domingo, 15 de diciembre de 2013

Honrar

Cuando la palabra habla al hombre acerca de honrar a su mujer como vaso más frágil, continúa diciendo: Para que tus oraciones sean sin estorbo. Hay estorbo, hay interrupción, hay un corte de comunicación entre Dios y tú, cuando falta honra. Quizás tú no lo puedes ver, pero, cuando uno es irrespetuoso, cuando faltamos en dar honor a quien honor merece, se interrumpe la comunicación, hay estorbo en nuestra relación con Dios. Y, ¿cómo se restituye esa relación? Con honra.
En Isaías 61, vemos la escritura que Cristo citó cuando entró a aquella sinagoga en Nazaret: Yo he venido para traer buenas nuevas a los pobres, para levantar a los quebrantados, al cautivo, para sanar a los enfermos. Y, en esa misma escritura, más adelante, dice que, en lugar de confusión y deshonra, “os alabarán en sus heredades, por lo cual en sus tierras poseerán doble honra.”
Una de las cosas que Jesús vino a hacer fue, no tan solo a restaurar la honra, sino a darnos una doble porción.
Esta escritura dice: Reedificarán las ruinas antiguas. A veces, nos encontramos con ruinas en nuestra familia, con cosas que han sido destruidas. Y, cuando miramos, la destrucción ha sido por pecado, por malas decisiones que, generalmente, están ligadas con el honor. Quizás te encuentras con ruinas, pero Dios te dice: Esas ruinas pueden reedificarse.
La escritura continúa, diciendo: Levantarán los asolamientos. La falta de honra trae soledad a nuestra vida. Puedes ser la persona más inteligente, pero, cuando te expresas con deshonra hacia los demás, vas a terminar solo. Nadie quiere andar con alguien que habla mal de otro. Si hablas mal de tu jefe, un día hablarás mal de tu compañero. Si te comportas mal con tus padres, un día le fallas a algún amigo. Y todo esto trae consecuencias de maldición sobre nuestra vida.
El asolamiento es una consecuencia de maldición, pero Dios dice que se va a acabar, que se levantarán de los asolamientos y restaurarán ciudades. Mucho más que la restauración de un hogar, Dios tiene restauración de ciudades completas para los hogares que traen honra.
Cuando se levanta una iglesia que sabe honrar a Dios, que sabe honrar a los ministros, que sabe honrar a las autoridades, a la familia, a los cristianos, ciudades completas son restauradas. Y, dice la biblia que, para ellos hay doble honra.
En Isaías 61, dice que, cuando se reedifica, cuando se levanta y se restaura, no hay más confusión, sino que hay doble honra.
La confusión llega a los hogares, cuando no tenemos claras las líneas de autoridad, cuando no tenemos clara la honra que debe haber. La confusión viene cuando no hemos sido enseñados correctamente, o cuando no hemos enseñado correctamente.
Quizás hoy puedas reconocer las consecuencias que tu familia ha vivido por la falta de honra. Pero los que creemos en el Señor no estamos sin esperanza, sino que hay una palabra que nos dice que seremos reedificados, levantados y restaurados, que no habrá más confusión, y que habrá doble honra.
Dios puede levantar tu hogar. Dios puede quitarte ese sentimiento de soledad que te hace pensar que no tienes a nadie con quien puedas contar, y Dios puede restaurar tu familia completa, cuando la honra está en el lugar correcto.

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