come y verás cómo te alegrarás.