jueves, 5 de septiembre de 2013

Sendas de la vida

Me mostrarás el camino de la vida, me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre. Salmo 16:11


El modo en que creces y llegas a comprender tu destino es en el lugar de intimidad y comunión con Dios. Allí es donde ves nacer y crecer tu destino, brotando de tu vida. Allí es donde descubres tu destino determinado antes de la fundación del mundo. Por tanto el Señor te dice hoy:

Levántate y ven al encuentro con tu destino. Levántate a esta habitación; este nuevo lugar de entendimiento que tiene la habilidad de provocar las cosas que tú aún no has visto. Puesto que, tú sabes que Yo llamo a las cosas que no son como que si fueran. Y, ciertamente Yo lo He hecho así contigo personalmente, con cada uno de ustedes, al haber escrito su destino por muchas generaciones para este tiempo. 

Ven ahora y sé renovado. Ven ahora y se vigorizado por el mover de Mi Espíritu. Ven ahora y regocíjate en lo que Yo he hecho. Puesto que, no ha sido cosa insignificante ni cosa oculta. Ya que hoy en día tú ves claramente con los ojos del entendimiento que Yo estoy por ti, que Yo estoy contigo y tú no serás disuadido nuevamente por las mentiras del enemigo desde éste día en adelante. 

La verdad de Mi Palabra prevalecerá en tu vida, y la dirección de Mi Espíritu provocará que tú camines en el sendero que Yo he ordenado para ti. Sigue avanzando. Si tú te sales del camino simplemente da un paso atrás y continúa tu viaje. 

La gratitud, la gloria, y la grandeza de Mi obra causará que el regocijo resuene por todo el Reino. Esta es la hora de la perspectiva; el tiempo en el cual Yo te revelaré las cosas que tú no entendías. Ven y mira. Ven y oye. Ven y cree. Ven y se renovado. Ven ahora. Ven a Mi, dice el Señor. (Bill Burns)

Isaías 30:21 Entonces oirán ustedes decir a sus espaldas estas palabras: «Éste es el camino; vayan por él. No se desvíen a la derecha ni a la izquierda.»

Todos tenemos sueños y deseos dados por Dios. Su deseo es verlos cumplidos. Igual que Abrahán, Isaac, Jacob y José, hay un proceso a través del cual el Señor nos lleva a ver cumplido nuestro destino (Hebreos 11). Pero todo vale la pena, y muchos serán bendecidos en el proceso. 

Conforme hagas un lugar para recibir en Su Presencia, podrás derramar en los demás. Permanecer delante del Señor te transformará y te hará pasar a tu llamado y destino.

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