miércoles, 25 de diciembre de 2013

Puertas

Una de las razones por las que no vemos incremento en nuestra vida, a pesar de tener esa puerta abierta, grande y eficaz –de la que nos habla 1 Corintios 16:8– delante de nosotros, no es porque no creamos en prosperidad, sino porque detenemos la venida de los reyes a nuestras vidas.
Isaías 60:11, dice que nuestras puertas estarán de continuo abiertas, para que a nosotros sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a nosotros sus reyes.  ¿Cómo detenemos la venida de los reyes a nuestras vidas?  Sin darnos cuenta, nosotros mismos cerramos la puerta.  La cerramos por causa de las heridas del pasado, por causa de experiencias con personas incorrectas que nos han mentido, nos han robado, nos han traicionado.  Por causa de esto, cerramos la oportunidad de hacer nuevas relaciones, nuevas conexiones, la oportunidad de nuevos negocios.  Por estas heridas, tu actitud hacia la gente cambia.  Por eso, es importante sanar estas heridas.
Es importante entender que, aunque la bendición viene de parte de Dios, él usa siempre a alguien para bendecirnos.  De la misma manera, Dios puede usarnos para ser de bendición a otros.  Hay que llegar a un nivel de conciencia de que una vez recibamos el milagro, sepamos que vamos a ser de bendición para que otro vea su milagro.  Permite que Dios te use como instrumento para que otros vean el milagro en sus vidas. 
Dios tiene personas separadas que se van a convertir en bendición.  Hay personas que sus puertas no han sido cerradas y están almacenando para el negocio que estás esperando, la oportunidad que estás esperando, el aumento que estás esperando.  Dios, en su infinita misericordia, puede usar a cualquier persona para que seas prosperado, para que no necesariamente dependas del cheque de tu salario, sino que él pone personas en tu camino para bendecirte y prosperarte.
Desgraciadamente, muchos cierran las oportunidades de ver lo que Dios quiere hacer en sus vidas a través de otras personas.  Pero nadie puede hacer las cosas solo.  El mismo Cristo, para evangelizar, necesito a 12, que necesitaron a setenta y necesitaron a multitudes.  Es verdad que fue a la cruz sólo, pero necesitó de un grupo que se encargara de hablar lo que sucedió en aquella cruz,  para que dos mil años después nosotros estemos recibiendo esta bendición que es la palabra de Dios. 
Apocalipsis 3:8 dice ‘Yo conozco tus obras. Por eso, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar, pues aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre. 
Tu puerta no ha de ser cerrada, porque es Dios quien abre la puerta y, en el versículo anterior, dice que es Dios quien tiene la llave de esa puerta.  Y, aunque te sientas pequeño o poco en un mundo tan grande con tanta gente con necesidades y peticiones, tienes que entender que contigo Dios puede hacer cosas grandes. 
La palabra de Apocalipsis 3:8 fue dada a una iglesia pequeña para dejarte saber que la cantidad de fe que hay dentro de ti no es importante, lo importante es qué haces con la fe que hay dentro de ti y hasta dónde es capaz de llevarte.  ¿Cuánto puedes hacer con la fe que hay dentro de tu espíritu?   Para que no se cierre la puerta, no subestimes lo que Dios puede hacer contigo.  La puerta de oportunidades es abierta por Dios para tu vida y, cuando Dios abre puertas de bendición, permanecen abiertas.

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